The Fall

Encuentro

Continué en rehabilitación durante varios meses dentro del hospital. Cuando Jack y Alfonse determinaron que no había secuelas relacionadas con "el accidente" me transfirieron a un campo de entrenamiento. Antes de irme, Jack me dijo que formaría parte de un nuevo escuadrón y que ayudar a la OMD era la mejor forma de encontrar a mi familia.

Al llegar a la base de entrenamiento conocí a David, él era el soldado que también había sobrevivido al ataque de uno de los grises, usaba el pantalón de su uniforme, una camisa blanca, unos lentes negros y una gorra negra donde se leía OMD. Me contó que ese día había sido su primera misión ya que recién había ingresado al ejército. Pobre de él, pensé.

- Supe que perdiste el brazo y la pierna enteros – Me dijo David poniendo una cara de preocupación.

- así es, pero en verdad estas... prótesis que Jack hizo para mí se sienten como parte de mi cuerpo.

- ¡verdad que sí! Sabía que tú me ibas a entender. Mira – David se quitó la gorra y los lentes y pude ver que había perdido parte de su cráneo. - ¿ves esto? - Dijo señalando su ojo izquierdo que había sido reemplazado por una prótesis. - Un maldito gris me arrancó el ojo, mi oreja y parte de mi nuca de una sola mordida. Tenerlo encima de mi es todo lo que recuerdo hasta antes de despertar.

- ¿Dios cómo es que estás vivo?

- No lo sé. Todo el mundo dice que soy un héroe por haber sobrevivido, pero cuando escuché que a ti te habían mordido dos veces, pensé que si había un héroe ese eras tú.

- Bueno en realidad pude haberlo evitado. Yo no tenía que estar en el campo de batalla ese día. Tú por el contrario estabas peleando.

- Es cierto ¿que se supone que estabas haciendo ahí?

- Estaba buscando a mi hermano. Vio marchar a los soldados y quiso seguirlos, mi madre y yo salimos a buscarlo, pero ya todo estaba hecho un desastre.

- A mí me mordieron por proteger a un niño.

- ¿En serio? ¿cómo era él? - dije acercándome más a David, esperando que pudiera contarme algo sobre Jiro.

- Era pequeño, no parecía tener más de cinco o seis años. Algo pálido, de cabello negro y me sorprendió ver que a pesar de encontrarse entre cadáveres y grises no estaba llorando.

- Podría ser él ¿qué pasó cuando lo viste?

- Bueno, recuerdo que un gris estuvo a punto de echársele encima. Abrió su boca, ya sabes, para morderlo, pero era tan pequeño que creí que se lo comería entero. En ese momento le disparé a ese maldito justo en la boca y no podía creerlo, había muerto. Teníamos ordenes de retirada, así que sujeté al niño de la mano y comenzamos a correr, pero él no dejaba de ver hacía la nave de los invasores, entonces lo cargué en hombros y les pedí a mis compañeros que me cubrieran. Y de verdad lo hicieron, apenas si logré avanzar dos calles cuando escuché como ellos disparaban en vano. "Dispárenles en la boca" grité varias veces, pero tal vez no me escucharon. Luego me tropecé y caímos al suelo. Fue ahí cuando el gris que me mordió apareció. Se me echó encima y sin saber cómo logré dispararle en la boca al bastardo. Me encontraron con el cadáver de ese maldito encima y sin la mitad del cráneo.

- ¿Y qué pasó con el niño? ¿alguien te contó algo?

- Nadie me dijo nada sobre un niño, pero oye, la base no estaba lejos. Quizá uno de mis compañeros lo vio y ayudó a llevarlo hasta ella.

- Si, quizá eso fue lo que pasó.

-  Animo amigo – David me dio un golpe amistoso en el hombro - aún puedes encontrarlo. Ahora estás con la OMD, seguro que ellos pueden ayudarte.

- Tienes razón. - dije intentando no perder la esperanza.

Pronto David y yo nos volvimos buenos amigos. En la base de entrenamiento conocimos a al coronel Rogers, él era el hombre al mando de nuestra unidad recién formada. Era todo lo que se puede esperar de un militar, rudo al hablar, inflexible y, sobre todo, el más confiable de todos los hombres. Él nos presentó a nuestros compañeros de escuadrón. Yendry, Rachel y Tachi. "Serán un escuadrón pequeño, pero serán el más letal de todos. Ahora prepárense reclutas, porque en los siguientes meses conocerán lo que es el infierno." Y nos miró con una sonrisa de satisfacción que no pude decir si era algo bueno o malo.