Nuevas caras, nuevas costumbres

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Por un motivo de trabajo, el destino y Dios me llevaron muy lejos de ella. En el camino la nostalgia fue implacable, el sueño no tocó mi puerta y mi deseperación de no volverla a ver nunca más me invadían.m
Llegué a la capital, descansé un rato en una modesta pensión de un amigo donde pasaré los días que me encuentre en esta ciudad. También encontrándome en mi nuevo trabajo, todo fluía lento y sin colores, como me hubiera gustado compartir este momento de gran júbilo en mi campo profesional, pero también no está ella,  es díficil llenarme de sentimientos fríos y aparentar que todo irá bien.
Han pasado unas semanas y llegó una fecha muy significativa en idónea para este momento de vida, "semana santa".
Una de las grandes razones por las que no tuve control de mis emociones cuando a ella la tuve a mi lado, fue porque me aleje de un gran amigo, hablo de Dios.

Tu ausencia compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora