Generación OmegaΩ

Arco: Un mundo de ensueño IV

El alba dió los primeros vestigios de su magnificencia, había sido una noche muy larga, llena de sufrimiento y desesperanza. Las lágrimas habían cesado, pero aún existía la duda de ¿Hasta cuándo? Pues, por más que se busque proteger las sonrisas, tarde o temprano, el azar te la arrebatará. Así era el mundo en la actualidad, donde ya no no existía la posesión, sólo lo efímero.

Scott fue con Leidy en mano hasta el granero, donde todos estaban preparándose para marcharse. Leidy se aproximó hasta Bill, el amigo que intentó devolverle la libertad terminando en un intento vano. Le explicó lo de las pastillas tanto para ella como para su hermana. Bill accedió, y con razón de que iban a necesitar no solo para ellas 2, si no, para todas.

Se armaron como pudieron utilizando el armamento de aquellos cadáveres que dudaban, los volverían a usar, o siquiera lo necesitarían. Scott no tomó nada, pues aseguraba que no les haría falta, dejando todo lo utilizable para lo que él denominaba como víctimas. Sin embargo, él seguía siendo un misterio para todos, de dónde vino, por qué, para qué. La desconfianza asomaba sus garras esperando el momento justo para saltar y aferrarse a alguien. Pues, visto el evento anterior, notando su respuesta ante esto, sembró las semillas de un árbol que lo terminaría ahorcando con sus raíces.

Así tomaron rumbo hasta una zona rural donde podían esperar muchas cosas menos una cálida bienvenida. Ahí jóvenes por doquier, y entre medio de aquel mundo caótico se podía esperar lo que sea de cualquier rincón. Incluso de quién supone te cubre la espalda. Aunque, esto poco le preocupaba al grupo de Scott, el cual rápidamente se puso en cabeza para dirigirlos hacia la esperanza, o así él lo denominaba. Tomando en cuenta que era un grupo medianamente extenso, pues estaba representado por 2 hombres y 7 mujeres. Él viendo esto como un peligro inmediato.

En el transcurso hacia su destino, Bill se acercó a Scott para cuestionarle sobre su existencia e intenciones. Scott le explicó que no pertenece a ningún lugar, que él era más bien un nómada. Además, que sí le aterra que llegue a hacer algo peor de lo que vivieron, puede estar tranquilo, pues sus intenciones oscilan en lo ético y moralmente correcto ante personas que hayan experimentado tal dolor físico como emocional.

Bill se mostró intrigado, pero nunca apartó un ojo, ya que en ningún momento respondió concretamente cuáles eran sus intenciones. Aunque, se quedaba más tranquilo al entender que poco conseguiría tanto de él como de las chicas un Vigésimo. En ese instante, surgió una nueva duda en Bill, "¿Qué es exactamente ser un Vigésimo? ¿Cuál es su significado?" Dirigiendo la incógnita hasta Scott, el cual guardo silencio mientras mantenía la vista al frente.

Luego de más de una hora de caminata avistaron una gasolinera acompañada de un negocio. Esperaban que aún poseerá comida, y cualquier otro artículo que les podría beneficiar. Incluso podía tener las pastillas que buscaban, y no tendrían que trasladarse hasta las busqueda de una farmacia. Ya con menos de un kilómetro de distancia de la gasolinera Scott les detuvo y pidió que se alejarán de la carretera. El grupo no entendía el cambio aparente, pero corrieron en horizontal a la carretera hasta obtener cobertura en una zona de hierba alta donde agacharon su cuerpo y cabezas.

La duda les invadió a todos ante la inexplicable actitud de Scott, hasta que añadió que alguien se acercaba por la carretera. Todos guardaron silencio hasta que a lo lejos se escuchaba el ruido de un vehículo, aparentemente un automóvil. Éste cruzó cercano al escondite del grupo y detuvo su marcha en la gasolinera. De él vehículo salió una pareja compuesta por un hombre y una mujer. Entraron a la gasolinera de prisa, dejando incluso el motor del vehículo encendido.

Scott explicó al grupo que se acercarán utilizando la hierba alta como cobertura, él y Bill se adelantarían para despejar la zona en caso de haber peligro. Ambos corrieron entre la hierba realizando un rodeo a la gasolinera, con intención de entrar por la parte trasera. Scott aproximó su oído a la pared de la gasolinera para intentar escuchar lo que dentro sucedía. Aparentemente la pareja discutía, y buscaba algo de forma eufórica. Entre gritos no se entendía qué.

Scott forzó la puerta trasera, indicándole a Bill que entrara a través de ella, mientras él los contrarrestaba por la puerta principal al negocio. Bill poseía el arma que obtuvo de sus captores, con un cartucho con más de la mitad de las balas, y cargada lista para disparar. Bill se negaba a matarlos sin razón, pero estaba determinado a hacer lo necesario por Leidy y su hermana. Al menos, estaba dispuesto a intentar herirlos de muerte, pero sin provocarles la muerte al instante. Puesto que, éste aseguraba que no tendría remordimiento de ésta forma.

Mientras Scott se dirigía a la puerta central el joven que se había interiorizado al negocio salió a entrar algunas cosas a la cajuela del vehículo, en ese instante la chica gritó, y cuando éste volteó para socorrer a su acompañante Scott se arrimó sobre él y lo puso contra la parte trasera del vehículo. Él jóven forcejeó para intentar librarse de las ataduras de su opositor, pero fue en vano. Bill traía a la chica apuntando a su cabeza diciéndole una y otra vez que si intentaba algo le reventaría la cabeza.

El joven trataba de calmar a Bill y Scott diciéndoles que no querían hacerle daño a nadie, que han sólo buscan provisiones. Nada más. Scott le cuestionó de sí visualizo algún escaparate con medicinas en el establecimiento, pero el joven aseguró de no haberse percatado. En ese instante, llegaron las demás integrantes del grupo y Scott les indicó que buscarán todo lo relevante dentro del lugar. Ahí fue cuando la hostilidad desapareció, ahí fue cuando Scott entendía que aquellas personas no presentaban peligro alguno en lo más mínimo, ahí fue cuando Scott bajó su vista y vió a través del cristal trasero del vehículo un bebé.