Dolor

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Mi existencia se limitaba a sentir dolor no podía sentir ni pensar en nada más, después de lo que pareció una eternidad fue expulsado lentamente de mi cuerpo, dejando mi cuerpo abatido- Vamos ya sé que estas consciente- Recibí una patada en el estómago que provocó que saliera sangre de mi boca, en realidad estaba tanto mental como físicamente maltratada, tanto que el movimiento de toser la sangre dolía como el demonio.

Lo siento, voy a necesitar esto- Hablaba de la espada de Tunde que tenía en su mano- Pero no te preocupes en un momento uno de mis seguidores se encargará de continuar tu tormento- Mi cuerpo se tensó, después de un momento me di cuenta de que solo...

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Lo siento, voy a necesitar esto- Hablaba de la espada de Tunde que tenía en su mano- Pero no te preocupes en un momento uno de mis seguidores se encargará de continuar tu tormento- Mi cuerpo se tensó, después de un momento me di cuenta de que solo yo me encontraba en el calabozo- Veo que por fin te diste cuenta, lamento decepcionarte pero los demás están ayudándonos con un hechizo – Cerré un poco los ojos con desconfianza mientras él caminaba de un lado a otro muy lentamente, como un puma viendo a su presa - Si no fueras tan estúpida cooperarias conmigo, tal vez deje con vida a tus hijas, sin rasguño alguno,  y lo único que habrás recibido será una tortura- Bufé con desagrado, sería realmente una estúpida si consideraba esa propuesta, además de que no pensaba traicionarlos, Alistar era un tipo del cual uno debía cuidarse y realmente no parecía ser de los que cumplen sus promesas. Se enojó enseguida por mi gesto y se me acercó - Creo que no entiendes la posición en la que te encuentras, podría matarte en este momento- Me levanto del cuello- Una sola de mis mordidas te condenaría- su iris se volvió rojo sangre, las venas oscuras aparecieron bajo sus ojos mientras la sangre bombeaba con fuerza a través de ellos, y le crecieron múltiples colmillos- ¡AHORA dime donde están esas mocosas!- Pronunció mientras su agarre se volvía más fuerte.

El ú-nico es-túpido aquí eres tú si re-almen-te crees que te lo di-ré- El agarre que tenía en mi cuello me imposibilitaba hablar.

Esta era tu última oportunidad- Alistar me aventó haciendo que me golpeara con la pared de la que estaba encadenada, después de un momento hablo más calmado, viéndome con un gesto de diversión anticipada. Los cambios de humor de este sujeto eran espeluznantes- ¿Sabes? Realmente los Mikaelson y tú me han hecho fácil esto, ellos por tener cientos de enemigos y tú por juntar mis problemas, pero piénsalo detenidamente ¿Realmente crees que necesito a esas tres mocosas para hacer el hechizo de liberación de linajes con todos los seres que están dispuestos a aniquilar a esa familia? - Soltó una carcajada asquerosamente sádica- En unas horas todos los linajes estarán liberados y los Mikaelson aniquilados- Sonrió antes de decir- Y no te preocupes me encargaré de encontrar a esas niñas, cualquier cosa para hacer sufrir a Klaus antes de su muerte será bienvenida- Se acercó a la puerta y antes de salir susurró- Lastima que no podamos canalizar magia de ti, con lo desangrada que estas por la tortura tu poder debe ser realmente bajo, pero no te preocupes no te perderás del espectáculo, después de todo eres parte de él- Cerró la puerta, su maldita risa se escuchaba y retumbaba mis tímpanos, ese desalmado nos tenía en sus manos.

¿Hace cuánto había llegado al punto de no sentir dolor? Tal parecía que mi cuerpo poco a poco se estaba rindiendo, ESE MALDITO, si salgo de esta lo primero que haré será matarlo, no dejó de torturarme hasta que se aburrió. Deseaba ser alguien que no daba su brazo a torcer, que no les daría el gusto a mis verdugos de verme afectada por el sufrimiento que me infringían, pero la realidad distaba mucho de eso. Una sensación amarga y sollozos se apropiaron de mi cuerpo, recordando que las suplicas que dije, los gritos que me dejaron afónica y las lágrimas que no dejaban de salir pese a que mis ojos ardían nada de eso los hizo detenerse, solo divertirse más.

 Una sensación amarga y sollozos se apropiaron de mi cuerpo, recordando que las suplicas que dije, los gritos que me dejaron afónica y las lágrimas que no dejaban de salir pese a que mis ojos ardían nada de eso los hizo detenerse, solo divertirse más

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Parte de mi quería rendirse y morir de una vez, pero otra que deseaba tanto vivir para ver una vez más a mis seres queridos no se lo permitía.

Un amor como ninguno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora