《 Ray x Tú 》「Yakusoku no Neverland/The Promised Neverland」

#4

En la casa, Madre nos recibió con una sonrisa.

—Os presento a dos nuevos miembros de nuestra familia. —Al concluir la frase, entró en la sala una mujer de piel oscura alta que sostenía a un bebé en los brazos. —Ellas son la hermana Krone y la pequeña Carol.

"La sustituta de Conny", pensé, mirando a Carol. Krone sería un problema para llevar a cabo la huida. Miré a Emma, Norman y Ray, que parecían igual de preocupados que yo.

Después de eso, cenamos y nos fuimos a dormir. Antes de quedarme dormida por completo, le di vueltas al asunto de la huida.

A la mañana siguiente, todos los pequeños jugaban con la hermana Krone en el comedor. Emma, Norman, Ray y yo nos sentamos juntos.

—¿Qué podemos hacer? —dijo Norman, mientras se rascaba la nuca.

—Creo que deberíamos contar con Gilda y Don —sugirió Emma. A mí personalmente no me pareció una idea muy buena, pero habría que hacerlo.

—¿Y qué les vamos a decir? —saltó Ray. —¿Que unos demonios han matado a Conny y que fue Madre quien la llevó allí? —Fue entonces cuando se dio cuenta de su metedura de pata.

—¿Demonios? —dije, con un hilo de voz. No podía creérmelo. —¿Unos demonios han matado a Conny porque Madre la llevó con ellos? ¿Por eso murió?

Emma y Norman me lo explicaron todo, y Ray de vez en cuando hacía alguna aportación.

Después de eso, todas las piezas encajaron. Apareció en mi mente un puzzle, que a medida que hablaban iba tomando forma.

—La historia que me contaste —miré a Ray. —Fue una manera de contarme la realidad en la que vivimos. —Noté como las lágrimas en mis ojos pedían salir, pero no lo permití, puesto que llamaría la atención de los demás del orfanato.

Él asintió, a modo de respuesta.

—Si se lo has contado a ____ —dijo entonces Emma, —también se lo puedes contar a Don y Gilda. —Sonrió, como de costumbre.

—No creo —respondió Ray, misterioso. —____ es diferente. —Yo no sabía si tomarme eso bien o mal, pero igualmente me ruboricé.

—Les podemos poner a prueba —sugirió Norman.

Entonces, Madre irrumpió en el comedor, para anunciar la hora del desayuno.

Después de la rutina matutina, Madre se me acercó.

—____, quiero hablar contigo.

La miré sorprendida, con una sonrisa falsa.

—¿Por qué?

—Ven en una hora a mi habitación. —Me pareció descarada la forma en la que ignoró mi pregunta, pero asentí.

Me reuní con Emma, Norman y Ray, en el bosque que rodeaba la casa.

—Madre quiere hablar conmigo —dije cuando llegué.

—¿Qué quiere? —se interesó Ray.

—No lo sé. En una hora tengo que ir.

—A lo mejor te quiere poner a prueba —intervino Norman. —Seguro que sabe que alguien ha descubierto el secreto de la casa y por eso ha traído a la hermana Krone, pero no tiene ni idea de quién es.

Tenía sentido. Madre sabía que alguno de nosotros estuvo cuando enviaron a Conny, pero no sabía quién o quiénes fueron, así que había traído refuerzos e iba a comenzar a investigar.

—Me tengo que ir ya —anuncié.

—Ve con cuidado —me dijo Emma, abrazándome.

Me planté delante de la puerta de la habitación de Madre. Golpeé con los nudillos la madera y entré.

—Siéntate —pidió Madre. Obedecí.

—¿Por qué querías verme, Madre?

—Tengo una sorpresa.

Mi intriga creció. ¿Una sorpresa?

—¡Te hemos encontrado una familia! —sonrió, de la misma manera en la que lo hizo cuando se fue Conny.

Todo dentro de mí se derrumbó de golpe. Me iban a enviar. Iba a morir. "No puede ser", pensé.

—¿No te alegra?

Tenía que disimular mis lágrimas de dolor y tristeza de alguna manera creíble.

—Claro que me alegra, pero me da pena dejaros a todos aquí —me pareció un motivo válido para llorar, así que lo hice ruidosamente.

—Tu nueva familia vendrá a por ti en cinco días. —Me señaló la puerta. —Ya te puedes ir.

Salí de la habitación y fui corriendo a la biblioteca. Necesitaba desahogarme y aquel era el mejor lugar, donde no había nadie.

Fui a una esquina, entre dos estanterías llenas de libros y lloré como una magdalena.

"Cinco días solo. No podremos escapar, no dará tiempo. Sería muy precipitado. Voy a morir aquí. ¿Acaso no hay nada que pueda hacer?". Pero entonces solo un pensamiento resonó en mi cabeza: "Ray".