el terror en la disculpa.

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N/A: son solamente tres partes, totalmente taegguk. pretende dar miedo, pero no creo que lo haya conseguido.

Kim Taehyung:
Jeongguk, te compensaré...

Tú:
¿cómo piensas hacerlo...?

Kim Taehyung:
¿Te parece ir de acampada esta noche?

(...)

¿Jeongguk?

(...)

Por favor...

Tú:
cómo sea.

Apago mi teléfono con pesadumbre, con Taehyung siempre es igual, la caga con alguna tontería y luego ruega con lágrimas de cocodrilo que le perdone pero le quiero y sé que no es mala persona... No del todo.

Aún es pronto para prepararme, por lo que me echo sobre la cama y cierro los ojos intentando no pensar en nada. Hace poco se registró la desaparición de una joven en los bosques donde supongo que Taehyung tiene planeado acampar. Pensar no me va bien, comenzaré a montar paranoias, cada una peor, más descabellada y más equivocada que la anterior.

¿Dónde está el problema en que Taehyung me invite a acampar? Realmente es una propuesta inocente, pero me da mala espina.

Abro los ojos y me ciega la luz del sol cayendo por detrás del bosque. Respiro hondo y comienzo a preparar la mochila con lo necesario. Supongo que Taehyung llevará sus cosas y la tienda de campaña, por lo que solo tomo una muda, comida y un saco de dormir. La mochila no pesa tanto como cabría esperar.

Dejo esta en la entrada de mi casa y aviso a mi madre por mensaje que saldré durante la noche y volveré en la mañana.
Meriendo algo rápido en la cocina y vuelvo a quedarme mirando por la ventana, siendo testigo de como el sol se escabulle por detrás de los árboles, marchándose.

Alguien –Taehyung– llama a la puerta de casa, me dirijo a por mi chaqueta y subo la mochila a mis hombros, listo para salir toda la noche con él.

— Hola, hola. —me saluda alargando las as con su voz grave.

Le sonrío levemente, acompañando este gesto con una sacudida de cabeza a modo de saludo. Paso a su lado y veo su coche aparcado.

— ¿Vamos a irnos muy lejos? —pregunto, pues pensaba que íbamos a caminar hasta una zona cercana a algún camping y dormir allí.

— Bueno... Tampoco lo había pensado mucho.

Me encojo de hombros como respuesta, y me acerco a la puerta del copiloto sin oponer más quejas, confío en Taehyung, ¿verdad? Podía ser un capullo, pero tenía dos dedos de frente y se quería lo suficiente como para replantearse por un momento el perderse.

Arranca y me quedo mirando por la ventana, vuelvo a sumergirme en mis pensamientos, para ser exactos, en el de la joven desaparecida en estos mismos bosques. No se encontró ningún rastro de su cuerpo, pero sí su mochila, parecía que había ido de excursión. Sus huellas terminaban abruptamente antes de llegar a un camino que llevaba hacia la ciudad, o hacia el centro del bosque, dependiendo de la dirección que tomada. Pero cerca también habían hallado unas extrañas huellas, de algo arrastrándose, finalmente se supuso que no tenía que ver con la desaparición y se trataba de un animal moribundo que había intentado huir de allí...

— ¿A que adivino: no has escuchado ni una pizca mi discurso de disculpa que acabo de dedicarte? —la voz contraria hace que pierda el hilo de mis pensamientos, como una interrupción ya acordada justo entre pausa y pausa de estos.

— No, lo siento, estaba... —voy a explicarle que me preocupaba un poco la desaparición cuando vuelve a interrumpirme.

— Estabas pensando, estoy acostumbrado ya. —suspira, pero no parece molesto. Es más, parece muy tranquilo para donde nos dirigíamos tras saber qué había ocurrido allí hace poco— Como te iba diciendo... —se calla por unos instantes mientras entraba al bosque por el camino reservado para los coches.

De repente, quita la radio que estaba al mínimo con una canción que no conocía y para el coche.

— ¿Qué p...? —me acalla a mí también con un ademán y, entonces pongo atención. Se escucha una especie de sirena a lo lejos, aunque suena flojo es molesta. Y me doy cuenta de que para escucharla tengo que hacer un verdadero esfuerzo. ¿Cómo demonios Taehyung ha logrado escucharla mientras hablaba? Baja un poco las ventanas, y suena algo más cerca, pero sigue sin ser algo preocupante— Debe ser del camping, Tae, déjalo.

Asiente y sube las ventanas, aparte de poner la radio de nuevo y vuelve a hablar, como si él sí temiera ese ruido.

— Bien... Decía que... Sé que la cago mucho contigo, demasiado a menudo y voy a cambiar eso... Esta noche. —me sonríe con dulzura y mi corazón da un pequeño vuelco. Dejo que su calidez me arrope y me inclino hacia él, posando mi mano sobre la suya que se encuentra en el cambio de marchas.

Cierro mis ojos, el trayecto se conforma de curvas sinuosas y el sonido de la grava bajo las ruedas me relaja hasta dejarme adormilado. Finalmente, el coche para y Taehyung me da un delicado golpe en la nariz.

— No duermas ahora —susurra—, debes aguantar para dormir bien en la noche.

Y le hago caso, porque él ya ha ido de acampada antes y él sabe lo que hace. Salgo del vehículo e inspiro hondo mientras me estiro. Él está en el maletero, sacando la tienda y las mochilas de este.

— ¿Quieres dormir cerca del coche o nos vamos a dar un paseo?

— ¿Bromeas, Tae? —cuestiono algo serio, su tono relajado y amable me provoca un nerviosismo extraño en el cuerpo— Yo no me alejaría del coche... La chica...

Rodó los ojos ante el comienzo de mi oración y me miró cansado.

— Me sé la historia de memoria sobre esa tía, se va al bosque sola y desaparece misteriosamente sin siquiera dejar ni una pista, muy típico y no me lo creo.

Le miro, incrédulo ante sus palabras. Niego con la cabeza y miro más allá del bosque, intentando descifrar qué había ocurrido.

— Yo no me alejaré más de ese claro —dije al darme cuenta de la existencia de este. Se veía relativamente cerca y supuse que si debíamos correr hacia el coche no nos llevaría mucho tiempo.

— Está bien, gallina. —me reprende.

Sé que no lo hace a malas, pero es cansado, por lo que ignoro el comentario en su totalidad y tomo mi mochila, yendo hacia el claro sin mediar palabra. Me sigue, algo más cargado que yo por lo que me ofrezco a llevar alguna cosa, pero se niega a darme nada y sigue el camino como una mula.

Al asentarnos en el claro, jugamos piedra, papel o tijeras para ver quién buscaría leña. Antes de que se marche, pregunto:

— ¿Queda el camping muy lejos de aquí?

— Calculé unos diez minutos de distancia desde que lo pasamos, por lo que no creo.

Dicho eso, se aleja a paso lento y desafiante ante la nada frente a él. Respiro intranquilidad, pero decido sacar el cómic que he traído para distraerme mientras busca leña.

Todo iba bien, por la iluminación supe que era ya de noche y me extrañó que él no hubiera regresado ya. No me habría preocupado demasiado, de no ser por el extraño sonido que volvía a oírse en la lejanía. De nuevo, una sirena sonaba, pero más fuerte que la otra vez.

siren head  ©taegguk。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora