2 de Abril

9 0 0
                                    

Adoro hasta tus gestos. Tus ojos, tú risa, tú cabello siempre tan loco. Disfruto observarte cuando no te das cuenta y me da miedo cómo vayas a reaccionar el día que me atrapes haciéndolo. Lo más probable es que me grites o digas una de esas cosas tan tuyas que me hacen odiarte de un segundo a otro.

–Te odio–

Gritaste atravesar de el teléfono
Claro que no recuerdas haber dicho eso. Tú nunca recuerdas esas cosas...

–lo sé– respondí a secas...

–no puedo decirte otra cosa–

No respondí. No quiero que digas lo que quiero oír. Aunque la verdad muero por oírte alguna ves decir "otra cosa" pero sé de sobra que no puedes, que tal vez no debes.

AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora