Capitulo 1

111 7 0
                                    

Sentí una fuerte luz en mi rostro, abrí los ojos y tomé mi celular, habían varios mensajes de mi mejor amigo Andrés.

-¿ya desayunaste?

-Vamos al gym, en una hora.

Habían pasado unos treinta minutos desde que ese mensaje me había llegado al celular, así que me levanté rápido y tomé una ducha. Mientras me comía unas frutas escuché un grito y me asomé por la ventana, ahí estaba Andrés esperándome. Tomé mis cosas y bajé las escaleras rápidamente.

-Hola Val-dijo sonriente-¿Cómo estás?

- Hola Andy, bien creo.

Odiaba que me preguntara como estaba, si el sabía perfectamente como me sentía. Eran vacaciones de diciembre,31 para ser más exacta, mi primo no había podido viajar a pasar las fechas, mi hermano se había ido a visitar a mi papá y a su familia, sin mi por supuesto, ya que yo no era muy querida en esa familia, ni siquiera los conocía. Y además, estaba ese otro tema... Javier. Simplemente no podía sacarme de la cabeza lo que estaba pasando.

Fuimos, a entrenar, como siempre, pero definitivamente yo no tenía ganas de nada. Después de la tercera ronda de ejercicios, me empecé a sentir mareada, así que decidí irme a casa. Le avisé a Andy, el se ofreció a acompañarme, pero le dije que no se preocupara y que terminara su rutina.

Salí del gimnasio, caminé unas cuadras hasta llegar a mi casa, y me encerré en mi cuarto. Empecé a llorar desconsoladamente, nunca había llorado así por una persona, siento que me enteré tan rápido de tantas cosas que no tuve tiempo de digerirlo, así que apenas estaba asimilando las cosas, y dolía, mucho. Empecé a recordar todo...

Hace un año, mi amiga Sara estaba hablando con un amigo, y yo estaba junto a ella, así que veía todo lo que estaban hablando. Nos reíamos demasiado, el era muy gracioso e interesante. Cuando ella estaba grabando un audio para mandárselo yo dije algún comentario que no recuerdo, a él pareció super gracioso y le preguntó a Sara quién era. Ella le respondió: una de mis mejores amigas, Valeria. Se nos hizo costumbre, sentarnos en recreo y hablar con él, así que ella me dijo:

-¿por qué no le escribes tú?

-No tengo su número.

-Ya te lo paso.

Sonó mi teléfono, abrí el mensaje y ahí estaba su contacto: Javier.

Ese día llegué a casa y lo primero que hice fue escribirle a Javier. Me contestó de inmediato y hablamos por horas. Para mí, Javi era lo máximo, ya llevábamos algunos meses hablando y me di cuenta que me gustaba y yo sentía que yo también le gustaba, solo había un problema: su novia.

SOLO CONTIGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora