Pιzzα ↳supercorp. (ADAPTACIÓN) [Editando]

Capítulo IV

—¡¿Qué yo qué?! —gritó Alex levantándose de la silla.

—¿Volverás al instituto? —respondí algo temerosa.

—¡¿Quieres llevarme nuevamente al infierno, Zorel?!... ¡¿Eso quieres?!- Mierda. Ayuda Rao. Alex estaba a centímetros de ahorcarme.

—Solo es un año, después de eso tendremos 100 mil dólares a nuestra disposición.

Como a mí, la mandíbula de Alex casi toca el suelo.

—¿100 mil dólares?... Joder, Kara. Con esa suma solo tendremos que trabajar medio tiempo hasta graduarnos. —dijo emocionada.

—Solo ven conmigo, Alex. No podría sobrevivir sin ti. —rogué haciendo un puchero. 

—Solo si dices: "Alex tu fuiste quien me hizo dudar sobre mi heterosexualidad".

Le mostré mi dedo del medio mientras rodaba los ojos. Alex sabe perfectamente porque me gustan las chicas, pero a mi querida amiga le encanta recordarse a sí misma que muchas chicas están dudando en estos momentos gracias a ella. Modestia aparte. 

—"Alex tu fuiste quien me hizo dudar sobre mi heterosexualidad". —repetí como quien no quiere la cosa y ella aplaudió mientras daba pequeños saltitos.

—Bien, iré contigo. Pero solo porque sin mi no te divertirías igual. —Alex me abrazó por los hombros mientras yo le daba un pequeño golpe.

—Nunca voy a admitir que tienes razón.

Ambas reímos, pero lastimosamente nuestro momento fue interrumpido por el timbre de la puerta, Alex se levantó con una sonrisa y fue a abrir.

—¡Kara Zorel! ¿De nuevo apostaste en Las Vegas sin mi? —gritó una muy indignada ojimarrón desde la puerta.

—¿Qué? —pregunté para mi misma caminando hasta la puerta.

Al llegar me encontré con el rostro serio de Hank pero gracias al cielo ya no me veía como si hubiera asesinado a un cura. Alex me veía indignada ¡nunca iría a Las Vegas sin ella, es el mejor contadora de cartas del mundo!

—Hank, ¿Qué haces aquí? —pregunté mirándolo fijamente.

—El señor Luthor me envía. Debemos irnos, ¿Ella es tu amiga? —contestó con voz rasposa y seria mirando a Alex.

—Oh sí, Alex él es Hank. Hank ella es Alex. Ahora sí, ¿Iremos a dónde?

—Nos vamos de compras.

—¿Y te enviaron a ti? —dijo Alex en un intento de contener la risa.

—Tengo un gran sentido de la moda.

(...)

—Me siento como una niña pequeña en un parque de diversiones. —susurró Alex mordiéndose el labio.

—Alex está a punto de hacerse la pis. —dije apareciendo frente a la cámara y en ese momento ella me golpeó.

Grabé con mi cámara todo mi alrededor que estaba abarrotado de  las mejores marcas de diseñador del mundo, creo que ya estaba empezando a comprender a Alex. Hank andaba a nuestro lado sin quitar su cara de orto, así que decidí molestarlo.

—Oye grandulón, saluda a la cámara. —apunté la cámara a su rostro y él me fulminó con la mirada.—¡Oh vamos, Hank! Sonríe un poco al menos, vamos, inténtalo.

—No fui diseñado para sonreír. —contestó mientras una pequeña sonrisa se abría paso por su rostro.

—¿Quién te crees? ¿Terminator?. —cuestionó Alex con burla.