• PECADOR •

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—Jimin ¿podrías llevar este postre mañana al seminario del padre Julio?
— Pero mañana iba a salir a pasear al perrito —Dijo haciendo un puchero
—Park Jimin, te lo estoy pidiendo amablemente —dijo la señora Park molesta tratando de calamarse—  ya estás grande para hacerme pucheros.
—Bien —respondió obligado moralmente.

(Al día siguiente)

—¿Por qué accedí a traer esto?— se  preguntaba a sí mismo entredientes, de verdad quería llevar a pasear a su perrito pero no podía llevarlo consigo porque sino se le caería su postre para el padre.

Llegó a la casa del padre unos minutos después de terminar con sus plegarias internas. Abrió un pequeño portón blanco de la entrada que le llegaba hasta abajo de la cadera. Caminó unos cortos pasos observando el humilde jardín de la casa del padre, recordando cuando su madre lo obligaba a venir de pequeño a rezar en los seminarios.
Vió unas rosas que le recordaron al olor interno e intimidante de la casa. Tenía aburridos recuerdos, nunca logró entender la religión. Lo único bueno que recordaba es que además de la compañía de su madre, tenía a su mejor amigo, a quien apreciaba mucho, Jungkook, que ahora se había convertido en algo así como un monaguillo de padre Julio. Ya casi no le bablaba porque siempre estaba ocupado.

Llegó a la puerta y vió un aviso de cartón que decía "el seminario se pospuso para el próximo sábado a las 10 por motivos de ausencia". Perfecto, no estaba. Ahora qué iba a hacer con el postre, por un momento pensó en comérselo para volver con las manos vacías pero sabía que su madre de alguno u otra forma se daría cuenta. Pensó en tocar la puerta a ver si había alguien más dentro, y eso hizo. <toc toc toc>.

Espero unos segundos, no escuchó nada, estaba dándose ya la vuelta cuando escuchó unos pasos acercándose hacia su dirección por adentro de la casa. La puerta se abrió ligeramente por un cerrojo de cadena. Una cara se asomó por la parte abierta y observó quien era la persona que no hizo caso al cartel en la puerta que decía que justamente no iba a haber un seminario ese día.

—¿Jimin? ¿qué haces aquí?— Jimin se volteó inmediatamente al escuchar esa voz tan conocida.
—¿Jungkook? ¿qué haces tú aquí?— dijo confundido.
—Yo pregunté primero— dijo sonriendo prudentemente.
—Vengo a hacer una entrega de mi madre para el padre— bajó la cabeza mirando la bolsa con la comida y sonriendo— ¿y tú?
—Pues cuido la casa mientras el padre no está— dijo quitando la cadenita y abriendo la puerta en señal de bienvenida —¿quieres pasar?
—Bien, gracias. —entró y observó la casa. Hace años que no venía, desde que admitió que no creía y no entendía la religión.
Jungkook cerró la puerta y tomó la bolsa de Jimin fijándose curioso en la comida.

—Bueno, el padre está en una reunión fuera del país, no volverá hasta dentro de unos 5 días. —dejó la comida en una mesa.
—No lo sabía y creo que mi madre tampoco —dijo riéndose. Empezó a mirar a su amigo, llevaba una camisa a cuadros arrollada hasta los codos dejando a la vista sus musculosos antebrazos, jeans a la medida, zapatos y un collar con una cruz.
—No, bueno, no hay que desperdiciar. ¿me ayudas?
—Bien.

Ambos empezaron a comerse el postre del padre Julio en el sillón y a conversar sobre sus vidas. Hace mucho tiempo no se veían, desde que Jungkook decidió ser organizador de los seminarios y misas de la comunidad.

— Y bien, Jimin ssi, ¿desde hace cuánto no te confiesas?
Recordó que su amigo no sabía su desición a cerca de la religión.
—Bueno… Jungkook… ya no creo en esas cosas…—su amigo lo miró un momento sorprendido y luego relajó su cara como si nada hubiera pasado.— ¿no me vas a decir nada?
—¿qué quieres que te diga? ¿que te regañe?, nah, no soy como el resto, es tu desición —dijo mientras escarbaba las paredes del envase de un helado con su cuchara.
—No pensé que fueras a reaccionar así…—dijo un poco apenado por haber juzgado mal a su amigo pensando que lo regañaría como hizo su familia.
—Pareciera que ya no me conoces... -dijo indiferente- aunque, hay algo… —dijo pensando.
—¿qué?
—¿hace cuanto no te confiesas? — insistió  — aunque no seas cristiano deberías contarle tus pecados a alguien de vez en cuando. —pensó que le diría algo diferente esta vez, pero la idea en relaidad no sonaba mal, siempre se reservaba todo lo que hacía.
—Creo que nunca lo he hecho, aunque no suena tan mal. ¿que hago?
—Bueno, yo no debería hacer esto pero tampoco sería como una confesión seria, no? Creo que puedo hacerlo, he visto al padre haciendolo y no es difícil ni muy serio ni complejo. —respondió con simpleza hacia Jimin — solo me quedo sentado en una silla, tú en otra, me cuentas todas las cosas malas que has hecho y yo te escucho, es algo así como desahogarse.
Jimin se quedó pensando un momento. —bueno, no pierdo nada en intentarlo.
—Esa es la actitud mi amigo. Trae una silla y sientate al frente mío. —Jimin hizo lo que su amigo le ordenó. Sonaba seguro de sí mismo y eso le daba confianza.

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2019 ⏰

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•PECADOR• (one shot +18) | Jikook - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora