Un día como otro.

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Desperté de mi extraño sueño, fué lindo pero luego soló parecía una tormentosa pesadilla, no lo recuerdo mucho pero si de quien se trataba. Ahí estaba de nuevo, Rubén Donas apareciendo en mis sueños desde tiempos inmemorables, y si, me gusta decirle a su apellido Donas. 

Me restregué los ojos tratando de despertarme mejor y por fín conseguí entre abrir mis ojos, suspiré pesadamente ya que aún sentía sueño pero cierta persona no me dejaría volver a dormirme.

-Ahhg, tu salvaje movimiento me despertó - dijé con voz ronca y tratando lo mejor posible de disimularla.

-Yo soy el que debería reclamar, ya que de nuevo te movías anoche por tus pesadillas. Por cierto, buenos días linda.

-Bueno... disculpa, buenos días Joshy.

-Me molesta que me llames Joshy...

-Ese es el propósito honey - sonreí graciosa y me acerqué para dejarle un beso en su mejilla - no seas amargado.

-Vale, solo si me prometes algo.

-¿Qué cosa?

-Si dejas de llamarme Joshy.

-EN TUS SUEÑOS! - le tiré la almohada en la cara y comencé a reír por su reacción, trató parecer molesto pero solo salió risas de sus palabras, apartó la sabána con la que se cubría y se acercó hasta mi para vengarse - No! no! no! aléjate! - y con su sonrisa maliciosa me comenzó a hacer cosquillas por todas partes, me retorcía gritando entre risas que me dejara pero solo aumentaba la velocidad, le daba golpes en el hombro para que me soltara pero solo parecía pequeños golpesitos. Cuando por fín terminó su venganza, se acerco a mi lentamente levantando mi barbilla y me dio un tierno beso en mis labios.

-Vamos a desayunar - le sonreí y ascentí, volví a depositarle otro beso pero esta vez fué uno fugáz, me coloqué mis sandalias y caminé hasta el baño, hice todas mis necesidades y me arreglé un poco antes de salir.

Al terminar caminé hasta la cocina algo floja y me encontré con Josh preparando unos emparedados, me acerqué para ayudarle y ayudé a untar los panes, serví las bebidas y lo coloqué todo en la mesa.

-Buen provecho, cariño - dije al sentarme a su lado en la mesa

-Igual, linda - me sonrió y empezamos a comer.

(…)

-Cállate, esta es una parte muy triste para que te estés burlando -dije cruzando mis brazos tratando que dejara de reír entre la película, bufé cansada y me acomodé en el sofá quitándome de sus piernas

-Ahhg, ven acá, solo bromeaba -me abrazó pero yo solo me quedé en la misma posición, me agitaba mientras me daba besos en la mejilla pero yo me hacía la dura. En eso, por fín se rindió apartándose de mí y colocándose en la misma posición que yo - Esta bien, tu ganas, pero estarás castigada - rondié los ojos con una sonrisa e ignoré su comentario. En eso, el teléfono sonó y me levanté entusiasmada para ver quién era, llegué hasta él y antes de contestar me fijé en el número que marcaba, era rubius, sonreí y contesté su llamada como todos los días hacía.

-Buenas tardes muhé.

-Buenas tardes Donas.

-Que tal tu aburrido día sin mi?

-A sido estupeeendo, sobre todo porque no estas tú - dije siendo sarcástica por lo que se escuchó una risa de parte de él.

-Pues que mal, porque yo ya te extrañaba mucho.

-Yo no, yo te odio.

-Aw que tierna, yo te quiero más - reí mientras me apoyaba de la pared y jugaba con mi pelo - En fín fea, a lo que iba, te gustaría quedar conmigo para vernos un rato?

Sólo amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora