Capítulo II: Entre la verdad y la ignorancia

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Al día siguiente la casa tenía un olor putrefacto,raro y asqueroso,pero tal parece que mi padre lo ignoraba. Mi padre tenía razón,mi madre no estaba,desayuné y me fui a estudiar,supongo que aquel día mi padre no fue a trabajar y se quedó en casa a limpiar el desastre que dejó la noche anterior.
Llegué a casa en medio de una fuerte lluvia,cuando voy caminando por el patio me encuentro un árbol,este último tenía colgada en una de sus ramas lo que parecía ser un cuerpo colgado,aquel cuerpo permanecía inmóvil, cualquier corriente de aire movía ese cuerpo el cual habría lanzado su último suspiro.
Me acerqué lentamente a el árbol,pues me parecía raro que el cuerpo tuviese una falda,pelo largo y unas manos y brazos delgadas iguales a las de mi madre,cuando solo un par de metros me separaban de aquel cadáver, noté que aquel cuerpo fue desapareciendo entre las gotas de lluvia.
Sentí temor al ver aquel cuerpo,tanto así que cuando lo dejé de ver en lugar de sentir curiosidad o un poco de temor,sentí alivio.
Mi padre me observaba por la ventana,notó como yo observaba tan perturbada aquel árbol mientras me mojaba en la fría lluvia, mientras me veía con un sentimiento de extrañes sacó su cabeza por la ventana y con un grito que me llevó una gran sorpresa:"Scarlett,entra aquí rápido que te vas a enfermar por la lluvia".
Y tal parece que papá tenía razón,pues al día siguiente día desperté con gripe y no pude ir a estudiar.
Los planes de mi padre se habían frustrado el día que me ausenté de la escuela, pues da la casualidad que él tuvo que ir a trabajar, ya que le habían dado la amenaza de ser despedido por ausentarse tantos días.
Desesperado por mantenerme alejado del hecho de que mi mamá había muerto, me encomendó a la casa de mis abuelos paternos para que ellos me cuidarán durante todo el día. Ésto último me sorprendió pues yo en anteriores oportunidades me había enfermado y me había quedado sola en casa.
Mis sospechas se agudizaban al escuchar a mi padre hablando por aquellas llamadas teléfonicas nocturnas con mis abuelos maternos, quienes preguntaban por mi recientemente fallecida madre, mi papá les respondía con un "se fue con sus amigas" o un "está trabajando" e inmediatamente colgaba.
Un oscuro sentimiento de desconfianza, de angustia y de dolor recorría mi mente mientras yo intentaba darle un lugar a todas las cosas raras que se me habían presentado en los últimos días, pero todas mis teorías terminaban en algo aterrador.
Sin pensarlo dos veces tomé el teléfono de mis abuelos y llamé a mi papá en el trabajo; pero me dijeron que mi papá no había ido a trabajar y que ya lo habían despedido. Llamé a la casa y lo único que escuché fue que alguien respondió a la llamada. Yo decía -hola papá por qué no fuiste a trabajar- nadie contestaba solo se escuchaba una respiración agitada y después de un par de segundos, un grito de dolor, un dolor intenso, horrible y traumatizante; mis nervios empeoraron cuando noté que los gritos eran muy parecidos a los de mi mamá.

YO LE DECÍA PADRE A UN ASESINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora