Cap 4. Alcohol

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"La primera cosa de la personalidad humana que se disuelve en el alcohol es la dignidad."


La música retumbaba en sus oídos con fuerza. Se maldecía así misma por estar ebria, por terminar con toda una botella de alcohol casi ella sola. Sasuke se había marchado con Itachi a la maldita fiesta de Naruto, fiesta a la que fue invitada por Naruto y prohibida por Sasuke, terminando en una pelea en donde lo único que le terminó arrojando a la cabeza a éste fue el chocolate que había en el marco de la ventana. Recuerda vagamente que Sasuke la empujó y ella le aruñó entre lágrimas, reclamándole el por qué siempre que se trataba de reuniones de amigos nunca le permitía ir. Sasuke enfureció y le gritó que se callara, que dejara su paranoia que lo estaba cansando con lo mismo.

Y lo próximo fue ella rompiendo la lámpara de noche entre frustración y cólera. Sasuke se iba a ir y en ese instante Itachi estaba frente a ella, mirándola con lo que parecía ser compasión por su situación.

—¿Estás bien?

Recuerda su voz y los pasos de Sasuke al salir de la habitación. Ella se levantó con los ojos en rojos por irritación de éstos e Itachi le acarició el cabello. El lugar aún huele a sexo pero eso pasó a un segundo plano.

—Sasuke... no sé por qué no me deja ver a sus amigos —Itachi la escuchó y permaneció en silencio—. No sé sino confía en mi pese a los años de relación que llevamos, o si de lo contrario oculta algo. ¿Sabes que no me deja ver su móvil? Viene, me hace suya y se va.

—No soy yo el que deba opinar en esto —confesó entre sus quejas—. ¿Quieres que me quede contigo esta noche?

Sakura tartamudeó mientras negó con la cabeza. Si Itachi la acompañaba en su tristeza Sasuke explotaría en celos, y no creía que eso terminaría en algo bueno.

—Discúlpame Itachi... no debí hablar de más.

—No hablaste de más, te desahogaste y no hay nada de malo en ello. Mi hermano menor es un poco idiota —habló y Sakura rió brevemente—. Te hice reír –sonrió y metió las manos en los bolsillos.

Cuando Sakura iba a hablar para decirle que no quería por encima de que Sasuke fuera, su motivo principal de angustia era quedarse sola. Hablarle sobre que se siente observada y de aquel obsequio que volvió a recibir en la habitación, pero la voz de su novio se hizo presente, desde el piso inferior, llamando a Itachi para que se fueran, que Naruto le estaba azarando por mensajes de texto.

Itachi le miró y le sonrió por última vez, bajando las escaleras y saliendo de la propiedad. Sakura se sentó en la cama con la mirada en los trozos de porcelana de la lámpara de noche, escuchando el sonar de cuando se quita el seguro a un auto, el motor al encenderlo y el arrastre de las llantas al tomar camino.

Había quedado sola, de nuevo.

<<No podré ir Naruto, me enfermé. Discúlpame>>

Texteó y dejó el celular en la cama, recogiendo cada uno de los cristales con la mano, hasta que sintió un pinchazo en su meñique derecho. Chupó la sangre que salía con sus ojos empapados en lágrimas que recién aparecían, abriéndose paso con prontitud nuevamente en sus verdes orbes. Estaba lastimada por las palabras de Sasuke, de nuevo.

Al tirar lo indeseable a la basura cerró las ventanas. Eran las once de la noche y no le apetecía comer nada, así que para animar sus emociones encendió su mp3 y se colocó los audífonos, sirviéndose de una botella de alcohol ajena a ella en una copa, bebiendo la primera, luego la segunda, después la tercera y así hasta que no recordó la cuenta.

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No supo cómo subió las escaleras, pero terminó frente el espejo de su habitación con aquel vestido negro ajustado a su cuerpo. Mirándose en distintas perspectivas. Sasuke moriría si la viese utilizándolo, y moriría de nuevo si supiese que aquel vestido volvió a ser un regalo. Se sentía hermosa, plena y deseada, olvidando que estaba siendo acosada. En el instante que volteó a bajarse un hombro de aquella prenda uno de sus audífonos se salió de su oído, escuchando pasos abajo.

Su piel se erizó y su sangre pareció congelarse en sus venas, mirando por el espejo el cómo la puerta de su habitación estaba abierta. Sintió ganas de llorar al quitarse con las manos temblorosas el audífono faltante, escuchando esta vez un cajón de la cocina cerrarse. Caminó con lentitud hasta la puerta y la cerró con llave, temblando con el celular en sus manos, buscando el número de Sasuke. Éste le contestó al segundo timbre.

<<¿Qué pasa?>>

Sakura sollozó al escuchar la llamada entrecortada.

<<Ven a casa, tengo miedo... creo que hay alguien abajo>>

Su susurro no llegó a la otra línea.

<<¿Qué dices?>> En ese instante Sakura escuchó la risilla de una mujer al otro lado del teléfono. <<Voy a colgar Sakura, llegaron unos amigos>>

La llamada se colgó y Sakura comenzó a ver borrosa la habitación. Sus músculos le pesaban. Definitivamente se había pasado de alcohol.

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La luz se entrometió sin tregua alguna entre las cortinas de la habitación, haciéndola abrir sus ojos de apoco. Su cabeza dolía como un demonio, removiéndose contra las sábanas blancas de la cama. Movió su mano en búsqueda de compañía, encontrando el cuerpo de Sasuke dormido al lado suyo. Se tranquilizó hasta el momento en el que recordó que ella no se había acostado en la cama, ni tampoco se había puesta la pijama.

Se levantó de golpe y se miró la ropa. Traía puesto un short de pijama limpio y un blusón. El mp3 que estaba en la madera amaneció al lado de su mesa de noche con el celular. Y el vestido que se estaba probando...

Caminó con incredulidad hasta su armario, abriendo el cajón en donde estaba guardado y perfectamente doblado. Lo llevó a su nariz escéptica, notando el olor a licor en éste.

No había sido un sueño ni una alucinación, algo pasó esa noche cuando ella se desmayó... y su corazón le decía que no había sido nada bueno. 

Broken. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora