Capitulo 6

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Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos- Will Smith

Capitulo 6:

Después de aquel encuentro que me puso los nervios de punta, y de ver aquella escena con mi hermano y sus amigos, evité al nuevo todo el día. Parecía como si estuviera siguiéndome, evitaba los caminos por donde él debía pasar, no salía del baño en el receso, pero siempre cuando ponía un pie afuera me lo chocaba o lo veía pasar. Tiene su encanto, pero lo arruina su personalidad tan egocéntrica y esas actitudes de imbécil que al parecer son su especialidad -

-Mamá... ¿Estás en casa?- grité abriendo la puerta. Cerré y me quité los tacones sintiendo como los pies me latían de dolor -

-Estoy en la sala, hija- dejé mi bolso sobre la mesa del comedor y caminé hasta la sala. Me encontré a mi madre sentada en el suelo con una gran caja y cosas esparcidas por todos lados -

-¿Qué haces?- elevó la mirada y pude ver sus ojos llenos de lágrimas -

-Son las cosas de tu padre... La encontré debajo de mi cama- me quedé unos segundos debatiendo qué hacer. Sabía que si me acercaba y comenzaba a ver aquellos recuerdos y memorias de mi padre, iba a deprimirme, iba a extrañarlo mucho más… Pero necesitaba ver algo suyo, acercarme de alguna forma a él. A lo poco que nos quedaba de él. Caminé hasta donde estaba mi madre y me senté a su lado. Tomé una de las fotos que estaba en el suelo apartada y comencé a reír -

-Esto fue en mi campamento de verano, en tercer año- comenté recordando -

-Sí- mi madre miró la fotografía que estaba en mis manos y rió -llorabas tanto que los profesores creían que te dolía algo, tuvieron que llamarnos y tu padre salió a buscarte-

-Y cuando llegó corrí y lo abracé- mi voz, mis ojos y mis oídos se perdieron en aquel recuerdo. En el sentimiento de ser abrazada por él, de sentirme protegida con él. Recordé su sonrisa, su voz… Su cálida y abrazadora voz. 'Siento perderme todos los años que te quedan por vivir, hija. Pero voy a estar siempre contigo, acompañándote, aunque no puedas verme, ahí voy a estar. Te amo', fueron las últimas palabras que me dijo en el hospital aquella noche. La última noche que lo vi, la última noche que escuché su voz antes de que aquella maldita enfermedad lo matara. Dejé la foto bruscamente sobre el suelo y me puse de pie. Caminé hasta las escaleras y las subí corriendo. Entré a mi habitación y ni siquiera cerré la puerta. Me tiré boca abajo sobre la cama y comencé a llorar como si tuviera de nuevo cinco años. Sentí unas manos cálidas sobre mi espalda haciéndome caricias -

-Hija- me habló mi madre -tranquila- me senté y me quedé unos segundos mirándola. Ella estaba igual o peor que yo, las lágrimas inundaban sus ojos azules, haciéndolos casi transparentes, mientras que tenía la nariz enrojecida. Me acerqué y la abracé con todas mis fuerzas volviendo a llorar -

-Lo extraño tanto, mamá-

-Lo sé hija, pero debes calmarte. Estamos juntos, los tres, y podremos seguir adelante. Tu padre habría querido eso. Habría querido que sigamos unidos, juntos, cuidándonos- me alejé de ella y asentí limpiándome las lágrimas. Forcé una sonrisa, en lo cual ya era experta, y ella me miró dejando una caricia en mi mejilla -

-Gracias -Voy a cambiarme, hoy con Lia trabajaremos desde temprano. Tenemos muchas cosas que hacer en el taller-

-Está bien. Te prepararé el almuerzo- se puso de pie y me besó la cabeza para luego abandonar la habitación. Suspiré y me quedé unos segundos mirando la nada. Cerré mis ojos y recordé las tantas caricias y besos de mi padre, sus abrazos, lo que era sentir su contacto. Era suficiente como para lograr seguir adelante. Me puse de pie y caminé hasta el baño. Me di una ducha, y me cambié. Oí mi celular sonar, así que lo tomé mientras bajaba las escaleras y me dirigía a la cocina. Era un mensaje de Alexa '__________ (Tn), ¿quieres que mañana pase por ti?'. Estaba por responderle, pero mi escribir fue interrumpido por un fuerte choque -

AnonymousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora