"En mis manos" ((White/'Walten' X Anne))

Capítulo 8: Soy yo.

Meper d0nan por tardar un milenio?

Esa obra de arte fue hecha por Mg_NewBorn :3)/

#RobinEsWaifu xd
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Creo que tengo suerte de que mi rebelde cabello cubra mi ojo derecho; en ese instante tenía un tic nervioso que me delataba ¡y encima ante el coronel! ¡Que vergüenza!

—"Robin" ¿Cierto? —dijo mi nombre interrumpiendo mis pensamientos.

—¡S-s-si señor! —respondí fuerte y claro, pero titubeante.

—¿Cómo está tu brazo?

—¿Eh?

—No cualquiera puede sobrevivir a un encuentro con esas cosas. Eres un hueso duro de roer ¿Lo sabías?

Me detuve de un segundo.

—G-racias... Pero con todo respeto señor, no son "cosas".

—Hmm... Precisamente de eso quería hablar. Señores... —Se dirigió a dos oficiales que estaban en el marco de la puerta de la oficina; pidiéndoles que se retiraran. Por la expresión en sus rostros supongo que pensaron que no saldría de ahí con vida. Pensaba lo mismo.

El general suspiró.

—¿Puedes repetirme, exactamente lo que te pedí que hicieras?

—"Pasarán las 24 horas con ellos"

—Exacto. Y ¿Me puedes explicar, aquí entre nos, por qué estuviste fuera de tu puesto más de una vez?

Me quedé en silencio; no podía decirle que prácticamente arrastré a Anne a esto, además ya era hora de aceptar que lo arruiné todo.
Bien, ya acepté que es culpa mía; ¿¡Ahora cómo demonios se lo digo!?

¿Sonaría como una total idiota si le digo que solo quería protegerlos? ¿Que adoro a esos dos niños sin importar lo que son?

Sí. Definitivamente.

El general carraspeó, indicando que de seguro estaba agotando su paciencia, mi sudor era frío y las palabras salían en forma de titubeos, era una estrategia que se me acababa de ocurrir para tener más tiempo de organizar bien mis palabras; no fue tan efectivo que digamos...

—¡Soldada, firme!

Me fijé de golpe en mi postura al sentarme y me puse recta como si tuviese una tabla en mi espalda. Decidí hablar con sinceridad, después de todo no había escapatoria.

—De seguro me va a odiar por esto... Jeje... —El general frunció el ceño— Yo... La verdad no veo a esos niños como todos los demás lo hacen, cuando- cuando los veo a la cara, yo- yo real- realmente n-no puedo ver a un monstruo ni aunque quisiera. Yo- creo f-firmemente que ellos no tienen la culpa de lo que les está pasando. Ellos no... —no pude seguir después de eso. Mi garganta se anudó de tal forma que apenas me daba para hablar. Me detestaba. Me culpaba por no haber sido capaz de seguir una directriz tan simple. Súbitamente corte mi parloteo; sabía que estaba cansando al coronel. Me quedé cabizbaja, tal vez esperando una sentencia.

En la mesa había un par de lentes, el general sacó un folio con los expedientes y se puso los lentes para leer. Sé que era un momento MUY crítico; pero debo admitir que estaba luchando por mantener la compostura y no soltar una miserable risa.

Al leer mi expediente, se formó un vacío en el que ninguno de los dos hablaba, quien sabe que clase de cosas habrían escrito mis maestros de academia, el teniente, y básicamente todos los "superiores" que he tenido, acerca de mí. A juzgar por su expresión neutral... No pude decir nada por miedo a arruinarlo todo otra vez.