Estaba ahí, por primera vez, mi cuerpo desnudo frente a los ojos de otra persona. No sentí pena de mostrar mi piel, no sentí miedo de lo que se aproximaba, era mi cuerpo siendo deleitado y acariciado por sus manos con afán y ternura.
Cada tacto me hacía querer más, me susurró lo mucho que me quería y deseaba... Sus besos acariciaban mi alma,con sus dedos trazó un laberinto de caricias en mis piernas y pechos.
Dos cuerpos deseándose, convirtiéndose en uno solo, envueltos en una explosión de color y emoción.
Fue como estar viendo juegos artificiales.