Toma Talentos <KTH+JJG>

𝐼𝐼

07/04/2007
Sábado

Querido diario...

Estoy muy triste ㅠㅠ
No he encontrado nada más, sólo lo de hace 7 días. ¡Necesito más información! Estoy cansado de estar como baboso por todas las bibliotecas preguntando sí conocen a un tal Jeon Jungkook y que me miren mal y me nieguen, ¡Me niegan! A MI NADIE ME NIEGA. Nada más mi mamá. Ah, y Jimin. Cómo hoy, también me negó el acompañarme a buscar más, dice que pare, que no encontraré la respuesta a nada. Se molestó. Pero como si eso me fuera a detener.

✘

—Jiminnie, me negaron otra vez en la biblioteca, ¿puedes creerlo?

El pelinegro se encontraba caminando mientras hacía un puchero, a la par de un pelinaranja muy molesto.

—Sí puedo creerlo, Taehyung—Replicó con molestia.

—¿Por qué me hablas así? Vamos, ¿estas molesto porque es la décima vez que me dicen que no hay nada de él?

Jimin no entendía como podía tener un amigo tan tonto.

Se volteó en sus talones, encarando al más alto y viéndolo a los ojos. ¿Enserio no pensaba rendirse?

—No, TaeTae, estoy molesto porque eres un idiota—Dijo con una mezcla entre dulzura y fastidio.

—¡Ay! ¡Vamos, Minie! No será mucho, por favor—Su voz era suplicante, pero no tanto como para que el contrario se apiadara de él.

—Tae...—¿Que le podía decir? Solamente se limitó a mirarlo con decepción, para después negar con su cabeza.

Taehyung entendía que su amigo podía estar ocupado, pero, ¿tanto era para que lo dejara de lado? Él siempre lo apoyaba en todo, ¿por qué Jimin no podía apoyarlo igual?

Estaba cansado de que le dijeran que todo era una tontería.

Jimin sabía que sí seguía ahí terminaría cediendo, porque sus ojitos eran difíciles de ignorar y sus berrinches difíciles de negar.

Así que simplemente caminó lejos de su amigo, con el corazón pesándole, sintiéndose mal por no ayudar, dejándolo completamente solo en esos vacíos pasillos del instituto.

Y se fue directamente a donde más temía ir.

El pelinegro miró triste al pasillo vacío, después miro triste al suelo y se sentó en él, recargándose en una puerta tras suya. Procedió a jalar sus negros cabellos, desanimado. Estaba apunto de llorar, de romperse por molestar a sus amigos, estaba harto de siempre ser un estorbo, quería dejar de ponerle más carga a los demás.

Pero todo se esfumó cuando un golpe en su nuca lo sacó de sus pensamiento y sentimiento.

—Hey, idiota. ¿Que haces ahí? ¿Viniste a verme practicar, hm?—Preguntó un pálido con diversión.

El azabache se levantó con cansancio del suelo, aún sobándose en donde hace poco le habían golpeado con la puerta.