–Gracias– dije luego de verme.
Me deprimí. Tenía ganas de llorar, pero intenté evitarlo. Tengo a un desconocido a mi lado, pensé.
No sabía qué había sido de mi vida antes de esa tarde.
–¿Quieres ir a la cocina?– me estaba mirando fijo, esperando que le responda.
Hice mi cabeza a un costado de modo que mi cabello tape mi rostro. Respiré hondo, debía superarlo.
–Sí.
–¿Quieres un café?
–Quiero cualquier cosa, no recuerdo qué me gusta y qué no– se notó en mi voz quebrada que lloraba. Todo era una confusión.
Posó su mentón en mi cabeza, sus brazos rodearon mi cintura.
–No te sientas así, ya vas a recordar todo. Seguro este es uno de esos casos de pérdida de memoria temporal.
Nuevamente mi celular vibrando.
–¿El baño?–pregunté. Agarró mi mano, me llevó a la izquierda del pasillo anterior y abrió una puerta. Me soltó. Me lavé la cara. Antes de que cierre la canilla dejó de vibrar.
Comenzó a vibrar, otra vez. 'Mamá', sabía que era ella.
–¿Mamá? Escúchame, lamento tener que decir esto– dijo algo pero no comprendí, no iba a escucharla hasta terminar–. Cuando esperaba a Mati– no sabía qué iba a decirle. Me incomodaba decirle así al desconocido– me tropecé con una piedra, caí y me desmayé. Todo esto lo sé porque Matute me reconoció, me trajo a su casa, esperó a que despertara y me lo explicó. Perdí la memoria– suspiró.
–Mi amor– escuché sollozos–, ¿no me recuerdas?
–Lo siento.
–Iré a buscarte, pásame con él.
Alejé el teléfono de mi oreja, miré a Matías. Moví mis labios diciendo "Quiere hablar contigo", y al enterderme se estiró hacia el teléfono, nervioso.
–Está bien, iremos allí. Fue lo menos que pude hacer, señora, de nada– hizo una pausa, estaba escuchando lo que ella le decía–. No tiene por qué agradecerme.
Cortó.
–Me pidió que cuando ella llame vayamos a mi escuela, allí irá, ya tiene la dirección.
Sonreí.
Matías fue mi ídolo, debió ser importante para mí. Cuando recuerde quién fue, si es que lo llego a hacer algún día, voy a estar arrepentida de actuar como lo hago. No puedo hacer más, en este instante no lo conozco, pensé.
–_____– me sacó de mis pensamientos.
–¿Sí?
–¿Puedes darme tu número de celular? No puedo dejarte ir, sin volver a hablarte, luego de lo que hice.
–No sé cómo controlar esto– señalé mi celular, mientras sonreía y lo contagiaba a él–. Si puedes búscalo.
Tomó mi celular presionando varias veces la pantalla, tenía bien claro el asunto de manejarlo.
Sacó su celular de su bolsillo trasero y escribió algo.
–Listo. Mira, esta es la agenda– se abre un menú con muchos nombres ordenados alfabéticamente–. En el buscador escribes 'Matute' y cuando presionas– hace una pausa para presionarlo– te da las opciones de llamarme o enviarme un mensaje.
–Lo recuerdo, algo de eso recuerdo. Así como recuerdo las palabras y otras cosas.
Noté que nuestras cabezas estaban juntas, una al lado de la otra. Mis ojos estaban fijos en la pantalla, de reojo vi que me estaba mirando. Moví mi cabeza, retrocedí un paso y avancé medio. Nos miramos a los ojos.
–Matías, no te conozco– retrocedí bruscamente.
Su mirada muestra que lo herí.
–Lo siento, tal vez antes te amaba. Pero ahora no sé quién eres– agregué, tratando de remediar lo anterior, pero lo empeoré.
–Perdóname, todavía no creo que no sea lo mismo que antes.
Esas palabras. "...lo mismo que antes..." ¿Qué habrá sucedido antes? Tengo la esperanza de que antes de todo esto hayamos tenido algo, o hayamos intentado tener algo.
–Es decir, que ya no soy lo que era antes. Porque... porque antes me conocías– tartamudeó, sudaba y evitaba mirarme a los ojos.
Hizo algo con mi celular y leyó un mensaje, acerqué mi cabeza. "_____, ya estoy en el colegio. Vengan. Te amo."
–Vamos Mati–ya no me incomodaba tanto decirle así, me hacía sentir más confianza.
Me agarró de la mano, no lo solté, pero él sí lo hizo a los dos minutos de que nuestros dedos hagan contacto. Se arrepintió.
Luego de caminar siete cuadras; doblando a la izquierda, luego a la derecha, y otra vez a la derecha; llegamos.
Estábamos en la puerta de una escuela. Me abrazó.
–Te quiero– me murmuró al oído.
Él me hablaba en serio. Tal vez es muy buen actor, o yo soy muy crédula.
–Yo te quise– hice una pausa– y espero volver a hacerlo, Matute.|
Lo solté y me sonrió.
–Adiós– nos saludamos besándonos uno al otro en las mejillas.
Subí al auto y me senté, mi madre me abrazó muy fuerte.
–Hola mamá– tenía los ojos hinchados.
–_____, ya lo vas a recordar todo.
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Recordándote. (Matute Lera y tú)
FanficPerdí la memoria, no recuerdo nada. Me dijeron que mi nombre es _____, que tengo quince años, y que vivo en Buenos Aires. También que cumplí el sueño de conocer al que fue mi ídolo, a un tal 'Matías Lera'.