GRITOS

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Lo vi. Le tenía delante de mis ojos. Lucía triste. Pero, ¿ Por qué? ¿Por qué lloraba?

Lo único que recordaba era que estábamos en su auto, en dirección a la guardería para recoger a nuestro hijo. A partir de ahí es como si hubiese una niebla espesa en mi memoria y no podía recordar nada...

Solo podía verle a él, lágrimas brotaban de sus ojos; él ni siquiera se molestaba en secarlas. Parecía derrotado. Jamás le había visto así, pero sabía que algo malo había pasado y quise consolarlo. Llevaba un traje negro, una camisa arrugada también negra y una corbata mal anudada azul marino. Tenía el pelo despeinado y se pasaba las manos por el contantemente de manera desdesperada.

Quise acercarme,abrazarle, consolarle, decirle que todo iba a salir bien...

Decida, me acerqué lentamente.

Parecía no verme.

Le intenté abrazar, pero... Mi cuerpo traspasó el suyo. Entonces fui consciente de la situación.

Él estaba llorando encima de una lápida, una lápida que llevaba mi nombre y mis apellidos.

Grité, pero no me oía.

Corrí hacia él, pero no me veía.

Todo comenzó a hacerse borroso, y grité desgarradoramente.

Grité y grité hasta la eternidad.

Lloré y lloré.

Esperando que me oyese.

Y sigo gritando, con la esperanza de que me oiga.

Pero nadie me oye.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2019 ⏰

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Historias para no dormir (ONESHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora