DESTELLOS DE AMOR.(INVIERNO)

Cap.2 Algo mas que un abrazo

Tras ese día en el comienzo del invierno, y el inició de lo que podría llegar a ser una relación empalagosa, había pasado una semana. No era mas que un decir, puesto que Hailee y James eran tímidos, y muy pocas veces parecían una verdadera pareja.
Hailee lo intentaba, claro que si. Tenía experiencia siendo un poco mas abierta con las personas, pero su único gran impedimento era la falta de experiencia de James. Por lo que si lo tomaba de la mano el seguramente buscaría una excusa para soltarse.

Hailee podía llegar a comprender ese miedo, es el mismo que ella tenía de las relaciones. Puesto que ya había estado en otras anteriormente, y no podía negar lo feliz que había sido en cada una de ellas; pero el hecho de intentarlo con una persona mayor, relativamente madura por lo tanto mas adulta no le agradaba del todo. Esa idea aún le sonaba como un buen chiste que contar.
La pregunta era, realmente podría tener una relación estable con su amigo mas cercano en meses.

Hailee no estaba para las dudas, tenía que terminar un par de ilustraciones, para una campaña de inauguración de un restaurante.
Dinero no le hacia falta para ese momento, tenía comida suficiente para un mes, el alquiler de su departamento ya lo había pagado y tenía bien surtida su reserva de dulces. Pero ese dinero extra le vendría bien. Quería viajar lejos un día, simplemente tomar el autobús y miles de trenes hasta llegar a un lugar que la haga feliz.

Una promesa hecha con una persona que ella amo con locura gran parte de su adolescencia. Y que a pesar de que en algún momento todo término, ellos tenían la promesa mas importante que cumplir. Y claro que algún día lo haría, pero claro eso se quedaba en algún día.

Hailee también estaba pasando sus nuevas crisis, hace poco volvieron a atormentarla, justo después de comenzar a salir con James. Su miedo a esa ocasión no era otro que el problema de la edad. James era mayor, mas maduro, serio. Muy poco de el era juvenil, y le aterraba ser igual en algún momento.
No estaba lista para dejar sus dulces, historietas y series. No quería ser la chica que ayuda a organizar los documentos de su novio en una cita. Ella quería ser la chica que pasa momentos tiernos, divertidos y románticos en cada cita con su novio. Pero al conocer un poco a James, sabía bien que esas citas ella las tendría que tomar por reto principal...

Sus trazos digitalizados en computadora, eran precisos coloridos y sencillos. De tonos vinos y cafés claros decoraba lo que era un logotipo de cisnes oscuros. Y con blancos profundos las letras que mencionaban el nombre "la Muré" escritas en cursivas perfectas, término su diseño, listo para entregar en cuanto lo hiciera a mano en el enorme cartelon. Pero claro antes debía asegurarse de que el diseño fuera del agrado del cliente.
Por lo que pronto salió de su departamento.

Vestida con jeans azules, botas negras afelpadas y cálidas por dentro, una blusa delgada, ligera, pequeña blanca, imperceptible por el gran abrigó de peluche en color canela. Perfecta para soportar el creciente frío del invierno, salió de su casa. Con su computadora dentro de su mochila vieja de la escuela, y unos cuantos billetes para comprar cualquier cosa en el camino. Se apresuró a llegar al lugar en donde cerca de dos semanas, estaría repleto de gente, gente deseosa de probar la comida asiática especiada.

El local grande, era pintado por jóvenes vestidos de chándal blanco, con otras manchas de pintura de diferentes colores, mientras otros jóvenes trasladaban cajas de un camión al exterior, hacía dentro de lo que sería la cocina y el espacio en general.
Ella entró, localizo con la mirada a su cliente. Mike era su nombre, asiático, alto, demasiado serio, y apasionado por la cocina.

     —¡Mike!, ¿como estas hoy? —saludo cortésmente al azabache— yo realmente estoy sorprendida. Cuando te conocí, esto era recién, una semilla, y ahora parece ser una planta a punto de florecer por completo, dios. Esto será grande —expresó felizmente.

     —¿que te trae aquí Hailee? —se intereso en la pelirroja atentamente.

     —tu diseño, esta terminado. Y quiero que lo veas antes de temer que hacerlo en grande y todo eso... —explicó con rapidez, mientras sacaba su computadora.

     —oh, tengo mucha curiosidad por saber como se vera —menciono mirando la pantalla de la portátil de la joven frente a el. ¡Oh! Fue lo único que exclamó, era sorprendente, dramático, todo lo que el se imaginaba en el diseño de su restaurante asiático, y verlo en ese dibujo tan bonito le hacía sorprenderse.
No podía mas con el asombro por lo que lo único que fue capaz de decir fue algo parecido a un "me encanta, Hailee, eres una genio".

     —sabes, me alegra que te guste. Ahora tendré mas motivos para estar muy feliz, y pronto comenzaré con el dibujo —prometió feliz, mientras guardaba el portátil en la vieja mochila verde militar.

     —¿con quién saldrás hoy?, tengo entendido que ya no eres la guapísima soltera —preguntó con curiosidad creciente.

     —con mi novio, pero ahora esto es complicado... No lo puedo explicar, solo se que es complicado, y realmente no se que puedo hacer. No es que sea la primera vez que estoy en una relación, pero si es la primera que estoy con una persona completamente cargada de características que me aterran —suspiro, antes de tomar su mochila y caminar a la puerta acompañada de Mike.

     — eso es normal Hailee, el es mayor. Es empresario, es todo lo contrario a ti, y eso no significa que no funcione su relación, al contrario, se que eso sera el detonante para que funcione todo en ustedes. Pero bueno... Da el primer paso tu —aseguro despidiendo a la pelirroja. Quien solamente sonrió.

Dar el primer paso, claro que podría hacerlo, siempre fue así. Pero le asustaba que llegara un punto en donde ella fuera la novia adulta, le asustaba crecer, y no seguir siendo ella.
Le asustaba demasiado pensar en que el hecho de crecer le consumiera la vida, transformándola en la persona sumisa que no es feliz, y los pensamientos negativos solo la consumían mas, de una forma u otra sabía bien que se estaba dañando, al no darle un visto bueno al punto de crecer.

No podría ser tan infantil toda la vida, claro que siempre supo eso, y siempre le molesto. Crecer era parte de la vida de una persona, lo sabía bien, pero su ideología era que no necesita desaparecer ese lado infantil con el que siempre había contado, si era posible haría que James fuera mas relajado, que en algún momento el saque de nuevo ese lado infantil que se perdió.
Ella iba a intentarlo, daría el primer paso si es posible, trataría con fuerzas de madurar, todo por el y por no perder nada de el.

Estaba preparada para dar ese paso por James, estaba justo fuera de la oficina de este. No estaba nerviosa, esos nervios jamás aparecieron. En ese momento tenía mas seguridad junta que en mucha ocasiones.

     —¡James!, vine pasando y... Se me ocurrió que tal vez no habías  comido nada... Y como seguramente vas a decir que tienes mucho, mucho trabajo, traje comida para los dos —titubeó ligeramente mostrando dos bolsas que contenían carne al vino tinto con guarnición de verduras al vapor.

     —jeje, gracias Hailee. No hacía falta, pero vamos sienta te a comer por favor, eres bienvenida a esta oficina siempre —le aseguro tomando una de las bolsas, y acomodando la otra silla cerca de la de el.

Bien, esa no era la reacción esperada, pero lo entendía. A penas llevaban una semana, claro que iba a ser incómodo al principio.
Pero bien, tampoco se esperaba el sepulcral silencio que se había formado en la mesa.

Porque era mas difícil todo con James, esta claro que ella conoce la personalidad de su amigo. Pero eso era mucho.

James por otro lado estaba nervioso, de nuevo estaba la duda, que debía de hacer. No sabía si unas palabras, un abrazo, o algo mas...
Tal vez por ese momento dejar actuar el instinto era mejor.

Hailee estaba sorprendida, un abrazó. Eso era lo que pasaba en ese momento, se estaba abrazando a James, mas cerca que en muchas ocasiones. Tendría que disfrutar ese momento. James y Hailee, novatos, tiernos, inexpertos. Pero claro que estaban dispuestos a intentarlo.
Estaban dispuestos a decir en voz alta, que al menos lo intentaron con fuerza...