—Episodio largo.
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Alguna vez escuché algo sobre el «abismo de la felicidad», pero esto parecía más el «abismo del recuerdo».
Al caer por una especie de cielo azul rodeado de nubes a una velocidad impresionante, podía ver imágenes de yo cuando era pequeño. Al presenciarlas, recordé cosas básicas como mi fecha de nacimiento o parientes cercanos, lo cual dejó satisfecha a mi curiosidad respecto a ese tema.
Pude avistar una escena de yo jugando con un niño pequeño, y de un momento a otro, me encontraba ahí.
—¡Seungmin! ¿Dónde dejaste la pelota? —le pregunté al otro individuo que me acompañaba. No era yo del presente, si no que un yo miniatura. Solo era un espectador invisible ahí.
—Está por allá —apuntó con su dedo—, anda a buscarla tú —pidió con un puchero, a lo que respondí quejándome y corriendo hacia allá; pero, el torpe de yo, chocó con otro niño.
—¡Oye, fíjate por donde...! —empezó a quejarse el infante, pero al darse cuenta de quién era, cambió su actitud— ¡Woojin, hace mucho que no nos vemos! —sonrió ampliamente el Chan de hace bastantes años.
—Hola Chan, así es y perdón por chocarte —me disculpé, terminando el recuerdo. Volví a caer, y llegó a mi mente donde lo había conocido. Era amigo de Seungmin, Jisung, Minho y Changbin, quiénes iban a mi misma clase, pero la ardilla sociable solía presentarnos a sus otros amigos, quienes eran Jeongin, Felix, Hyunjin y Chan. Todos solíamos juntarnos en una plaza a jugar e inventar las historias más fantásticas que se nos ocurrieran.
Me ví a mi mismo confundido, al parecer me gustaba alguien de mi mismo sexo y no tenía alguna figura en la qué apoyarme para decir «no, esto es normal», por lo que me sentía raro. Hasta que me detuve en otro punto donde, al parecer, tenía 13 años.
—Woojin, te diré algo pero no quiero que te alejes de mí —me advirtió Chris, quién estaba sentado al lado mío debajo de un árbol, el mismo de la otra vez.
—Sabes que nunca me alejaría de ti, ¿Qué sucede? —le confesé para después preguntar, mirando suavemente sus ojos que amenazaban por llorar.
—Creo que me gustan los hombres —empezó a llorar ferozmente, accioné abrazándolo, haciendo que apoyara su cabeza en mi hombro y se aferrara a mi espalda
—No te preocupes —intenté calmarlo—, personalmente, jamás te dejaré ir sin importar tus gustos —confesé, para poder despedirme de ese recuerdo.
Mientras pasaba el tiempo, mi corazón era atraído por otro individuo, alguien que también era hombre y reafirmaba mi cuestionada sexualidad. Era Chan, a quién consideraba uno de mis mejores amigos; el sentimiento cada día empeoraba más.
Estaba estresado con lo que estaba sintiendo, aún si no era la gran cosa. Para no retenir aquellos sentimientos, decidí escribirlos en una libreta que encontré por ahí; evidentemente, aquello no se mantuvo en secreto por tanto tiempo. Ví cómo mi madre me pegaba una cachetada y mi padre estaba sentado con la cabeza hacia abajo, yo no tuve más opción que disculparme e irme a mi habitación. No lloré, simplemente me sentía vacío, como si no tuviera un núcleo interno.
Más tarde, abrió mi puerta con fuerza para correr y abrazarme, pidiéndome perdón por lo que había hecho y que jamás volvería a darme la espalda de esa manera. En ese momento, comencé a llorar, no sabía bien por qué, pero simplemente, su calor me brindó tanta calma que hasta mis ojos se relajaron más de la cuenta.
Mi padre terminó accediendo, me abrí a todo el mundo y muchos me dieron la espalda, pero la gente en la que siempre confié, nunca lo hizo. Hablo de mis amigos y familiares, personas que me han a apoyado en esto sin importar qué.
Al seguir cayendo, pude ver altos y bajos en mi vida, pero al llegar a la edad de dieciséis años, algo vino para alegrarme mi existencia.
—Es raro estar acá solos, ¿Verdad? —mencionó con una sonrisa incómoda— Ya sabes, siempre veníamos aquí a jugar y eso... —desvió su mirada por el nerviosismo.
—¿Por qué me trajiste aquí, Christopher? —le pregunté con su nombre real, literalmente solo lo hice para ponerlo aún más nervioso.
—N-No me digas así, ah... —se quejó y empezó a jugar nerviosamente con sus manos, solo reí porque conseguí lo que quería. Él tomó un suspiro profundo y comenzó a hablar.
—¿Recuerdas esa vez que te dije por primera vez mi sexualidad? —asentí a su pregunta— Bueno, sin irme con rodeos, me refería a ti, tú eras quién me estaba, y de hecho está, haciéndome sentir un montón de cosas en el estómago —mi sonrisa se fue para dejar una de asombro, no podía creer nada de lo que estaba diciendo.
—Realmente quería ofrecerte que seas mi novio, pero no tienes que aceptar mis sentimientos, no te sientas obligado a... —no dejé que terminará, ya que decidí juntar nuestros mundos en un pequeño pero importante beso. Había esperado tanto por esto y no quería hacerlo más. Sujeté su cara y lo miré directo a los ojos, relajando mi mirada y soltando una sonrisa llena de miel.
—Tonto, por supuesto que sí quiero serlo, me haz gustado por tanto tiempo y que me ofrezcas esto me hace sentir que estoy sobre las estrellas —dije, haciendo que el otro se contagiara de mi sonrisa y nos uniéramos en un gran abrazo.
Seguí bajando, viendo un montón de cosas. Pero todo acaba en un punto, yo y él en un auto, pero al instante que iba a ese recuerdo, me encontré con la escena que menos esperaba.
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❛ーDARK ↝ WOOCHAN
Fanfic❝ porque ellos bailaban en la oscuridad, donde las estrellas gritaban y ellos ignoraban ❞. ͟͟͞͞➳❥ bc ₊ kwj ♡ ̖́- © no se aceptan copias ni adaptaciones. los sucesos relatados son ficticios y cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia.