Capítulo 2

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Ambos seguían allí, sentados y con la esperanza colgando de un hilo, transparente, degado e inútil hilo y deseaban por fin liberarse de tanta tensión, respirar. Juntos seguían esperando por entrar al consultorio. Odette y Anthony. 

Se conocían desde hace ya incontables años y entre ellos se llevaban solo un par de meses de edad. Siempre desde que recordaban se habían llevado bien, desde muy pequeños pero nunca se habían imaginado que alguna vez tendrían la oportunidad de compartir una vida, pero una vez pasó y desde entonces fueron como solo uno.

Ambos habían culminado la escuela, el colegio y posteriormente la universiadad juntos pero cursando carreras distintas, ambos exitosamente bien recibidos luego de pasado el tiempo. Odette de diseñadora y Anthony de ingeniero. Juntos así hacían un gran dúo, pero lo que querían era un gran equipo, o al menos Odette.

A ella le gustaban mucho los niños y desde que recordaba se imaginaba tener por lo menos tres o cuatro y poder llenarlos de todo lo que era capaz de dar y luego de pasados dos años desde su emparejamiento con Anthony, la ansiedad fue creciendo junto con las ganas de por fin tener lo que tanto ansiaba. A Anthony en cambio le parecía muy pronto pero aún así apoyaba con gran emoción la idea de su esposa y habían iniciando planes desde entonces. Pero todos sus intentos hasta entonces habían fracasado y aquellas inmensas ganas, al menos por parte suya habían estrepitosamente cesado y el miedo en su lugar se había propagado. 

Y entonces llamaron y el hilo de un tirón se habían soltado, ambos en marcha hacia el consultorio del doctor esperando escuchar noticias positivas.

- Buenos días... -dijo el doctor - acomodándose en su asiento.

- Doctor buenos días.. -dijo ella, con la voz apenas audible. - Buen día. -dijo él, con fuerza para ser oído.

- Bueno, Odette. Innegablemente eres mi paciente estrella y sabemos que desde hace tiempo venimos persiguiendo aquello que desean, tú y tu esposo pero ante todo esto quiero decirte que pase lo que pase hay otras opciones, ya te lo he dicho y tu problema algún día podrá tener solución y no hay que precipitarse y pensar apresuradamente aún. Es solo cuestión de tiempo. -dijo el doctor tocándose las puntas de sus dedos de las ambas mano entre sí y seguidamente sacando un sobre amarrillo pálido del cajón de su escritorio. 

- Sí, lo sé tendré en cuenta su recomendación que es similar a la que me ha dado ya mi esposo.. -dijo ella, mirando a su esposo pero pensándo en algo completamente difierente. 

- Ambos estamos concientes de ello. -dijo su esposo seguidamente. 

- Eso está bien, hay que pensar en una manera diferente de arreglar las cosas porque créanme que todo tiene arreglo. Todo, menos la muerte. -dijo el doctor con convicción, empezando ya a rasgar el sobre para abrirlo.

Ambos, es más todos, incluso el doctor se mantenían ansiosos por averiguar los resultados que contenían aquel sobre, era ese el porqué de la escasa conversación de mantuvieron. Y así lo abrió y la pregunta tuvo respuesta. Y no. Otra vez no. 

- Mmm.. lo siento tanto, de verdad. -dijo el doctor luego de unos segundos de absoluto silencio tras haber anunciando que el resultado no resultó el esperado y que otra vez no, Odette no podría ser madre aún. Y eso fue todo lo que se escuchó decir, nada más. 

Todo lo que se escuchó fue un suspiro, triste suspiro y seguidamente solo pasos torpes buscando la salida hasta llegar a la puerta del ascensor que los llevara al estacionamiento del subsuelo. Y ella prácticamente estaba corriendo, él no sabía que hacer mas que seguirla. Y todo lo que pudo darle fue un simple abrazo, que simbolizaba el apoyo, el amor y todo lo que ambos formaban incondicionalmente. Mientras ella lloraba. 

En todo el transcurso del camino, solo se escuchaban sollozos y formaba todo parte de una inmensa frustración que había reemplzado a las esperanzas que tiempo antes podían haber mantenido.

 - Por favor, habla conmigo.. dime algo. -dijo Anthony con impotencia a ella, mientras que ella solo la miraba.

- ¡No entiendes! No sabes que esto resulta mucho peor para mi que para ti... ¿que quieres que te diga? -dijo ella con lágrimas en los ojos y la cabeza gacha, a la vez que de golpe levantaba la voz.

- Dijiste que si no resultaba lo dejarías, porque ahora haces esto. Sabes que también me duele a mi, no digas que no es así.. Ya no puedo aguantarlo.

- Dije que lo dejaría, sí, pero eso no implica que no tenga que lamentarme por algo como esto y si ya no lo aguantas te puedes ir y dejarme sola, yo ya no te estoy deteniendo ahora. -y así como un clavo martillándose en las manos de su espodo fue que aquello sonó y nada más. Y corriendo fue a su habitación. 

Odette fue directo a la cama y ahí pensaba quedarse como de costumbre igual que las otras veces en las que se sentía hundir en un pozo nebuloso, triste y perdido,  el cual la volvía nebulosa, triste y perdida a ella también.

Y Anthony más que nunca, no sabía que hacer pero sus ganas era tan grandes de poder como magia de un toque sacarse todo aquel dolor y pena que ambos tenían, pero no quedaba más que tan solo esperar. Y sus intenciones sean cuales sean los problemas jamás implicaban dejarla, nunca lo haría pero ella se encontraba demasiado confundida y molesta consigo misma y con todo para comprenderlo. 

Y todo lo que quedaba era esperar. Esperar y que el tiempo haga lo suyo. Y quizá algún día resulte. Quizá...

Doble Rol. (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora