La tarde del día de ir a ver el Palacio de Versalles, también la tuvimos libre.
Esa tarde él no se quiso separar de mi, y como de costumbre, me llevó a solas por las calles de la capital parisina. Nos paramos delante de un bonito escaparate, a través de él se veían figuritas de cristal las cuales llevaban un dibujo en blanco de los signos del zodiaco. A mí me gustó mucho el de mi signo zodiacal, así que entré en la tienda y me dispuse a pagarlo, pero él se me adelantó y dijo que ese era su primer regalo hacia mi.
Salimos de aquel lugar en dirección a la Estatua de la Libertad (hay una como la de EE.UU. pero más pequeña). Allí nos sentamos a tomar un helado, que como no, él había invitado. La verdad, me hacía sentir como que yo solo quería su dinero, pero no es así.
En medio de una conversación, nos dimos cuenta que ya empezaba a anochecer, y teníamos que encontrarnos todos los compañeros y los profesores en la plaza para dirigirnos al hotel. Apuramos el paso lo máximo que pudimos para no retrasarnos, pero como siempre algunos llegaban más tarde de lo acordado.
Mientras esperábamos a quienes tardaban, alguno de los que estaban allí dijo algo sobre un familiar mío, eso a mi no me sentó nada bien y me puse histérica, ni siquiera fui capaz de subirme al metro para ir al hotel. Cuando los profesores y "mi chico" consiguieron que me calmara, subimos al metro y llegamos rápido al hotel, cenamos y cada uno se dirigió a su habitación.
Mi compañera de habitación, intentaba hacer que me sintiera mejor, pero lo único que quería era sentirlo a él cerca. Así que mi compañera fue a su habitación, que era en la planta alta, y le dijo que bajara a la mía.
Cuando bajaron, yo acababa de darme la ducha más rápida de toda mi vida y ponerme el pijama. Él estaba en shorts y una camiseta que ponía DUKE en grande. Mi compañera nos deseó buenas noches y se metió en su cama, que era la litera de arriba. En la cama de abajo, que era una cama de matrimonio, ya estaba yo metida y él se metió después de apagar la luz. Pegó su pecho a mi espalda y rodeó mi cintura con sus brazos. Yo aún estaba tensa y algo impotente por el suceso de horas antes, y de su boca salían leves palabras de aliento y tranquilidad hacia mi, que produjeron que cayera en un profundo sueño.
A la mañana siguiente, tocaba levantarse temprano ya que teníamos que prepararnos y desayunar, para ir a tomar el autobús con destino Disneyland Paris.
Me desperté gracias al sonido del despertador, aún sentía los brazos de él a mi alrededor. Lo desperté y luego me metí en el baño para prepararme. Él fue a su cuarto a asearse y vestirse. Cuando salí del baño, entró mi compañera y la esperé para bajar juntas al hall.
Al subir al bus, yo me senté en los asientos de delante, a mi lado mi compañera de habitación, al otro lado mis amigas y detrás de mi, él y su amigo. Yo iba con mis auriculares puestos conectados a mi ipod, hasta que de repente sentí una mano que me avisaba de que ya habíamos llegado.
Me sentí estúpida, ya que estaba en mi mundo con la música y el autobús ya estaba vacío, todos esperaban en la cola del parque de diversiones. Me puse detrás del último compañero que estaba en la fila a esperar mi turno de entrada al parque.
El parque de diversiones Disneyland Paris, se divide en dos partes, una es Disneyland Park, que es el parque temático con la gran mayoría de atracciones. Y la otra parte, es Walt Disney Studios, que a parte de tener atracciones, es la zona más comercial y de entretenimiento.
Nos separamos en dos grupos, las chicas por un lado, que fuimos primero a la parte de Walt Disney Studios. Y el grupo de los chicos, que fueron primero al Disneyland Park. Teníamos todo el día para pasarlo allí y cambiar de parque cuando quisiéramos.
A la hora del almuerzo, paramos todos en una especie de local de comida rápida, pedimos de comer y fuimos a una especie de merendero que hay al lado de ese local.
Nada interesante había pasado ese día hasta la hora de volver al hotel, a pesar de estar agotados, tuvimos que ordenar las maletas y dejarlas todas juntas en una de las habitaciones, ya que era la última noche en Paris.
Los chicos se iban a quedar todos juntos en una misma habitación, pero a alguien se le ocurrió que nos quedáramos las chicas también.
Recuerdo que éramos como quince o más personas juntas, y lo mejor que recuerdo es que dormí por segunda vez consecutiva con el chico que sabía calmarme, sacarme sonrisas, sí, él, mi chico.
Otra vez, el despertador volvía a sonar a las siete de la mañana, como el día anterior, él me tenía rodeada por la cintura con sus brazos, pero, esta vez, estaba despierto, observándome. Yo solo le dije un buenos días y posé un corto beso sobre su mejilla izquierda.
Seguidamente nos levantamos y nos vestimos. Ya con maletas y todo listo, bajamos a desayunar para luego tomar rumbo al aeropuerto y volver a casa.
Al llegar a mi querido Londres, el que me vio crecer, como me lo imaginaba, nadie me esperaba en el aeropuerto. De seguro Brad estaba en alguna de sus giras, ya que él es el único que me hubiera ido a buscar.
Después de esperar a que mi teléfono móvil se encendiese, vi que tenía cuatro mensajes en el whatsapp, lo abrí, y vi que era Brad diciéndome que sabía que llegaba hoy, pero que no podía recogerme porque estaba en una reunión importante de la banda, y que me debía una. Le puse un emoticono con el pulgar arriba y otro con la lengua fuera y guiñando un ojo.
Entonces, me dispuse a esperar a un taxi que me llevara a casa, pero como siempre, alguien me mandaba a mi ángel. Es una manera de decirlo. Apareció mi chico, y me dijo que si no tenía a quien me llevara, su madre me llevaba a casa. Accedí a ello y nos fuimos de aquel lugar.
Después de unos cuantos kilómetros en carretera, llegamos al barrio en el que vivíamos. "Mi suegra", aparcó el coche y bajamos de él. Mi chico bajó las maletas y cada uno se metió en su casa.
Por si no lo había dicho antes, él y yo éramos vecinos desde que empezó el curso escolar
Lo primero que hice al entrar en mi casa, fue quitarme la chaqueta, los zapatos y llamar a ver si había alguien, pero como de costumbre, estaba yo sola. Brad, ya sabía donde estaba. Pero, ¿y mis padres? Decidí llamarles, pero el intento a ambos teléfonos fue fallido.
Caminé a la cocina y cogí algo de comer del frigorífico y una bebida. Después de comer, me dirigí hacia mi habitación donde deshice la maleta y coloqué todo en su sitio. Luego, encendí mi ordenador portátil y puse música. Me metí en la ducha y me dejé llevar por el sonido de la música y el del agua, haciendo que mis músculos y toda yo en sí me relajara.
Tras unos diez delicados minutos, puse sobre mi una camiseta larga y ropa interior inferior. Me metí en la cama, y con la dulce melodía de la música, caí en un profundo sueño.
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¡No lo hagas Rose!
Fiksi RemajaLa vida de Rose es complicada. Ella cree que está sola en el el mundo. Pero lo cierto es que no ve que hay personas que la apoyan y tratan de ayudarla. Tampoco ha madurado ni se siente madura para llevar el estilo de vida que tiene que llevar, todos...