¿Podría ser peor?

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Sunset Shimmer era de los mejores agentes infiltrados en el mundo humano y conocía las reglas de esa sociedad pero jamás imaginó que se encontraría con tres princesas que pondrían en la misión que tenía. Sonata Dusk y Aria Blaze eran un dolor de cabeza, tomaban lo que querían y no eran educadas pero su hermana mayor, Adagio Dazzling, rompía esa pequeña escala y las volvía más soportables.

-Pareces agotada...- comentó la princesa con una sonrisa sarcástica.

-¿De quién será la culpa?, entre las tres han provocado el peor dolor de cabeza que he tenido- contestó la chica ruda con el ceño fruncido.

-Venga, no seas así Sunny, no siempre nos permiten salir--dijo la sirena de la realeza tomando su brazo.

-No me llamó Sunny y realmente no tendría problema si se comportarán mejor- dijo la sirena guardiana revisando los alrededores.

Pese a que la chica de tez bronceada no tenía la certeza si la princesa realmente tuviera una habilidad, sin embargo se aseguraba de no mirarla a los ojos por demasiado tiempo. También no quería que Twilight la viera con ese trío de lunáticas.

-¿Acaso buscas a alguien?- preguntó la chica de cabello chino al ver que los ojos de la otra divagaban por todos lados.

-No, simplemente verificó los alrededores y no involucró mi misión en peligro- contestó la chica de ojos aquamarina dando un ligero suspiró al ver que la insaciable Sonata se había fijado otra vez en comida y tendría que pagar.

La chica de ojos rubíes no perdió de vista a la chica de cabello rojo con franjas amarillas cuando se libró de su agarre y fue a seguir a las hermanas. Su habilidad existía desde su nacimiento, podía tener casi cualquier cosa que quisiera y pese a que existían personas que tenían resistencia a su habilidad nunca se había cruzado con alguien que lo rompiera con tanta facilidad.

-No creo que tenga que ver con que sea guardiana, eso sólo aumenta mi curiosidad sobre ella- dijo Adagio absorta en sus pensamientos que no notó que había alguien enfrente suyo y chocó.

Fue una suerte que la joven científica la sostuviera por los hombros y evitará la caída. Estaban muy cerca la una de la otra.

-Lo lamento, ¿te encuentras bien?- preguntó la chica con lentes.

-Estoy bien, lo siento fue mi culpa, venía distraída- contestó la princesa sirena cortésmente, la chica humana con la que chocó fue amable con ella.

-Menos mal- dijo con alivio la chica de ojos magenta.

De un momento a otro, Sunset se interpuso entre ambas con una expresión de reproche hacia la sirena de cabello chino y el par de hermanas miraron extrañadas la escena.

- ¿Sunset?- preguntó Twilight ya que no esperaba encontrarsela.

-Emm...!Hey Twily¡, no esperaba verte en los muelles hoy- dijo la chica ruda intentando sonar lo más relajada que podía. Tenía mala suerte y ese asunto gato encerrado.

-!Hey Sunset¡, ¿no vas a presentarme a tu amiga?- dijo con burla Adagio, dada la reacción de la guardiana por su contacto físico.

La chica de tez bronceada por primera vez sintió una enormes ganas de matar al trío de princesas pero no le quedó más remedio que tomar aire y recuperar su expresión tranquila.

-Por supuesto, Twilight, ellas son Adagio Dazzling, Sonata Dusk y Aria Blaze, primas mías- las presentó resignada la chica de ojos aquamarina.

-Si que tienes una familia grande Sunset. Mucho gusto, mi nombre es Twilight Sparkle, es un placer conocerlas- dijo la chica intelectual con una ligera sonrisa en los labios.

Pese a las advertencias de la guardiana, las sirenas reales hicieron comentarios impertinentes acerca de la joven científica debería cambiar su peinado y prendas para mostrar el buen cuerpo que escondía entre ellas. Hicieron que la chica de cabello rojo con franjas amarillas se muriera de la vergüenza.

-!Lo siento mucho Twilight¡, mis primas a veces pueden ser... Un poco...- dijo Sunset con un brillante rubor de lo avergonzada que estaba.

-No te preocupes, no considero que tus primas lo hicieran con malas intenciones, parecen simpáticas- dijo la chica de cabello azul marino con franjas rosas y morada calmando a su amiga.

-No lo son, creeme, pasar una hora con ellas te vuelve loca- dijo Sunset con un claro disgusto a sus protegidas.

-Entiendo, entiendo... Por cierto Sunset, aprovechando que tuve la suerte de encontrarte, ya conseguí colocar el motor modificado y hoy haré la primer prueba, ¿Quieres venir conmigo?- dijo Twilight con emoción.

-¿Enserio?,!eso es increíble Twily¡ me encantaría pero... Debo cuidar de mis primas- dijo la chica ruda con cierta decepción.

-No hay ningún problema, el bote es lo suficientemente grande para ir cinco personas, entonces ¿Qué dices?- preguntó la joven científica esperando un si.

-Bueno...dejame hablarlo con ellas, ¿de acuerdo?- dijo la sirena guardiana retrocediendo para hablar con "sus primas".

Al final las tres sirenas de la realeza accedieron, tenían curiosidad por el transporte que usaban los humanos para viajar en los océanos y quedaron asombradas al mirar el bote.

-¿Ellas nunca habían visto un bote?- preguntó con curiosidad la chica humana.

-No, ellas vienen del campo y es su primera ves cerca de un bote- contestó la chica de tez bronceada mientras ayudaba para poder zarpar.

Una vez que emprendieron la marcha, se podía ver como las brisas saladas movían las nubes, el sol se escondía o dejaba ver sus rayos brillar mientras la chica intelectual se aseguraba de tomar lecturas de todo y seguir la ruta planeada. Las tres chicas miraban como se veía todo desde la superficie, sólo rocas y animales voladores con voz aguda pese a que en la profundidad fuera hermoso y con varias formas de vida.

-Twilight, ¿realmente estamos recorriendo la ruta que seguían los cruceros Navy Teach?, no creo que podamos recorrerla toda- dijo la chica de ojos aquamarina preocupada por traer a las tres princesas.

-Por supuesto que no haremos toda la ruta tontita, sólo una pequeña parte, prometo que volveremos para la cena- contestó la chica de tez clara fijando las coordenadas.

Sólo los miembros de los reinos de las profundidades, sabían la ubicación del reino y eran capaces de saber cuando estaban cerca. Una localización donde se prohibía la cercanía de los humanos y solía hundir los barcos.

-No creo que esté bien que un barco humano se acerqué demasiado al reino vecino- dijo Sonata con cierto nerviosismo.

- Tal vez por eso la guardiana nos trajo aquí, puede que conozca nuestra habilidad- dijo Aria con frialdad.

-Si ese es el caso, comencemos de una vez- dijo Adagio tomando las manos de sus hermanas.

La chica de cabello rojo con franjas amarillas vio como el cielo azul se tornaba de un gris oscuro a un negro profundo que sólo se iluminaba por los relámpagos. Sonaba un trío de voces femeninas celestiales que convocaron a esa terrible tormenta que revolvió el océano hasta volverlo una bestia voraz. Las olas golpeaban el bote con fuerza y todos los aparatos se volvieron locos, la joven sirena salió pero fue tarde, el bote se volcó y ahora todos estaban en el agua.

-!Demonios¡, ¿por qué hicieron eso?,!no había necesidad de hundir el bote¡- reclamó Sunset con la mirada encendida.

-Era necesario, era peligroso dejar un barco tan cerca de uno de los reinos- dijo con firmeza Adagio.

Si hubo algo que las princesas no esperaron fue que la sirena de tez bronceada abofeteo a la hermana mayor y pudo seguir con la agresión pero notó de reojo un cuerpo hundiéndose en las profundidades. Antes de notarlo la chica de ojos aquamarina nadaba a toda velocidad para sostener a la chica intelectual que yacía inconsciente. El corazón de Sunset latía a todo lo que daba y colocó una burbuja de oxígeno para permitirle a la chica humana respirar y no fuera a morir, no ella. Ella no tenía la culpa de absolutamente nada.

Continuará...

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