Parte Siete (Final Alternativo)

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(Alba)

(Un par de semanas después del combate contra Víctor)

Miré a Miki desde el sillón y alcé una ceja, negando con la cabeza.

-¿Y ahora qué?-Murmuré, apretando la mandíbula

-Paciencia, Alba, por Dios

-No estoy aquí metida para tener paciencia-Le miré con rabia, negando con la cabeza

-Tienes la puerta ahí mismo-Apreté los puños y bufé

-En serio, ¿a qué estamos esperando?-Suspiré, levantándome y negando con la cabeza

-Deja de quejarte, estás en tu propia casa, por Dios

Miré hacia la puerta cuando tocaron el timbre, yendo directa a esta y abriendo, soltando un suspiro pesado cuando vi a Maria y a Marta con una bolsa de, seguramente, alcohol.

Negué con la cabeza y las dejé pasar, soltando un suspiro y apretando los ojos.

No era ningún secreto que la esperaba a ella, esperaba poder verla de nuevo.

Fui al salón cuando escuché a los tres saludarse, sentandome en uno de los sillones y apretando los ojos.

-¿Dónde está, Miki?-Le miré, alzando una ceja cuando me miró sin decir nada-Si estuviese muerta ya me lo hubieses dicho, ¿¡dónde está!?

-No salió viva del combate-Negué con la cabeza al escucharle, soltando un sollozo sin ni siquiera darme cuenta-Me pidió que no dijera la verdad

-Cállate, ¡cállate!-Apreté los ojos, negando con la cabeza varias veces

Me abracé a la que supuse que sería la rubia, escondiendome en su cuello y sollozando sin cortarme un pelo.

Varios minutos después y tras derramar demasiadas lágrimas, me levanté, cogiendo una cerveza del montón sin ningún pudor, y bebiendo.

Si así iba a olvidarla, estaría así cada día de mi vida.

Me senté al lado de Maria de nuevo, sonriendole como medianamente pude y dándole otro trago al botellín.

-¿Voy a ser la única que beba?-Alcé una ceja, mirando a los otros tres

Dejé caer la botella y cogí otra, apartando la mano de Marta cuando intentó quitármela.

La miré a los ojos y apreté los míos, suspirando y bebiendo del botellín.

Me levanté del sillón cuando volví a escuchar el timbre, soltando un "ya voy" lo suficiente claro.

Suspiré y dejé el botellín de cerveza a un lado de la puerta, abriendo esta y notando mis ojos humedecerse al segundo.

-¿N-Nat...?-Negué con la cabeza, acercándome a ella y abrazandola, apretandola contra mi como si fuese a desaparecer

-Estoy aquí, Alba, sigo aquí...-Solté un sollozo al escucharla, negando con la cabeza y poniendo mis manos en sus mejillas

-¿Qué te ha pasado?-Susurré, pasando la yema de mis dedos por las heridas que tenía por la cara

-He ganado...-Negué con la cabeza y apreté los ojos, apoyando mi cabeza en su pecho y dejándome abrazar-He ganado la liga...

Tiré de ella y cerré la puerta detrás suya, mirando a Miki por unos segundos.

-Iros los tres de mi casa, que mañana vamos a hablar

Me acerqué a Miki, apretando los puños y negando con la cabeza.

-Y ni se te ocurra volver a mentirme así en tu vida, Miguel-Le di una bofetada sin llegar a pensarlo, negando con la cabeza-Ahora fuera, ya

Agarré la mano de Natalia cuando los otros tres se fueron, tirando de ella escaleras arriba.

La senté en la cama sin decir ni una palabra, dejando a su lado el botiquín que solía guardar en el baño.

-¿Por qué mentirme?-Susurré un largo rato después

-Para protegerte. No quería involucrarte en la liga, aunque te tuviera que mentir

-¿Y era más fácil decirme que habías muerto?-Pasé el algodón por su ceja, agradeciendo que no fuera una herida muy profunda

-Maté a Victor, sus seguidores te buscarían, ahora que todo ha acabado somos libres-Pasé mi pulgar su labio cuando soltó un quejido, suspirando

-Tenía miedo-Susurré, negando con la cabeza

-Me tienes contigo, y no pienso volver a irme

Nos quedamos hablando un rato mientras curaba sus heridas, soltando alguna risilla de vez en cuando.

Por lo que me había contado, tras el combate contra Víctor, la policía la había arrestado, pero su vuelta a la libertad había sido tan sencilla como pagar una simple cuota.

En verdad, eso lo agradecía, no quería que la próxima vez que la viera fuese en la cárcel.

-¿Y ahora qué?-Susurré, guardando las cosas de nuevo en el botiquín y dejando este en el suelo

Y sin mediar palabras, tiró de mi, obligandonos a tumbarnos.

Sonreí y asentí, poniendo mis manos en sus mejillas con cuidado y besándola con la mayor delicadeza y dulzura posible, suspirando.

Llevé mis manos a su nuca segundos después, sonriendo cada vez más contra sus labios.

Me separé segundos después, dejando un tímido beso sobre cada una de sus heridas.

-Te quiero-Susurré, sorprendiéndome a mi misma, el miedo a haberla perdida me había hecho sentir cosas que ni siquiera imaginaba

-Y yo-La miré al escucharla, dejando un beso en sus labios y apoyando mi cabeza en su pecho después, cerrando los ojos relajada

Estaba en casa, sí, pero con ella había llegado a conseguir un hogar.

Podía abrazarla y relajarme al compás de su respiración, y eso, después de dos angustiosas semanas sin saber nada de ella, me devolvía la vida.

Con este final, espero que los que queríais mi muerte, me revivais :)

Las Reglas Del Juego // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora