•Insano •Capítulo 12

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-Lamento la tardanza señor, el último encargo demoró más de lo esperado. - El pelinegro se excusó, tratando de que su voz sonara con el respeto que no sentía hacia el Alfa frente a él.

-No te preocupes, siempre puedo confiar en ti. Ahora puedo suponer que vienes a preguntar por Seokjin, ¿no es así? -Dijo entre risas al ver la mirada del pelinegro oscurecerse.

-Siempre quiero saber de él, así que eso no debería representar sorpresa alguna.

-El amor que le tienes roza todo límite de lo moralmente aceptable y aún así quieres seguir jugando al justiciero en su honor, a veces siento una lástima inmensa hacia ti sabiendo que nunca lo podrás tener de la manera en que deseas.

Aquellas palabras golpearon al pelinegro como una tonelada de ladrillos, sabía que el Alfa tenía una cuota de razón en lo que decía el amor que seguía hacia Seokjin lo hacía cruzar cualquier límite con el fin de garantizar su seguridad, no le importaba la misión que le asignasen el haría lo que fuera por su bienestar. La última vez casi lo pierde, un error mínimo y había visto sufrir a Seokjin, los líderes de la manada los usaban para cumplir sus objetivos sin importar como aquellas acciones torturaban sus almas y mentes.

-Basta de juegos, ¿dónde está Seokjin? Sabes que odio que andes con rodeos.

-Una maravillosa situación se dio en tu ausencia, Seokjin a sido entregado al Alfa Kim Namjoon. Una unión fructífera para nuestra manada.

El pelinegro fue acercándose lentamente al alfa intentando que el aire entrase a sus pulmones, podía sentir como cada respiración se hacía cada vez más difícil. Se sentía presa del pánico y podía sentir aquellos ojos fríos detallando cada una de sus acciones, sabía que trataba de encontrar alguna debilidad en él pero hacia años que ambos jugaban este juego y era casi inmune a ellos.

-¿Sabes? Ahora que el no está nada evita que te desgarre la garganta. -Dijo sacando una pequeña daga de su manga, acercandola a la garganta del ser que más odiaba-Acabas de alejar a la única persona que te mantenía viva, una jugada bastante estúpida de tu parte.

El Alfa sólo río ante las amenazas, aún sintiendo el frío metal contra su garganta no tenía mayor miedo, todo era parte de su plan y el jugar con las emociones de las personas a su alrededor era su mayor fortaleza, estaba consciente del amor que sentía el pelinegro por su hijo y gracias a él podía manipularlo a su antojo.

-Aunque me mates no saldrás de aquí con vida, hay guardias afuera así que no podrás dar diez pasos antes de que te ejecuten, ¿quieres eso?

-En estos momentos no me importa, ya lo alejaste de mi absolutamente nada tiene sentido ya. Al menos moriré sabiendo que él está lejos de ustedes, sano y salvo.

-¿A salvo dices? El Alfa Kim no es nada más que un mocoso inestable incapaz de controlar a su propio lobo si los rumores son ciertos, Seokjin podría estar atravesando un horrible calvario y tú nunca lo sabrás si decides acabar con mi vida y por ende con la tuya.

-¿De qué estás hablando?

-Estoy hablando mi querido niño, que aún puedes salvar a Seokjin si sigues mis órdenes, nosotros estamos dispuestos a recuperarlo una vez que llegue el momento adecuado, y para ese entonces te será entregado, ¿qué dices? Puedes cumplir tu más profundo deseo y acabar con mi vida o esperar un poco más y obtener a la persona que amas la decisión está en tus manos.

El pelinegro salió huyendo del lugar dándole al alfa la respuesta que tanto deseaba, ya para este punto no le importaba el haber caído nuevamente en aquellas viles manipulaciones, corrió hasta sentirse desfallecer, jamás se había sentido así ante una reunión con aquél alfa se sentía incapaz de procesar algún pensamiento coherente, su mente sólo gritaba el nombre de Seokjin mil y un veces.

Aquel ser que sin saber de su existencia le daba motivos para vivir, la única persona que amaba y por la cual a veces sentía que perdía su humanidad para poder salvar la suya, sangre inocente pintaba sus manos y hacia mucho tiempo dejó de importarle aquello, todo lo hacía en el nombre de Seokjin. Desde el primer momento en que poso sus ojos en el omega se había convertido en su debilidad, aquella libertad que estuvo a punto de alcanzar se vio arrebatada cuando decidido proteger al pequeño niño indefenso, se había convertido en la sombra que cuidaba sus pasos, en su máximo protector y Seokjin quizás hasta lo repudiaba puesto que sus únicos encuentros eran bajo el calor de celo, su propia naturaleza luchaba contra sus propios instintos pero él sabía que era el único capaz de ayudar al omega, aquello era una tortura bien estructurada, una vez que el Alfa había descubierto su amor por el omega lo había usado para sus planes malévolos, el trato era simple "cumples mis órdenes y podrás ayudarlo con sus celos, desobedece y se lo entregare a los guardias"

Ellos estaban unidos por un lazo que ni el mismo podía entender y que francamente lo asustaba, pero estaba decidido a salvar a Seokjin el peso de las consecuencias serían afrontadas más adelante, el amor que le tenía eclipsaba cualquier pensamiento coherente, Seokjin era suyo y si debía matar para recuperarlo bienvenido sería otro nombre a su larga lista.

Sólo espera por mi, te amo y te voy a salvar.












Seokjin se encontraba atrapado en los abismos de un profundo sueño, sabía que su cuerpo estaba lastimado y su lobo lo había atrapado en este estado para su recuperación, en sus sueños era feliz, libre de todo el sufrimiento del que era preso día t...

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Seokjin se encontraba atrapado en los abismos de un profundo sueño, sabía que su cuerpo estaba lastimado y su lobo lo había atrapado en este estado para su recuperación, en sus sueños era feliz, libre de todo el sufrimiento del que era preso día tras día recuerdos que creía perdidos volvían con fuerza hacia él. Pequeños fragmentos donde podía ver a Hoseok perseguirlo con una alfa que lo llenaba de besos y mimos, aquellos eran los únicos que le daban una amor y atención real, sus padres siempre lo exhibían como un trofeo y sus muestras de afecto sólo eran bajo el escrutinio público. A puertas cerradas sólo Hoseok y su pareja le daban el amor que tanto necesitaba, pero había alguien más en sus recuerdos. Un niño pequeño que siempre estaba entre las sombras, Seokjin nunca pudo tocarlo o ver con mayor detalle su rostro pero sabía que siempre estaba cerca de él. A veces hasta podía sentir el dolor o inquietud de aquel extraño niño, ¿acaso eso podía ser posible?.

Muchas veces le había preguntado a Hoseok si era normal el sentirse así y su cuidador sólo le decía que las parejas enlazadas podían sentirse así. Aquello no tenía el más mínimo sentido, él apenas era un niño no debía sentirse así, los sentimientos estaban prohibidos era una orden tácita por parte de sus padres y aún así cada día anhelaba sentir el toque del misterioso extraño.

A medida que fue creciendo el lazo parecía intensificarse, podía hasta jurar que había alguien más sufriendo a la distancia por él. Muchas veces llegó hasta tener el pensamiento de que su extraño niño podría ser su pareja destinada y el mismo que lo ayudaba en los celos, pero aquello era imposible las parejas destinadas eran sólo cuentos de hadas que las madres contaban a sus hijos, y aún de ser ciertas ¿por qué nunca vino su destinado a salvarle? ¿Por qué permitía aquel sufrimiento?

-Sólo espera por mí, te amo y te voy a salvar.

Aquel susurro lo hizo temblar, sabía que su mente lo estaba traicionando, ¿qué otra cosa podía ser? Estaba destinado a un vida vacía al lado de su Alfa y nadie nunca lo salvaría. Haciendo ápice de su fuerza de voluntad abrió los ojos para enfrentarse a su oscura realidad.



























El omega perfecto #1 |Namjin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora