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El perro decidió salir a caminar para librarse del aire toxico que permanecía en su humilde casa.
Estaba con un serio dolor de cabeza, en la noche se había pasado con las cervezas. Luego de fumar y comer helado, el olor de aquélla casa se había vuelto tan toxico que incluso pudo a ver tenido un deletéreo.
Empezó a recorrer ese lindo lugar, el cual se desplomaban las hojas de los altos arboles, avisándole que ya llegaría el otoño. Repugnante, pensó el perro. Todo lo veía con asco, todo lo que recorría se marchitaba al paso que iba caminando. Su vida ya no tenía color. Ya ni sabia que era vivir, por que no tenia razones de hacerlo.
Se sentó en una banca, agarro un cigarro y lo prendió con un encendedor. El olor del cigarro no se le hacía tan delicioso como antes, todo lo contrario, ahora era repulsivo. Con asco lo voto al pisó y lo aplastó con sus botas. Descanso un momento y cerro sus ojos. Imaginó la imagen de su divertido esposo gatuno, quiso llorar, sintió sus ojos llenarse de lágrimas y sus pensamientos llenarse de flores marchitadas que no lo dejaban pensar. Pero de alguna manera vio al gato de igual manera que al cigarro, Repulsivo y toxico.
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"pero que sorpresa tan cianuro has dejado para mis ojos"
"cuando tenga el sentido común me cortaré, me recostaré y moriré"
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deletéreo;; que causa o puede causar la muerte por envenenamiento.
