correr en un mundo que se tambalea es un infierno.

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Trago saliva con parsimonia. Sé que es uno de esos momentos en los que la vida te deja unos segundos para inspirar hondo, la calma antes de la verdadera tormenta.

No me he recuperado, ni de lejos y volver a correr me resultará nefasto pero suspiro, sabiendo que detrás de mí hay algo inimaginable.

— Ven lentamente hacia mí, Jeongguk, creo que no nos ha visto. —es un mísero susurro, un susurro que deja ver miedo. Puro miedo, tanto, que ni la adrenalina parece fluir por su cuerpo.

Doy un pequeño paso, tambaleándome levemente, y tomo su brazo para no caer de nuevo.

Aún no soy capaz de mirar, tengo los ojos cerrados y me estoy apoyando sobre su cuerpo que siempre suele ser cálido, pero ahora está congelado.

— Quiero que sepas que iba a pedirte salir aquí.

En cuanto escucho eso, levanto la vista, ahora sé que si me lo ha dicho es porque está seguro de que vamos a morir y me temo lo peor. Finalmente, mi vista se posa en el mismo lugar que la suya, en el monstruo que está a unos metros de nosotros. Una sirena comienza a sonar de esa criatura, pues clavado en su cuello, tiene un poste con dos altavoces que gritan ese ruido horripilante.

Uno de esos altavoces nos mira, y dentro de él hay una boca con los dientes más afilados que he visto en mi vida. El ruido pasa a ser una estática y luego a un hombre conversando, pero no entiendo lo que dice, después, un chillido.

La criatura comienza a correr. Me suelto de Taehyung para no entorpecerle y ambos corremos hacia donde creemos que hemos dejado el coche. Atravesamos el claro con ese bicho pisándonos los talones. No sé cómo me las apaño para seguir una línea recta con mis pies. Parece que el golpe fue años atrás y ahora tenga toda la energía del mundo para huir pero no soy capaz de perder de vista a Tae, que corre más que yo y ya casi llega a la linde del bosque.

Vuelvo a tropezarme pero no caigo, no voy a caer de nuevo, los sonidos que escapan de la criatura detrás de mí me incitan a ser más hábil que nunca.

Taehyung me espera para seguir juntos, quiero gritarle que no lo haga, que me deje atrás pero las palabras no salen de mi boca y llego a su lado, parando unos segundos para tomar el aliento y continuar la carrera por nuestras vidas en la oscuridad interminable que nos envuelve.

El monstruo no necesitaba tanto esfuerzo como nosotros para ir tan veloz pero parece que las ramas le entorpecen más que a nosotros.

Allí, no tan lejos, veo el coche aparcado de Taehyung, mientras este ahora se ha quedado atrás. Decido esperarle en la linde, como él había hecho conmigo y al pararme oigo un grito suyo de nuevo.

Me giro, esperando verle cerca de la criatura, pero no le veo en ningún lado. Y es entonces, cuando escucho un grito idéntico y me doy cuenta de que este proviene de la cabeza con forma de parlante.

— ¡Jeon, estoy aquí! —grita el verdadero Tae desde el coche.

Esos segundos que he utilizado para replantearme volver a correr pagan factura cuando tengo el productor de los ruidos escalofriantes tan cerca de mí que podría abrazarlo. Su extraño brazo se acerca a mí y el muñón donde debería estar su mano trata de agarrarme y tirar de mí. Grito con todas mis fuerzas y doy un brusco movimiento para alejarme de esa criatura.

Soprendentemente, lo logro.

Trato de ir a por Taehyung, que me espera con el coche arrancado y la puerta del copiloto abierta.
Por un momento, respiro tranquilidad pero unos golpes en mi puerta me hacen gritar y respirar con una velocidad alarmante.

Él reacciona más rápido de lo que hubiera hecho yo, acelera y dirige el coche por el camino que habíamos usado para llegar.

Llegamos al camino de tierra pero ninguno de los dos media palabra, estamos mirando por el retrovisor, esperano que la criatura aparezca corriendo otra vez detrás de nosotros.

Creemos que la hemos despistado, pues solamente se escucha el motor del coche pero aparece de repente delante del coche, a tan solo unos metros de distancia y acompañada por un ruido infernal que me nubla la vista.

— ¡Frena, Taehyung! —grito con desesperación.

Pero no me hace caso alguno. Pisa el acelerador con todas sus fuerzas y aunque el motor empieza a refunfuñar, nuestra velocidad aumenta y atropellamos a la criatura, que no puede reaccionar a tiempo y apartarse del todo.

Sin frenar, y sin pena ni gloria, Tae sigue el camino hasta llegar a la carretera y la continúa hasta que vemos las luces de la ciudad no muy lejos. Aún no me atrevo a suspirar. Miro a Taehyung y luego atrás pero ya no se ve nada y la alarma se va acallando por instantes.

Me echo a llorar en cuanto salimos del territorio del bosque, me ahogo con mis propias lágrimas pero no necesito que nadie me consuele ahora. No he perdido nada.

— Vayamos a tomar algo... Para despejarnos —susurra él. Por un momento, creo que no está llorando, pero las luces de otro coche brillando en su cara dejan ver el rastro brillante que han dejado las lágrimas— y ver tus heridas.

Asiento y tomo su mano con una de las mías, que arde levemente por la rascada de antes pero no me importa. Mi llanto se ha convertido en una respiración temblorosa, por más que lo intente no puedo calmarme. Tae me mira un segundo y rompe a llorar con sollozos silenciosos. Estoy seguro de que ninguno de los dos se siente a salvo, la carretera hacia el pueblo es larga y solitaria, cualquier cosa puede tomarnos por sorpresa ahora.

Finalmente, tras luchar contra el sueño arduamente, mis ojos dejan de responder y se cierran.

Me duermo.

Solo

     Taehyung ha acelerado de repente

sueño

     Un ruido molesto se esfuerza por despertarme

con

      Correr ya no parece una opción viable

esa

      Todas las cartas están sobre la mesa

criatura.

      Ojalá todo esto hubiera sido un sueño.

siren head  ©taegguk。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora