Capitulo 4:

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Nada, no se escuchaba nada. Tu corazón comenzó a latir demasiado rápido. Juraste que te iba a dar un infarto en ese mismo momento. Tus manos temblaban a mas no poder. Pareciese que tuvieras alzheimer.
Miraste a los lados preocupada. "¿donde mierda se metió? ¡se escucho claramente que se golpeó con la casta!" pensaste. Tomaste aire para luego gritar de nuevo

- ¡Ya sal maldición!

Pudiste sentir como lentamente su valentina acumulada se convertía en miedo al escuchar pasos atrás tuyo. Cerraste los ojos por pura inercia y esperaste a que te atacarán. Pero eso nunca paso, nadie te ataco.
Volviste a abrir los ojos y te diste vuelta lentamente para encontrarte con un hombre joven. Apretaste los labios con fuerza mientras rápidamente escondidas el cuchillo en tu espalda.

- señorita ¿se encuentra bien? - pregunto este amablemente mientras ponía una sonrisa reluciente

Este tenía cabello rubio que le llegaba casi a los hombros y sus ojos eran de color verde. Llevaba puesto una camisa de leñador y un pantalón negro.
Atrás de el apareció un cártel que decía

"¡Te has encontrado con el leñador! ¡Felicidades! Nunca nadie había llegado tan lejos. ¿le contarás sobre el lobo o lo Ocultarás?"

Apretaste el mango del cuchillo con fuerza atrás tuyo. Jurarías que el que mandaba los carteles que jugaba bromas muy pesadas.
Sonreiste de una forma dulce y falsa al mismo tiempo y le respondiste

- ¡claro que estoy bien! ¿por que lo pregunta señor?

Este te inspeccionó de arriba para abajo aun con su sonrisa.

- tienes pinta de haber sido perseguida por un animal salvaje

"¡mierda!" fue lo único que se te vino a la mente

Caperucita RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora