Capítulo 1

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Candy estaba de pie delante de un espejo con la mirada pérdida, El día de su boda ha llegado, ¿cómo le puede estar pasando esto a ella?.

Por alguna extraña razón no tiene esos sentimientos y emociones excitantes que ella estaba esperando, no hay una alegría especial ni un sentimiento eufórico.

-Pero por qué le dije,"Sí"... ¿por qué?, - reflexionaba la chica, Bueno por supuesto, porque me encanta ... ¡me encanta!...¿pero...a quién engaño?, me encanta Albert, pero como un hermano, como amigo, no como hombre...tenía miedo de herirlo con mi negativa, y ahora es demasiado tarde...demasiado tarde.

Candy se alejó del espejo y se sentó en la cama con la cara entre las palmas de las manos.

En este estado la encontró Annie cuando entró a su habitación.

- Candy ¿hay algo que te preocupe? - preguntó su amiga al verla en ese estado.

Inmediatamente la chica salió de sus pensamientos.

- ¿Qué sucede?, ¿Neil te ha ofendido?, después de todo, él llegó ayer por la noche.-le confirmó su amiga

- Sí, está todo bien, sólo estoy un poco nerviosa,- pero...¿Niel llego?,- pregunto la rubia, así que ni siquiera lo sabía, por lo que ese no era el problema, Annie ignoraba exactamente que le estaba sucediendo.

- Bueno, entonces contrólate y cálmate, ¡es el día de tu boda, todo estará bien, ya lo verás!. Ahora comenzará una nueva vida para ustedes, créeme, sé de lo que hablo. -Por cierto- añadió la chica lanzando una mirada al reloj - dentro de 20 minutos más viene la peluquera, así que ahora voy a llamar a la servidumbre para que te asistan con tu vestido.

Dos horas más tarde, Candy miró su reflejo en el espejo, ahora se sentía aún más extraña, el reflejo del espejo le mostraba a una desconocida con un nuevo peinado y un vestido de novia de lujo.

-¿Es verdad que deseas esto? - Con énfasis se preguntó a sí misma

-Por supuesto que si,- la tranquilizó a su voz interior.

- Es el mejor y lo amo, está siempre cerca en el momento oportuno, siempre tendiéndome una mano cuando lo necesito- trataba de convencerse a sí misma, Estaba distraída sumida en sus pensamientos y no escuchó cuando se abrió la puerta y las palabras de Annie la hicieron volver a la realidad.

- Debes bajar pronto, llegó el momento Candy, ya todos se van a la iglesia y solamente están esperando por nosotros.
- ¿Necesitas ayuda con el vestido?,- le preguntó su amiga
- No es necesario, yo puedo sola, ahora voy,- y tomando la cola del vestido, la novia bajo las escaleras
- Archie, Patty,Tom y yo vamos a ir en el mismo auto .- le recalcó Annie

Momentos después, Neil bajaba por la escalera justo en frente de la novia, Annie ya estaba en la planta baja, lucía nerviosa y con el zapato hacia un golpeteo incesante - Hemos tardado tanto, ¡hay que darse prisa!.

Candy pensaba que bajaría las escaleras como siempre, rápido y fácil, pero no fue así, se dio cuenta que con ese gran vestido, todo se hizo bastante lento...y es que no acostumbraba usar zapatos de tacón.

En este día tan importante, debe lucir con gracia y muy elegante ...pero Candy llego hasta allí rengueando, de manera involuntaria.

Neil y ella no eran precisamente amigos, y sin embargo estaba ahí cerca de ella, ¿para qué?. -entonces Candy recordó lo que le preguntó Annie, acerca de que si él la había molestado, Pero...¿por qué es que ella dijo algo así?.

-¡No hay nada que temer!, -se repetía la chica, por supuesto sólo era la costumbre de no confiar en los traidores Leagan, pero aún así...
-¡Todo va a estar bien!, yo misma me aseguraré de ello!,- y empezó a bajar.

En medio de las escaleras se tropezó y se habría caído si Neil no viene al rescate tomándola rápidamente del brazo.

- ¡Gracias!, - Candy le agradeció con recelo, tratando de retirar su brazo y escapar de su agarre.
- Por favor, no es nada,- contestó Neil,- yo te ayudaré,- cuando estaba cerca de él, la rubia levantó la vista y se encontró con su mirada arrogante. Esto parecía una premonición, sintió vagamente algo extraño que se agitó en su corazón.

Los jóvenes finalmente salieron de la casa. Archie, Annie, Patty y Tom se fueron en el mismo auto.

- ¡Ustedes puede irse!,- les gritó el señorito Leagan,- yo te llevaré Candy, por favor sube al asiento trasero, llegaremos a tiempo, no te preocupes.-

La limusina era blanca y elegante, estaba decorada con rosas y encajes para la novia.

Neil le ayudó a subir y a sentarse, mientras él hizo lo mismo detrás del volante, cuándo el vehículo arrancó, la ansiedad se apoderó de Candy, ella no podía entender cuál era el problema, simplemente los nervios la estaban traicionando.

Finalmente Candy se distrajo tanto que ni siquiera presto atención al camino y de repente sintió que la iglesia debía estar bastante cerca, pero todavía no se divisaba, percatarse de eso la hizo ponerse alerta.

- Neil, ¿a dónde vámos?,- el joven estaba en silencio.

- ¡Adónde vamos, Neil! - gritó Candy.

- ¡Ahora verás! - fue todo lo que recibió por respuesta, él se encontraba bastante tranquilo, mirándola por el retrovisor.

Todas las alarmas se encendieron en su mente y le gritó,- ¡Estás loco, estás fuera de ti!...¿Cómo qué veré?...¡para inmediatamente el auto, detenlo o salto!.-

- ¡Vamos salta! ¡ánda salta!, veamos hasta qué punto te escapas con ese vestido.-

-¿Qué? - Con terror preguntó a su raptor. -Eres repugnante, vil, ¡cómo te odio Neil!-

Las lágrimas empezaron a asfixiar a Candy. Ahora más que nunca se sentía tan impotente ...

-¡Oh, Dios mío! ¿Qué voy a hacer?..,-la angustia se apoderó de ella.

La desesperación la llevó a un estado de pánico, sus manos estaban mojadas por el sudor, parecía no haber escapatoria...estaban fuera de la ciudad, se asomó por la ventana y se dio cuenta que eso parecía un camino forestal.

- Si puedo saltar, entonces podré escapar de Neil, no será fácil, éste maldito vestido no me dejara correr, perono me daré por vencida, ¡De ninguna manera!-. Eran los pensamientos que llegaban atropelladamente a su cabeza

-Vas a lamentar cien veces lo que haces, ¡oh claro que lo lamentarás! – la chica apretó los puños, ella siempre venció a Neil y está segura que ahora lo hará de nuevo.

Continuará...

Nuestra nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora