Pink Heart • Sana + Jin

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Sana

Escucho como mis zapatos chocan contra el pavimento mojado una y otra vez, ¿Justo hoy tenía que llover? ¿Justo el día que me quedó hasta tarde en la biblioteca para estudiar para mi examen de psicología general? Mejor suerte no puedo tener.

Al menos puedo ver la lluvia, es tan bonita; o al menos lo es cuando no empapa mi cabello de esta forma.

Hoy compre un balón de fútbol nuevo. Es muy lindo, color rosado brillante. Lo llevo en brazos y no puedo evitar mirarlo de lo mucho que resalta. La señora Song me sacó el anterior por que se cayó de mi bolso en clases, ¡Solo fue un accidente!

Sigo mi camino por abajo de los árboles del medio del campus. Quiero ya llegar a mi dormitorio, dormiré por 12 horas seguidas.

Llego a la calle y paro en la acera, donde veo un auto e instintivamente frenó para que pase. Miro mi pelota una vez y la hago picar para ver como lo hace, pero esta se va para la calle. Ciegamente hago unos pasos para alcanzarlo pero escucho la bocina del auto sonar muy fuerte, luego sino se escucha como el vehículo intenta frenar.

Luego solo hay silencio. Un frío sudor recorre mi frente y mi respiración es realmente agitada. La puerta del alto se abre y mi corazón se acelera al ver un chico muy alto salir del vehículo. No me puedo mover, estoy paralizada.

El chico camina hacia mi en silencio, a pesar de que la lluvia esta mojando su perfecto uniforme. Sus pasos acortan nuestra distancia y llegamos a estar a muy pocos centímetros el uno del otro.

--¿Eres estúpida? --habla con una voz gruesa y sin emoción alguna mientras me mira a los ojos. Quedo en silencio unos segundo mientras lo miro sorprendida por su pregunta. -- contéstame, niñita.

--No soy una niña, tengo 19 años. --contesté con reproches.

--¿Casi te atropellan y lo primero que te preocupa es que te digan niña? En serio eres una niña tonta. --mi rostro empezó a ponerse rojo de la ira, el se agachó y tomó mi balón para luego tirarlo dentro de su auto y subirse a el.

--¡Oye, eso es mío! ¡Devuelvelo!

--Pasa a buscarlo mañana por el departamento de asuntos internacionales, en la cafetería de abajo. --Dijo mientras arrancaba el auto y se acercaba a mi en el vehículo. Paro a mi lado y bajo la ventanilla. --Nos vemos mañana.

Luego de eso arrancó. Que disfrute ese lindo auto suyo, mañana va a estar lleno de piedrazos en el parabrisas y rayones en la puerta.