Arco: Un mundo de ensueño I

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Sus gritos era lo único que destacaba en aquella noche de luna llena. Las carcajadas de sus captores se perdían, eran silenciadas por su llanto y forcejeo buscando su libertad. Un golpe contundente a su rostro redujo su vigor dejándola dócil para los planes que se esperaban de ella. Sus ojos sólo se fijaban en buscar una salida al mirar los rayos de la luna entrando por el techo del granero. La luna era su único resguardo. No quería pensar en todas esas manos tocando su cuerpo y esos ojos mirándola con morbosidad. Intentó gritar nuevamente, esperando que alguien que la pueda auxiliar; no hubo respuesta. Miró alrededor y captó 4 sonrisas que tan solo saboreaban sus labios ante el deseo carnal que les provocaba tenerla totalmente indefensa.

Uno de ellos se detuvo y les dijo a los otros que salieran, pues era el momento de turnarse. Sus camaradas se notaron tensos, no les agradaba la idea, pero una breve discusión le dió derecho de potestad para hacer con ella lo que quisiera durante 25 minutos. Sus camaradas salieron dejándolo sólo con su víctima. Comenzó a arrancar sus arraigados ropajes hasta descubrir su pecho, le puso parte de la tela en la boca para evitar sus gritos y lamió alrededor de su cuello y mejillas las lágrimas saladas de la chica.

Su respiración se hacía más pesada y reía con perversión. Continuó desde el cuello hasta su abdomen y de ahí subió hasta su pecho, donde lamía, mordía y chupaba sus pezones. Se quitó la camiseta y lanzó sus pantalones lejos, quedándose completamente desnudo. Se le subió encima y frotó su miembro de sus senos, mientras se burlaba de ella. Bajó hasta su cadera y le subió la falda y quitó las bragas.

Prosiguió a pasar sus dedos por aquella zona y cuando pujó para intentar entrar su miembro el fuerte golpe propiciado por un martillo lo dejó fuera de sí. Su cuerpo cayó hacia el costado de la chica, la cual fijó su mirada en percatarse quién lo había hecho para enterarse de que fue su pequeña hermana. Sus lágrimas no pararon, sus esperanzas fueron destruidas. Encontrar a su hermanita en aquel lugar fue lo peor que la vida le pudo permitir.

Su pequeña hermana se aproximó en retirar aquel que estaba inconsciente de encima del cuerpo de su hermana y le quitó las vendas de la boca. Su hermana no dijo nada, sólo la abrazó con lágrimas en los ojos completamente aterrada. Su hermanita le correspondió el abrazó y le susurró que por favor huyeran de ahí.

Se aproximó en observar el que hacían los demás captores. Su mirada mostró terror al percatarse de que tan sólo estaban ahí "divirtiéndose" con otras tantas chicas que tenían secuestradas. Sin embargo, ella entendía que no podía hacer nada, y que lo más importante era poner a salvo a su pequeña hermana. Con paso suave salieron por la parte trasera del granero, dando la espalda a los captores.

Una vez vió la distancia suficiente empezó a correr, pero su intento se vió arruinado tras caer ante una alambrada de púas, la cual fue levantamiento de uno de los captores, el cual accionó la trampa. Éste se abalanzó rápidamente ante la joven, quien intentó incorporarse lo más rápido que pudo, pero al no ver respuesta por su pierna, optó por decirle a su hermanita que corriera. Aunque ésta se resignó, entendió que era lo más factible, pero ya era muy tarde, pues uno de ellos la tomó por el pelo y la arrojó al suelo.

Los captores la arrastraron a ambas hasta la fogata donde estaban las otras que tenían atrapadas, donde se burlaron de su intento de escape y que todo lo hubiera hecho una niña tan pequeña. Éstos discutían su edad, la cual oscilaba entre los 11 y 13 años, de acuerdo a sus especulaciones. Las amarraron y uno de ellos fue a buscar a su compañero herido, al cual encontró incorporándose del suelo, a la par en que le contaba lo sucedido.

La ira brotaba de sus ojos cuando se acercó a la fogata viendo quién le había dejado inconsciente. La sangre brotaba de su cabeza, pero ante la rabia que sentía el dolor era un factor secundario. Se aproximó a la chiquilla pateando con rabia muy fuerte en el costado, para posteriormente pisar su espalda. Su hermana gritó de desesperación porque la perdonara, pues sólo es una niña. A lo que el captor afirmó hacerlo, pero luego de vengarse. Pues, primero se divertiría con ella, para luego continuar en donde lo dejaron.

Buscó una navaja, despedazó la ropa de la niña, mientras se burlaba de su hermana. Asegurando que esto le pasa por meterse con él. Tocaba a la niña añadiendo que no había probado una infante antes, que ésto sería emocionante. Una oleada de emociones invadieron a su hermana ante aquel apto, donde sólo deseaba poder hacer algo para impedirlo. Hasta que otros de sus captores se postró a sus espaldas diciéndole que disfrutaría ver mientras violaban a la niña, y él la complacía a ella.

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Posdata: Desde ya aviso que es una historia muy fuerte, pero bastante entretenida. Lo lees bajo tu consentimiento.

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