Sadie Sink.
El frío azota las ventanas de cristal, la lluvia es violenta fuera. Estoy atada en una silla, sin saber en dónde estoy. Debería estar luchando por mi vida pero no lo hago. No soy fuerte. Me estoy dando por terminada, esta es mi perdición.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunta una voz masculina y alzo mi vista encontrandome con un chico de ojos ámbar. Parece de dieciocho años.
—Sadie, soy Sadie Sink. ¿Qué hago aquí? —pregunto sintiéndome intimidada.
—No te preocupes, no te pasará nada malo —cierra la puerta de la habitación, sentándose en la silla que está al otro lado de la mesa, frente a mí — no si te mantienes cerca de mí.
—¿Qué? ¿A qué te refieres? —inquiero.
Él suspira. Es aterrador, su vestimenta es negra y en su cuerpo tiene varios tatuajes, símbolos celtas.
—Mi padre quiere hacerte daño, tienes algo especial y él lo sabe. Busca venganza. Conoce todo de ti, incluso cosas que tú no sabes de ti misma y es tiempo de que lo hagas —musita —. Es una historia demasiado larga, te hará lo mismo que a todas las chicas que he conocido y yo sólo deseo que termine con esto pero no me escucha, así que yo mismo haré que pare, y necesito tu ayuda.
Parece ese tipo de chico confiable, y por la forma que se expresa me hace creer en él pero mi pasado me hace dudar incluso de mi propia existencia.
—Mi vida depende de ti ahora —digo con seriedad —, mi felicidad está en tus manos. Confío en ti.
—Estaré aquí a esta misma hora. Mi padre vendrá, sólo te pido que seas fuerte —comenta y río con sarcástico.
—Ya no tengo la capacidad para ser fuerte.
Me mira seriamente, examinandome. Es una persona fría, y no entiendo por qué desea ayudarme. ¿Acaso doy demasiada lastima? El chico de ojos ámbar se levanta de la silla para salir silenciosamente de la habitación, dejándome con demasiadas preguntas.
Si pudiera describirlo sería con la palabra misterioso. No sé cómo es él ni con quién me estoy aliando, pero sí sé que él me ayudará a salir de este lugar. La puerta vuelve a abrirse dando paso al padre del chico, con los mismos rasgos que su hijo.
—La pequeña Sink —dice cerrando la puerta de golpe, su voz suena ronca —, tú y yo tenemos mucho de qué hablar.
Me siento como un gato cazando a un ratón, y en esa fantasía yo soy el pequeño y débil ratón.
«No olvides lo ágil» —escucho una voz que se reproduce en mi cabeza sintiéndome mareada.
—Adelante —mascullo fingiendo seguridad.
—Aquí no hablaremos —me desata de la silla y toma mi mano, es demasiado alto. Caminamos por un largo pasillo, las personas vienen y van, unas parecen alarmadas pero la otra parte no. Llegamos hasta su oficina y me invita a sentar de frente a él.
—¿Qué es lo que hacen aquí? —pregunto sentándome en la silla.
—Soy Jonah Fox —empiza —. Tú familia tiene una deuda conmigo, una que aun no ha sido saldada y ahora tú pagaras por ella.
—No estoy entendiendo nada. ¿Qué deuda?
—¿Alguna vez te has preguntado por qué no puedes ser feliz? —me pregunta y asiento —. Hay una maldición en ti que te condena eternamente a la perdición.
—Mucha mierda para procesar —bufo.
—No eres la única que maneja tu vida, no eres quién toma las decisiones de tus actos. Hay algo sombrío en ti —prosigue, dejandome sin aliento y con un un nudo en la garganta —. Estás aquí porque yo busco la venganza, tenerme de enemigo es como estar en el mismísimo infierno. Acabaré con tu vida como lo hice con tu padre.
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ENTHEROMANIA -', Fadie
FanfictionEntheromania: «Deseo a ser libre» •QUEDA PROHIBIDA LA COPA Y/O ADAPTACIÓN DEL LIBRO.