Draco Malfoy se encuentra en un estado de frustración y desesperación, la noticia donde le comunican que en unos meses se convertirá en un Mortífago lo comía vivo. Zoé Flemcourt es una bruja francesa de sangre pura,dulce, amable y solidaria que está...
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Los días pasaron y Zoé no podía sentirse peor, podrían ser solo unas palabras, pero no eran de cualquier persona, eran de Draco Malfoy. Una semana había pasado desde que el rubio le dejo en claro a Zoé que no tenían una amistad como lo pensaba la chica antes de lo sucedido. La rubia pasaba cerca de la torre de astronomía dando vueltas y vueltas, no se atrevía a echar un vistazo para ver si se encontraba Draco sentado en el frío suelo de las escaleras. Tenía miedo, miedo al rechazo que probablemente le daría Malfoy, y como no iba a tenerlo, era Draco Malfoy, conocía su frialdad.
En uno de sus intentos por hablar con el chico, no notó que en una de sus vueltas por la torre de astronomía se toparía con Draco. El rubio la observo de espaldas, era obvio saber quien era, no muchas personas tienen esa melena rubia con semejantes rizos perfectos que caían milímetros arriba de sus hombros. El corazón de Draco quería hablarle, sabía el daño que causo en la chica, notaba de lejos que era una persona sensible, pero su mente no se lo permitía, el orgullo que tiene este chico es inmenso y en más de una ocasión le ganó a su corazón. Zoé pudo sentir a alguien, una presencia y un aroma, un paso que dio el rubio hizo que la chica se pusiera nerviosa, sus manos se entorpecieron y su varita cayó al suelo. Al querer recogerla la chica dio un terrible resbalón que la haría caerse completamente al suelo junto a su varita.
Draco no sabia que hacer, su mente estaba dividida en dos, estaba preocupado por ella y otra parte le decía que caminará y la ignorara, al final de todo, no eran nada, no había amistad, mucho menos amor.
Harry pasaba por los pasillos buscando a Luna Lovegood, quería hablar con ella acerca de unas cosas del ejército de dumbledore cuando vió a Zoé caerse de una manera sumamente extraña, pero sintió el dolor que pudo haber sentido la chica se ojos verdes.
—¡Zoé!—Gritó el azabache corriendo en dirección a la chica.—¿Estás bien?
—Si, si solo creo que me lastime la nariz.—mencionó la chica mientras tocaba su nariz con sus manos, estaba escurriendo sangre.
—¡Por merlin! Estas sangrando Zoé, vamos a la enfermería.—comentó Harry mientras la ayudaba a levantarse.
Draco estaba a centímetros de llegar a donde estaban estos chicos, escuchó absolutamente todo y ver a Zoé tan vulnerable sintió como si le hubieran apachurrado su corazón, pero al ver a Potter ayudarla le dio coraje, ¿por qué precisamente tenía que ser Potter? ¿por qué no podía ser él?, solamente se cuestionaba y odiaba por ser tan frío y decir solamente cosas que lastimarían a la rubia.
—Que torpe eres, ve por donde pisas.—comentó el ojigris al ver a la chica levantarse de la mano de Harry.
Zoé sabía quien era la persona que venía atrás de ella, por lo que no se sorprendió de la voz que le diría esas palabras.
