The one who stares me at night [XiaoDery]

The Vision

Macao, China
Viernes, 15 de Marzo del 2019
5:00 am

Beep Beep Beep

El intermitente sonido de la alarma de su celular sonaba rompiendo con el tranquilo silencio de la mañana, Kun Hang sabía que debía levantarse ahora mismo o no llegaría a tiempo a la Universidad, pero apenas había dormido un par de horas por lo que sus párpados apenas y podían mantenerse un segundo abiertos.
Se removió en su cama gruñendo y lamentado haber dejado las cosas para el final, pero en su defensa, dudaba mucho que sus compañeros hubieran terminado ese trabajo final.

A través de su puerta cerrada alcanzó a oír los pasos acelerados de su madre aproximarse a su puerta para tocarla fuertemente - ¡Wong Kun Hang, llegarás tarde, mira nada más la hora que es!- gritó y al segundo siguiente la escucho alejarse para bajar dirigirse a la cocina a preparar el desayuno.

Realmente estaba teniendo problemas para poder levantarse ese día, el cansancio estaba matándolo, pero al menos al regresar podría hibernar hasta que fuera obligado a levantarse el lunes por la mañana.
Resignado y con el deseo de que mágicamente se adelantara el tiempo y fueran las tres de la tarde comenzó a vestirse lentamente en la oscuridad de su habitación ayudado con la escasa luz que podía entrar de las farolas en el exterior.

Cuando terminó de vestirse, bajó las escaleras tratando de acomodar su cabello, que había amanecido totalmente rebelde, sin mucho éxito
-Hendy, amor, te ves fatal, ¿A qué hora terminaste anoche- preguntó su madre con preocupación en cuanto lo vio entrar a la cocina, ¿Tan mal se veía? Rayos, tal vez debería asaltar un poco del poderoso maquillaje de su madre para tapar sus ojeras

- Terminé como a las tres, ma - suspiró cansadamente, - Pero al menos podré dormir una hora más de camino a la universidad, Yangyang no llegará temprano hoy, así que no va a haber quien interrumpa mi precioso sueño- dijo soltando una pequeña risita contagiosa

- Bueno, creo que ya debo irme ma, o no alcanzaré a llegar a tiempo - se despidió, y su madre rápidamente camino hacia el para darle un beso en la mejilla y su bendición, su familia era sumamente religiosa, así que ese era un ritual que repetían cada que salía de casa, - Cuídate mucho Hen, que Dios te bendiga-

Salió por la puerta principal cerrándola tras de sí, comenzando a caminar por la calle desierta, ciñendo las correas de su mochila, siempre había tenido cierto temor de salir cuando estaba tan oscuro, pero debía hacerlo, después de todo ya no era un niñito, tenía diecinueve años.

Al llegar a la parada del autobús, se sentó en la pequeña banca, aún no se veían las luces características de que el transporte se aproximaba, y después de un rato esperando, comenzaba a impacientarse, el aire frío de la mañana quemaba sus mejillas, y su ansiedad por estar solo en ese lugar lo inquietaba aún más.

Trataba de mantener su vista fija en el camino por el que debía aparecer su autobús, pero el movimiento de los árboles por la suave brisa matutina, aunado a la fuerte sensación de ser observado desde la profunda oscuridad entre los árboles, ponía sus sentidos tan alerta, que estaba al borde de la crisis nerviosa.

Estaba tan concentrado en controlar su agitada respiración que saltó en su lugar cuando el transporte tocó el claxon antes de comenzar a disminuir su velocidad, rápidamente de levantó y subió en el.

Le fue casi imposible dormir en el camino como tenía planeado, el pensamiento que lo había estado aquejando por varios días seguía ahí, causándole escalofríos, tal vez era su imaginación, o eso quería creer, realmente lo quería, que toda esa sensación de ser observado desde las sombras fuera producto de su mente cansada por falta de sueño, así que haciendo su mayor esfuerzo por olvidar lo ocurrido, se durmió.