6. Hope is a Dangerous Thing.

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"You have within you a deciding force that knows what to receive, what to turn from." —Rumi
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Ella luce exactamente igual. Su cabello castaño separado en dos partes y cayendo sobre sus hombros. Su cara irradia la misma amabilidad que sus ojos, y sus labios se estiran formando una encantadora sonrisa. —Oh por— Ella pone una mano sobre su boca. Después, avanza hasta llegar a ellos.

Louis gruñe, los brazos de Anne están fuertemente envueltos alrededor de su cuello. Ella lo abraza con demasiada fuerza mientras acaricia su cabello.

—No has crecido ni un poco.— Ella susurra y se aleja. —Estoy tan feliz de verte.— Anne murmura. Su mirada se dirige a Harry, el alto hombre está parado no muy lejos. —¿Por qué no me dijiste que Louis te vino a visitar?

Louis se pone rígido, y Harry aclara su garganta. —Mamá, ¿Puedo platicar contigo en la cocina?

Anne hace una mueca de confusión, antes de asentir lentamente. Abraza a Louis una última vez y corre sus dedos a través del fleco del castaño, señala hacia la parte trasera de la cafetería. —Ve a sentarte en esa mesa y te traeré algo de comer.— Ella le ofrece una pequeña sonrisa y sigue a su hijo.

Louis toma su tiempo caminando hasta la cabina. Toca la textura de la mesa, los pequeños cortes sobre ella combinan con algunos troncos pulidos visibles en el techo. Su mirada se dirige hacia una gran fotografía colgada en la pared justo detrás del mostrador. Está en un marco blanco y muestra a Anne, Harry y su padre. Los tres usan un equipo de esquí con inmensas sonrisas en sus caras. Harry se veía tan feliz, Louis nunca lo había visto así. Es un alivio ver una expresión tan alegre en la fría cara del hombre. Una vez que Louis se sienta en una silla, Harry y su madre regresan.

Anne camina más cerca, cargando una charola con dos rosquillas y tres humeantes tazas. —Abriré más tarde-

—Mamá.— Harry frunce el ceño en desaprobación, la punta de su sombrero torcida.

—Shush, soy mi propia jefa, ¿Recuerdas?— Anne coloca la charola frente a Louis mientras Harry toma asiento después de agarrar una rosquilla y acomodarse en la esquina con un periódico entre sus dedos.

Anne se sienta, sosteniendo una taza con sus dos manos. Ella le sopla al líquido, su atención en Louis. —Ahora, ¿Cómo estás, cariño?

Louis se prepara a sí mismo para responder pero Harry se adelanta. —Mamá.— Él dice, ésta vez la mira con intensidad.

Anne suspira y frunce sus labios. —¿Cómo están tus padres, Louis?

El pequeño chico instintivamente voltea a ver a Harry antes de mirar hacia otro lado con rapidez. No necesita que el hombre conteste por él. —Mi madre está bien. Ella estuvo aquí hace unos días.— Cierra sus ojos con fuerza. —Mi padre.— Su voz se desvanece. —Él falleció.

Anne no pierde tiempo en tomar su mano y sostenerla con fuerza, dándole confort con un gesto que la mayoría de veces es pasado por alto. —Oh, cariño. ¿Qué sucedió?

La visión de Louis se pone borrosa. —Un conductor ebrio.— Anne cepilla su pulgar sobre el dorso de su mano, por un segundo Louis piensa en Harry, quien nunca le preguntó acerca de su papá. Para Louis, eso significa que no le importó-- pero a Anne si, ella siempre lo ha hecho.

La presión es demasiada y Louis cambia el tema de la conversación. Trata de alejar su atención de la solitaria lágrima que baja por la mejilla de Anne. —Amo tu cafetería.

Bendice el alma de Anne ya que ella lo deja pasar. —Lo compré un año después de que nos mudamos. Una pareja de ancianos decidió venderlo para así poder viajar por todo el mundo. —La adoración que irradia su cara es demasiado obvia. —Aún me siguen mandando tarjetas postales.— Ella le cuenta la historia de como logró adaptarse al nuevo entorno y Louis escucha con entusiasmo, sintiendo como un gran peso cae de sus hombros mientras divaga una y otra vez.

Dos minutos después, cuando ella está hablando acerca de su primera experiencia con un salvaje alce, el teléfono de la cafetería suena desde el mostrador. Anne se excusa y se dirige a la cocina para responder la llamada. Al mismo tiempo en que Anne se retira, Louis toma un largo trago de su chocolate caliente. —Harry.— El rizado no ha hablado desde que regañó a su madre.

El ojiverde levanta la mirada de su periódico. —¿Hm?

Louis envuelve sus brazos alrededor de su abdomen. —¿Le dijiste a tu madre acerca de lo que me sucedió?

—Hoy lo hice.

Louis trata de borrar sus sospechas. La familia de Harry es increíblemente cercana, él recuerda que eran así cuando vivían en Londres. Ellos se contaban todo. —¿No le dijiste cuando llegué aquí?

Harry suspira con suavidad. —No.

Sin duda, Jasper es un pequeño pueblo. Una parte de Louis pensaba que su cara estaría en todos los canales de noticias y periódicos. Todas las historias útiles para las noticias son la plática de los habitantes. —¿Cómo es que tú madre no sabía acerca de mí?— Pregunta.

Harry dobla el periódico y después deja caer sus manos sobre la mesa. —Liam piensa que los padres de Jackson están evitando que el nombre de la familia aparezca en los periódicos para así mantener limpia su reputación.— La voz de Harry se vuelve más grave. —Si se empieza a hablar sobre su hijo... y de las cosas que te hizo, ellos perderán toda la credibilidad. Con la credibilidad viene el poder, y ellos quieren quedarse en la cima.

La cara de Louis cae inmediatamente, los Millards están tan preocupados por su imagen que prefieren ignorar lo que hizo su hijo. Louis se siente demasiado vulnerable e indefenso, tan pequeño e insignificante. Después de todo por lo que pasó, ninguna persona en Jasper lo sabe. Todo esto es demasiado, sus emociones se acumulan sobre él como un millón de toneladas y lo están hundiendo en el agua. Él se está ahogando.

—Louis.— Harry lo llama con delicadeza. Puede ver los pensamientos corriendo por la cabeza del ojiazul. —Encontraremos a Jackson, ¿Entiendes?

En ese momento, Louis ve un pequeño rayo de luz solar brillar sobre Harry. Es diminuto, pero está ahí. Es cálido.

—¿Promesa?— La voz del londinense es tan silenciosa que Harry tiene que agudizar sus oídos para lograr escucharlo.

El oficial observa por un largo tiempo al chico frente a él. Los ojos de Louis están inundados de lágrimas y con oscuras bolsas debajo de ellos, sus mejillas y nariz tienen un color rojizo. Sus hombros están encorvados de una manera que lo hacen parecer más pequeño y más delicado. Toda la amargura que Harry siente por Louis es lanzada por la ventana. —Promesa.

Esa dos palabras le dan esperanza a Louis, pero la esperanza es demasiado peligrosa.

Hope is a dangerous thing for a woman like me to have- but I have it BY lana del rey.



Bleu; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora