I. Solo el principio.

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Harry Potter, con unos 5 años y medio de edad, estaba en el parque que había en la plaza de al final de su calle, mientras su madre estaba mirando con ternura como jugaba con la arena para hacer un vídeo y mandárselo a James. Se distrajo un rato hablando con él.

Había ido con su madre, Lily. Su padre, James, había quedado con Sirius, su padrino, y Remus en ir a casa de Marlene McKinnon.

Marlene era la madre de Summer Verónica Black, la prima de Harry y la más querida por este.

Sirius y Marlene se habían casado al tener a Summer para divorciarse cuatro meses después de su nacimiento. Duraron 13 meses...

Pero Marlene tenía sus razones, y es que Sirius, antes de salir con ella, era un mujeriego de primera categoría. Y no le extrañaba. Estaba muy bueno y era sexy.

Pero, al nacer Summer, los problemas habían comenzado. Cuando a Marlene le llegó un rumor sobre Sirius y su mejor amiga se lo confirmó.
Entonces decidió dejar a Sirius y pedir el divorcio.

Ahora que Summer acababa de cumplir 5 años, su padre tendría su custodia completa.

Y eso era a lo que habían ido James, Sirius y Remus, a recoger Summer de la casa de su madre. No querían que su amigo pasase solo aquel suplicio. Ellos sabían que él aún la quería.

Harry pensaba en que eran la vacaciones de verano y en que las pasaría con su prima favorita, Summer, y con Hermione, su otra prima.
La madre de Hermione, Jane, era la hermana de Lily.

De pronto, Harry escuchó un chillido. Despertando de sus fantasías de las travesuras que haría con Summer y Hermione, giró la cabeza, en busca del ser que había producido aquel sonido.

En los columpios, había una figurita pequeña, debería tener unos 4 años. Pero lo que más le sorprendió a Harry, fue su pelo. Era de un rojo llameante. La única persona a la que le había visto ese cabello era a su madre. Era muy tierna, pero a Harry le parecía la Sirenita, pero con el pelo más corto. Llevaba melena.

Pero eso no importaba ahora.

Lo que había hecho gritar a la tierna pelirroja eran unos 4 chicos de 7 años que trataban de tirarla del columpio dándole empujones. Y lo habían logrado. La pequeña estaba en el suelo, llorando con un raspón el la rodilla, mientras los chicos seguían ríendose de ella.

Harry, furioso con los chicos, había ido a llamar a su mamá. Le habían enseñado desde muy chiquito que no hay que abusar de nadie, y mucho menos de las chicas.

— ¿Mamá? — su madre, que había estado mirando su móvil con una gran sonrisa, levantó la mirada y vio a su hijo, furioso. Eso no era normal, Harry normalmente era muy tranquilo. — Hay unos chicos pegando a una niña en el parque.

Su madre se levantó rápidamente, aunque Harry no entendió el porqué.

Lily, un año y medio después del nacimiento de Harry estaba dando a luz en el hospital a una bebé pelirroja. Era la viva imagen de Lily. Una pequeña a la que había puesto el nombre de Macy. Pero había nacido prematuramente y, a consecuencia de eso, a los pocos días, murió en los brazos de Lily y James. Pero Harry aún era muy pequeño como para darse cuenta de eso y solo un monstruo le arruinaría la infancia diciéndoselo a tan corta edad.

Por eso, Lily, cada vez que oía que atacaban a alguien menor, y más si era una chica, le daba un coraje tremendo y salía en su defensa.

Lily llegó corriendo al parque y al ver a la pequeña pelirroja, mientras aquellos chicos se reían de ella, hizo que se le saltase una lágrima, y después otra, recordando a Macy. Pero el coraje y la furia que sentía eran mayores.

Somos mejores amigos. ~[Hinny/Hanny]~ AU ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora