Ésta historia está basada en el libro "Coraline y la puerta secreta" del escritor Neil Gaiman.
La historia se desarrolla en el "Palacio Rosa" dónde JiMin, quien es uno de los protagonistas, se muda junto con su novio JungKook para iniciar una nueva...
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JungKook apareció aún con el móvil pegado a la oreja y frunció el ceño al encontrar a su novio tratando de abrir dicha puerta con un pequeño alambre. Cubrió nuevamente la bocina y habló.
—A ningún sitio.
—Tiene que llevar a alguna parte.
El mayor negó con la cabeza.
—No lleva a ningún lado. —le repitió a JiMin. Metió la mano al bolsillo de su pantalón y tomó el único manojo de llaves que la dueña les había otorgado. Las ordenó con cuidado y eligió una llave negra, era la más vieja, la más grande y oxidada. Se dirigió hacia él y la introdujo en la cerradura de la puerta, que enseguida se abrió.
JungKook tenía razón: no conducía a ninguna parte. Daba a una pared de ladrillos.
—¿Enserio? ¿Ladrillos?— preguntó desilusionado.
—Cuando en esta casa había sólo una vivienda —explicó el chico.— La puerta llevaba a algún lugar. Pero cuando la dividieron en pisos, decidieron taparla con ladrillos.
Cerró la puerta y volvió a dejar las llaves en el bolsillo de su pantalón.
—No la has cerrado con llave.—observó JiMin.
JungKook se encogió de hombros.
—¿Y para qué iba a hacerlo? No va a ningún lado.
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Afuera ya había oscurecido y la lluvia seguía cayendo, tamborileaba sobre las ventanas y las empañaba, dejando que pequeñas gotitas se deslizaran. JungKook finalmente acabó su llamada y se dispuso a preparar la cena, pero a JiMin no le gusto nada tener que esperar tanto tiempo.
—JungKook.—se quejó— Haz vuelto a ignorame toda la tarde.
—Lo siento, sabes que tengo que hacer mi trabajo.
JiMin suspiró. Luego se dirigió al congelador y sacó patatas fritas precocinadas y una minipizza para hornear en el microondas.
—Si, lo sé —le dijo a su novio mientras la cena giraba y los numeritos rojos del microondas descendían hasta el cero.
