Hanji zoe x Reader (one-shots Yuri)

2- Fiesta de pijamas

AU: Época actual

Hanji Zoe, una gran amiga tuya, te invitó a una fiesta de pijamas en su casa, cuando llegaste a la puerta de su edificio, picaste al timbre correspondiente y al momento abrieron la puerta. Subiste las escaleras por la falta de ascensor en el edificio, cuando llegaste al piso correspondiente, pudiste ver una puerta entreabierta y entraste por ella, cerrándola detrás tuyo. Nada más entras pudiste admirar el salón-comedor y a 5 chicas acomodadas en la sala. Annie, Ymir y Historia, estaban sobre un colchón colocado en el suelo, y Sasha sentada sobre el sofá al lado de Hanji.

—Que bien ya estamos todos.— Dice alegre la anfitriona, mientras se acercaba a ti para darte un abrazo de bienvenida.   

Tras separaros del abrazo las demás chicas te saludan con un leve movimiento de mano, tu te limitas a devolver el saludo. 

—Puedes ir a dejar tus cosas en esa habitación.— Vuelve a hablar la castaña de lentes, mientras señala la puerta situada a la izquierda del sofá. 

Te limitas a asentir tímidamente y te diriges a la habitación indicada para dejar la pequeña mochila que portabas contigo para llevar tu pijama y la ropa que te pondrías al día siguiente. En cuanto atravesaste la puerta de la habitación, tu mente fue dominada por la inseguridad «¿y si comento un error y le digo todo sin querer a Hanji? Eso estropearía nuestra amistad y todo se volvería incomodo, ademas ella no siente lo mismo y seguro que se alejará de mi si se lo digo». Tras ese momento de inseguridad decides dejar tu mochila y salir de esa habitación, para seguido dirigirte al sofá y sentarte junto a Hanji y Sasha, quienes ya estaban sentadas de antes.

—¿Que podemos hacer ahora que estamos todas?— Cuestiona curiosa Historia.

— ¡¿Podemos pedir pizza?! — dice con gran ilusión la pelirroja. 

Tras lograr acordar las pizzas que pediríais Hanji agarra su teléfono y llama a la pizzeria. Las pizzas no tardan en llegar y os las coméis entre risas, escenas muy tiernas protagonizadas por Ymir y Historia y preguntas que avergonzaban a Annie. 

—Juguemos a verdad o reto. — dice emocionada la rubia más bajita. 

—Por mi vale, si al resto no os importa —dice animada la pelirroja mientras devora otro trozo de pizza. 

—Mientras no destruyáis el piso — dice con tranquilidad la castaña de gafas. 

Tanto Ymir como Annie se encojen de hombros con indiferencia y la mirada de todas las chicas se dirige a ti. 

— N-no me importa. — Respondes nerviosa debido a las insistentes miradas del resto de las chicas, salvo de Annie. 

—Como todas estamos de acuerdo, ¡comienzo preguntando! — Dice muy animada la rubia que dio la idea de este juego — Sasha, ¿verdad o reto? —Pregunta señalando a la pelirroja. 

—Reto. — Responde con simpleza la nombrada. 

— Hanji trae un limón y un cuchillo, por favor. — Dice la pequeña rubia, a lo que Hanji se levanta sin rechistar y va a la cocina, pero no tarda en volver con un limón, un cuchillo y una tabla de cortar. — Sasha, te reto a comerte un cacho de limón. — Dice tomando el limón, colocando lo sobre la tabla y cortando una rodaja para dársela.  

— Okey — Dice tomando la rodaja y mordiéndola, cerrando los ojos por la acidez del cítrico mientras su cuerpo se tensa por la misma razón. —Ymir, ¿verdad o reto? — Pregunta reabriendo los ojos.

— Reto, venga algo fuert-. — Comienza a decir con seguridad pero es interrumpida por Sasha.

—Besa a Historia. — Dice rápido y demandante.

Ymir se acerca con delicadeza a una roja Historia, por el reto, y le aparta un mechón de cabello que se le había cruzado por el rostro con delicadeza para depositar un suave beso en la mejilla de aquella rubia, 

—Eso no e- — Antes de lograr acabar la frase es interrumpida por Ymir. 

—No especificaste. — Dice justificándose con tal simpleza que te causa cierta gracia, al igual que a Hanji quien a comenzado a reírse tras la justificación. — Hanji, ¿verdad o reto? — Pregunta haciendo que la castaña deje de reír. 

—Reto — Dice sin pensar y con simpleza. 

—Enciérrate durante toda la noche con (T/N) en tu habitación. —Dice Ymir con tono malicioso.

Ante el reto planteado tus ojos se abren estrepitosamente y tu mirada se dirige a Hanji. 

—Solo si ella quiere.— Dice la de gafa para mirarte interrogante.

— M-me da igual, s-solo me había sorprendido por el reto. —Dices con cierto nerviosismo. 

Hanji asiente y se levanta del sofá, toma tu mano y te guía a la puerta situada a la derecha del sofá, para abrirla y dejarte paso a una amplia habitación con un televisor de plasma sobre la cómoda situada frente a los pies de una grandiosa cama de matrimonio. Después de que entres Hanji cierra la puerta. Una vez dentro puedes apreciar un gran armario y una Switch al lado de la televisión.  

—¿Podemos jugar?— Dices, por alguna extraña razón, más tranquila señalando la Switch.

—Vale— Dice acercándose a la consola tomando dos mandos, para después encenderla junto al televisor y irse a sentar a la cama, donde da un par de paladas para que te sientes a su lado. Te acercas y te sientas a su lado. 

Os pasáis un buen rato jugando a videojuegos mientras habláis de temas variados, os reíais de tonterías varias, era un ambiente cómodo para ambas.

—¿Te puedo decir algo?— Pregunta con su mirada aún centrada en la pantalla de la televisión. 

— Claro— Respondes con tono tranquilo y despreocupado. 

 —Hace un tiempo que mi mente esta confusa, trato de centrarme en mi carrera de medicina, pero por alguna razón no puedo y solo puedo pensar en si estarás bien— Dice mientras sus mejillas se tornaban de un tono rositas. 

Desvías tu mirada de la pantalla y la fijas en ella, sus mejillas sonrosadas le dan un toque tierno. Hanji pausa el juego y se gira para mirarte, pero desvía su vista a la colcha que cubre la cama. 

—Les pregunte a las chicas, haber si sabían que podía estar pasándome, lo único que hicieron fue reírse y decirme que montará esta fiesta, que así lograría entenderlo y creo que comienzo a entenderlo— Puedes notar como tras sus palabras tus mejillas se calientan. Levanta la mirada de la colcha y la posa en tu ojos. — Ahora estoy segura, me gustas.— Dice sería sin apartar la mirada de tus ojos, por su confesión tus mejillas arden como si el fuego las estuviera consumiendo. — Y con tu permiso voy a hacer lo siguiente.— Indica para seguido acercar su rostro al tuyo de manera lenta hasta juntar vuestros labios en un suave y dulce beso, que tratas de seguir con torpeza.