¿Saben que se siente feo?
Que tengas un sueño para tu futuro, que pienses en la profesión que quieras estudiar, que seas un profesional, que seas la mejor del mundo, que tengas el apoyo de todos.
Pero lo feo es...
No tener el apoyo de nadie, ni el de tus padres.
29/03/2019
Había una niña, con tan solo 14 años de edad, bueno no era tan niña.
Ella era muy ilusa, muy sentimental, muy torpe, y un poco bonita.
Ella siempre soñaba con ser la mejor psicóloga del mundo.
Siempre le encantaba hablar de psicología, a ella le fascinaba hablar de eso.
Un día le comento a una amiga lo mucho que le encantaba la psicología, la amiga le dio una pequeña ilusión.
–vamos a estudiar juntas, en Bogotá, viviremos juntas, y seremos las mejores psicólogas.
La niña se emocionó demasiado, ella quería luchar por su carrera, por su sueño, quería ser la mejor, quería demostrarle a la familia que ella iba a luchar por eso.
La niña tan emocionada fue y le contó a su madre de su gran sueño, su gran ilusión, y que esa ilusión se iba a convertir en realidad.
Ella estaba esperando a que la madre la apoyara, le diera grandes consejos para no rendirse.
Pero, la respuesta no fue muy buena del todo.
Esas palabras quedaron grabadas en la mente de la niña:
–¿enserio crees que vas a lograr eso?–la madre se lo dijo con risas.–Por Dios, Bogotá queda muy lejos, ¿con que dinero vas a pagar la universidad?, ¿donde vas a vivir? ¿en la calle?. Mejor bájate de esa ilusión que jamás lo vas a lograr.
Esas palabras rodaban y rodaban en la cabeza de la niña, ella trataba de ser fuerte, pero no podía, quería dar lo mejor de ella, para callarle la boca a las demás personas, y más a la madre que en ningún momento la apoyo.
Pero...Ella no pudo, en vez de ser lo mejor, lo que hizo fue encogerse, no quiso nada, no quiso estudiar, esa ilusión desapareció, ese amor a la psicología se perdió.
Aveces sus compañeros hablaban de ¿que quieren ser en un futuro?
Todos hablaban de lo que querían ser, de cómo sus padres y las personas los apoyaban, y cuando era el turno de la niña, ella lo que decía era:
–aún no se lo que quiero estudiar.– lo respondía con un nudo en la garganta.
Pero al pasar los años, y al ella graduarse lo primer que pensó, es buscarse un trabajo.
Todos pensaban en la universidad, en las carreras, las inscripciones, los papeles, etc.
Pero ella perdió esa magia de estudiar, ese encanto.
Ahora sólo ve de lejos como sus amigas están logrando esa meta, que siempre soñaron cuando eran pequeñas., Mientras ella solo trabajaba por su bienestar.
