Apenas Taeil había despertado y ya estaba llenando de dulces y tiernos besitos las mejillas de Donghyuck.Taeil amaba tanto a Donghyuck. Amaba sus enojos cuando se burlaba de él, sus pucheritos cuando quería algo, sus dulces besitos que le regalaba antes de dormir, sus preciosos ojitos oscuros, sus mejillas con pequeños lunarcitos, sus gorditos labios...
Simplemente lo amaba.
Donghyuck también lo hacía. Taeil era tan dedicado con todo. Cada vez que recuerda cuando se enfermó y este vino corriendo hasta su casa para estar con él y darle mimitos y galletitas, sonreía enternecido.
Eran una hermosa pareja, no había nada de malo en ellos dos.
Salvo que Donghyuck ya estaba restando.
Estaba restando días desde que empezó a notar como sus dolores de estómago cada vez se hacían más insufribles y asquerosos. Decidió ir al médico, por decimotercera vez, y le enviaron al hospital para que le hicieran radiografías.
Donghyuck no se esperaba que tuviera cáncer de estómago muy avanzado.
Donghyuck estuvo llorando un día entero sin descanso por ese tema, no por él, sino por Taeil.
¿Qué iba a hacer Taeil sin su tierno solecito?
Los médicos le dijeron que lo habían detectado muy tarde, y que desgraciadamente, era demasiado grave para solucionarlo.
Donghyuck decidió no contarle nada a Taeil, quería pasar todo el tiempo que le quedaba a su lado, recibiendo abracitos y dulces besitos en su narizcita, no estando arrepintiendo y viendo como, la cosa más preciada de su mundo, se derrumbaba a medida que lo hacía él.
Eso era lo único que afectaba a esta entrañable pareja.
- Hyuckie... buenos días solecito. -dijo susurrando mientras sus manos le acariciaban suavemente sus mejillas.-
- Mmm... un rato más... -dijo con una voz adormilada, girando su cabeza hacia el techo para que el mayor le dejara descansar.-
Taeil sonrió al ver como el pelo descolocado del moreno se ponía de manera graciosa al cambiarse de postura, el cual colocó el mayor mientras acariciaba su cabellera.
Taeil pensó en lo hermoso que se veía su novio por las mañanas. Tan tierno. Todo su novio era tierno. Su pelito descolocado tapándole un poco sus pequeños ojitos cerrados, sus húmedos labios entre abiertos, sus manitas agarrando la sábana levemente... Precioso.
El mayor no se resistió en empezar a besar suavemente el cuello del pequeño, notando como éste se quejaba con unos cortos "mmm".
Sus lentos besos bajaron hasta su clavícula, y sus manos fueron a parar hasta la cintura que tanto le gustaba agarrar.
- Taeil...te maldigo -dijo con la voz cargada de sueño a la vez que abría sus ojitos un poco.-
El mencionado sonrió mientras apoyaba su frente en el pecho del otro mientras introducía sus manos por debajo de la camisa que le había dejado a su pequeño en la noche, notando como un escalofrío recorría su abdomen a medida que sus manos levantaban su camisa, dejándole descubierto.
-Yah...Taeil... -posó sus manos en sus ojos y los comenzó a frotar para poder despertar de su profundo sueño.- Eres un impaciente.
El mayor se levantó de su sitio y se sentó encima de su pequeño a horcajadas, observando el rostro de dormido del otro.
- Buenos días -dijo Taeil dedicándole una de sus sonrisas que le encantaban tanto al menor.-
- Buenos días impaciente -dijo con un tono quejica mientras un adorable puchero se hacía presente en sus labios.-
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No me digas adiós ; Taehyuck
Fiksi Penggemar"Hyuck ya sabía lo que le esperaba. Hyuck tenía miedo de decirle a su único motivo por el que intentaba parar su inevitable cuenta atrás. La vida es tan injusta, y el pequeño moreno de ojos oscuros, sabía muy bien cuánto lo podía ser. - Por favo...