Un beso, una flor y un triste adiós (2/2)

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A la mañana siguiente,  oí un sonido agudo tras la puerta. Quizá lo soñé, no sé, pero me sobresalté y seguido volví a escuchar otro sonido tras la puerta, esta vez era que alguien llamaba. Por los tres toques con los nudillos de las manos supuse que era mi hermano Brad. Efectivamente  era él...¿con una bandeja y el desayuno? ¡Guau Bradley! cada día te superas más. Fue lo que pensé, mientras le decía que pasara con una sonrisa en la cara.

-¡Buenos días hermanita! ¿Cómo estás?¿Cómo te fue el viaje?¿Te gustó? ¿Qué tal es Paris?

-Eo eo eo, frena un poco chaval, muchas preguntas. Primero de todo, buenos días Brad. Segundo, me fue bien, menos por una cosa que ya te contaré. Tercero, sí, me gustó. Y último, Paris es una bella capital, pero me quedo más con nuestra querida Australia y con el maravilloso Londres. ¿Algo más?¿O ya puedo devorar el delicioso desayuno que me has traído?

-No enana, ya te dejo comer. Luego hablamos. Ah, y luego voy a ensayar, por si quieres ir a escuchar.

-Vale, luego voy.

Después de eso Brad se levantó del borde de la cama donde momentos antes se había sentado y posó un beso sobre mi frente para luego desaparecer tras cerrar la puerta de mi habitación.

Encendí de nuevo el portátil, esta vez enchufado a la corriente, ya que ayer lo dejé encendido con la música puesta y se descargó porque me dormí y no lo apagué. Puse en aleatorio la lista del reproductor de canciones, empecé a desayunar y luego me vestí para salir a hacer unos recados, más bien para ir a hacer la compra y echar un vistazo a las tiendas del centro comercial que había al lado del supermercado.

Al volver a casa, me di cuenta de que no llevaba encima mi iPhone y me asusté. Luego de buscarlo, lo vi encima del escritorio de mi cuarto. ¡Dios, que susto!, pensé.

Vi que tenía diez Whatsapps de una persona, vaya, no tenía su número. Pensé que era algo importante, así que pedí amablemente a Haley, la asistenta de la casa, que por favor ordenase ella la compra.

Abrí el whatsapp y empecé a leer:

Ayer a las 23:55

"Buenas noches princesa"

"Descansa"

"Te quiero mucho"

Hoy a las 7:15

"Bueno días preciosa"

"¿Sabes? Anoche soné contigo"

"Y eché de menos no haber dormido abrazado a ti de nuevo"

"Quiero verte hoy"

"¿Podemos dar una vuelta por ahí?

"Te amo bebé"

"(Emoticono de corazón)"

Estaba claro quien era, era él, mi chico. Pero...¿cómo había conseguido mi número de teléfono? Pues no lo sé, pero lo que si sé es que le contesté y le dije que se viniera a mi casa a la tarde y que se podía quedar a dormir, pero en el cuarto de invitados, porque si no mi hermano termina quedándose hijo único, o sea que me mata.

¡No lo hagas Rose!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora