𝐼𝐼𝐼

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—Taehyung.

Llamó un pelinaranja a lo lejos, el mencionado se exaltó y sólo desvió la mirada apenado con intención de no ser visto a los ojos.

Jimin se acercó a lentos y cuidadosos pasos en dirección de Taehyung. El menor se tensó y no se movió para nada, estaban en el mismo pasillo que habían estado la última vez que hablaron. No le gustaba la cara que traía el más bajito, pues sabía que ahora se avecinaba lo peor y no quería saber que era exactamente.

—Taehyung, hey—Llamó con suavidad.—Mírame cuando te hablo—Ahora su voz había cambiado drásticamente a una más firme, haciendo que al contrario le causara escalofríos.

—Ho-hola, Jim-minnie.

—No balbucees, idiota. Háblame bien—El pelinaranja posó su mano en el hombro de su amigo. Con ese tacto tan cálido la tensión de Taehyung disminuyó, y ahora sí pudo verlo a los ojos.

Los ojos que esperaba no encontrar.

En efecto, la mirada del mayor era tristona, decaída, decepcionada. Sólo mostraba dolor, él lo sentía. Sentía todo lo que abrumaba en ese momento a su amigo, como si estuvieran conectados de alguna manera. Sus ojitos estaban más caídos de lo normal, aunque mostraba una ligera y tierna sonrisa, esa sonrisa no lograba llegar a sus ojos para cerrarlos como a él le gustaba verlos.

Jimin tomó la cara del azabache, como solía hacerlo. La tomó con la misma delicadeza de siempre, para después verlo directamente a los ojos y decir las primeras palabras que romperían el silencio.

—TaeTae, perdón por no hablarte estos días—Comenzó.—Pero tenía que acomodar todos mis pensamientos. La he tenido difícil, sabes que en casa no me va de lo mejor y mucho menos en el baile, tuve problemas con Hoseok y ahora sé cómo estás de insistente con querer saber más de ese chico, pero no puedo hacer todo a la vez. Tengo mucho en que concentrarme y no puedo. No quiero decepcionarte, lo lamento mucho...—Sus manos pasaron de sostener su rostro a tomar su cintura, atrayéndolo a su cuerpo y abrazándolo con fuerza.—Te quiero mucho, Taehyung. No quiero que te sientas mal por mi culpa—Musitó.

El pelinegro sintió pequeñas gotas en su hombro, la carita de Jimin estaba completamente hundida entre el cuello y hombro del menor. Taehyung hizo el agarre aún más fuerte, sentía una necesidad enorme de abrazarlo desde hace tiempo.

—Ah, Minnie—Susurró.—Todo esta bien, no te preocupes, en realidad... yo tenía miedo de que no me hablaras porque te estresaba estar cerca de mi con lo insistente que andaba. Perdóname si eso te causo problemas, no quería agregar más carga en tus hombros, no sabía que te pasaba, lo siento mucho...—Su voz salía entre cortada, quería llorar, pero no se quería dar la oportunidad de debilitarse tanto a él como a su Jiminnie.—Y también te quiero, te quiero demasiado, Jimin.

Esas palabras hicieron que el mayor empezara a sollozar más fuerte. Y esos sollozos hicieron al menor sollozar también. Al final no logró mantenerlas ocultas como estaba intentando, y como se suponía había logrado hacer. Ambos eran igual de débiles cuando se tenían de esa forma el uno y el otro.

—Pero, Taehyung—Interrumpió el pelinaranja, aún con varias lágrimas y suspiros cortados.—¿Estas bien? De verdad. Me preocupa que te obsesiones mucho con ese chico, me preocupas demasiado.—Levanto la cabeza para hacer contacto visual, dejando salir como un suplico con miedo.—No te obsesiones con una mentira, por favor.

Toma Talentos <KTH+JJG> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora