Las Reglas Del Juego // Albalia

Parte Tres

Me acerqué a la chica y llevé mi primer golpe a su mejilla, manteniendo mi mirada fija en sus ojos.

Apreté los puños con más fuerza y volví a dejar un puñetazo sobre su cuerpo, a la altura de su abdomen.

Minutos después ambas estabamos exhaustas, con los nudillos rojos, y personalmente, un hilito de sangre saliendo de mi labio.

Intenté por todos los medios concentrarme en el combate, intentar no perderme con la presencia de la rubia.

Esquivé un último golpe y aproveché, dejando un fuerte puñetazo en uno de sus costados, dejándola lo suficientemente débil como para rematar.

Segundos después la gente empezó a chillar y a vitorear, respondiendo de alguna manera al espectáculo que acabábamos de dar.

Me bajé del ring sin mirar a nadie, cogiendo mi chaquetilla y yendo directa a los vestuarios de aquel almacén, que realmente no servían para nada.

Noté una mano agarrarme de la muñeca a mitad de camino, pero la ignoré, se notaba demasiado bien que era la mano de Alba.

Me solté de su agarre y entré a los vestuarios, cerrando la puerta en su cara.

-¿Vas a saludarme por lo menos?-La escuché, entrando a la sala

-Tú no deberías estar aquí, y lo sabes-Saqué unas vendas de la bolsa, sin llegar a mirarla

-Tú no deberías trabajar en estas condiciones, y lo sabes

-Tú no sabes nada de mi-La miré seria, apretando la mandíbula-No creas que me conoces porque nunca ha sido así

-¿Qué he sido para ti, Natalia? ¿Un estúpido juego?

Aparté la mirada al segundo, negando con la cabeza y ajustándome la venda en una de las manos.

-¿Nunca he sido nada para ti? ¿Acaso te he importado?

Apreté los ojos sin contestarla, mirándola por unos segundos a los ojos, negando con la cabeza.

-Cállate ya-Susurré

-¿Sabes que tengo la razón y por eso no quieres que siga?

-Me levanté, poniéndome frente a ella-Nunca deberías haber venido, nunca me deberías haber conocido y nunca deberías haber sabido de mi-Me aparté segundos después, cogiendo mi bolsa

-El problema es que yo te busqué-La miré al escucharla, negando con la cabeza-Fui yo quien se interesó por ti...

-¿Por qué? ¿Por qué coño te interesa tanto mi vida?

-Porque te quiero, joder-Aparté la mirada al escucharla, negando con la cabeza

-No puedes quererme, no voy a ser suficiente-Me agarró del brazo cuando intenté pasar por su lado, haciendo que la mirara

-Cállate de una vez, ¿qué más me da que seas suficiente o no?-Tragué saliva al ver que se acercaba, negando con la cabeza

-Vas a estar en peligro, Alba...-Cerré los ojos cuando sus labios rozaron los míos, soltando un suspiro pesado

-Estoy dispuesta a sobrellevar esos peligros-Susurró

-¿Qué será de ti si algún día desaparezco?-La miré, poniendo mi mano en su mejilla-¿Qué será de ti si no soy capaz de quererte como te mereces?

-El día que pase eso, te dejaré ir, pero hasta entonces déjame arriesgarme, por favor

La miré a los ojos y suspiré, besandola, acariciando su mejilla y sentandome en el pequeño banco de la sala.