Capítulo 1

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Mi nombre es Kim Min Jun soy estudiante de tercero de secundaria y escritora en secreto, toda mi vida he llevado un nombre falso a causa del pasado de mi familia; soy una persona muy poco sociable y de expresiones nulas debido a esto sufrí burlas por parte de mis compañeros y pesar de sus malos tratos siempre me sentí una persona fuerte, o eso pensé hasta que llegó ese año, el año en que ellos lo arruinaron todo.
Era un día soleado de primavera, las hojas de los árboles se movían con la refrescante brisa y en los jardines se podían apreciar los brotes de rosas las cuales eran rojo vivo. En las aulas se podía percibir el incesante cuchicheo por parte de los alumnos, yo me encontraba recargada en mi pupitre con mis audífonos puestos mientras corroboraba las ecuaciones para entregar; en eso siento como un grupo de tres chicas se acercan a pupitre, la líder de ese trio de patéticas chicas se llama Yura ella es la hija del dueño de la compañía de cosméticos Rubí una de las más importantes del país. El par de lacayas que la acompañan a todos lados son hijas de importantes inversionistas en dicha compañía -Min Jun, ¿podrías prestarme tu libreta de álgebra para copiar la tarea? -, claro que no jamás le prestaría mi libreta a esa bruja, - está bien Yura, pero debes regresármela antes de la clase con el profesor Lee- ¡maldición! ¿porqué de mi boca jamás salen mis verdaderos sentimientos?
Y así pasaron las horas hasta que llegó la hora de la clase del profesor Lee Yura, ¿podrías regresarme mi cuaderno? - maldición, me está ignorando a propósito - ¿cuaderno?, mmm yo no recuerdo haberte pedido prestado ningún cuaderno – en cualquier momento vendrá el maestro sin esa tarea estoy frita. – bien alumnos regresen a sus lugares hare pase de lista y revisaré sus trabajos- Yura es una mentirosa –señorita Jun- si tan solo no le hubiera prestado mi tarea no estaría en esta situación tan conflictiva -¡Kim Min Jun!- maldición, estoy muerta -¿si maestro?- genial ahora está de mal humor -Entregue su tarea- ¿Qué excusa pongo?, ¿se la comió un perro?, no esa es una excusa muy barata, ¡maldición! – maestro yo..la verdad es que..mi cuaderno se lo preste a Yura antes de que empezara la clase, pero no me lo ha regresado- bien, veamos qué es lo que sucede si digo la verdad en lugar de una excusa -¿es eso cierto Yura?- me pregunto cómo te defenderás de esto maldita bruja – profesor yo no sé de qué está hablando Min Jun, todo el día nosotras hemos estado en la biblioteca realizando nuestras tareas, en ningún momento le pedí prestado su cuaderno- que excusa más barata, es obvio que todos los del salón la vieron pidiéndome el cuaderno – ¡Kim Min Jun!, pensé que tu comportamiento se debía al reciente divorcio de tus padres pero esta vez has ido demasiado lejos; toma tus cosas y espera en el pasillo- ¿divorcio?; con esa pregunta rondando por mi cabeza tome mis cosas y salí del aula.
Después de un rato salió el profesor ambos nos dirigimos a la sala de profesores - ¡señor Park! ¡¿Cómo es posible que tenga una alumna tan irresponsable y mentirosa?! – Yura es una maldita, pero cuando regrese al aula me va a escuchar – señor Lee tranquilícese, tome asiento y dígame que es lo que sucedió- y ahí estaba yo una niña estúpida que presto su cuaderno a la persona equivocada y veía como ambos maestros discutían; después de un rato ambos terminaron y mi tutor se acercó – yo sé que tu no harías ese tipo de cosas pero tendré que castigarte o el profesor Lee no dejara de molestarnos a ambos – y así ambos nos dirigimos al aula de castigo donde me quedaría todo el día de hoy, posteriormente me quedaría después de clases durante todo un mes; lo sé es demasiado castigo pero prefiero esto a ser expulsada.
Un ruido estrepitoso en la puerta me saco de mis pensamientos, al parecer no sería la única encerrada en este lugar - ¡señora Choy le juro que nosotros no fuimos! - ambos entraron al aula y fueron encerrados, por su apariencia podría jurar que son de mí mismo año, aunque por sus rasgos se nota que no son de aquí –mira Yuichi al parecer no estamos solos- Yuichi, ese es un apellido japonés, entonces ellos son los japoneses del curso avanzado de tercer año; he oído que ambos son muy inteligentes pero son unos busca pleitos.
-Hola mi nombre es Hideki Yamamoto y él es mi mejor amigo Dai Yuichi- me pregunto porque es que todo mundo les tiene miedo, se ve que son buenas personas – Mi nombre es Kim Min Jun, mucho gusto- ¿Por qué están tan sorprendidos? – ¿tú eres la famosa dibujante callejera Jung? - ¿Qué?, ¿Cómo es que el conoce mi nombre artístico? – ¿Jung?, creo que me estas confundiendo con otra persona- espero que mi respuesta lo haga desistir a su pregunta –Lo siento, Hideki suele ser del tipo de persona que confunde las letras- entonces eso quiere decir que es disléxico, creo que en estos momentos dios está de mi lado – ¡Dai te he dicho que no menciones mi dislexia!, además estaba a punto de disculparme- es cierto hoy tenía que entregarle el manuscrito a mi editor, creo que estaré en graves problemas; espero que no se atreva a venir por mi como la última vez que me atrasé con una de mis novelas – oye, Jun ¿verdad?, lamento haberte confundido con otra persona- ¡por dios se está disculpando!, debo hacer algo rápido para salir de esta situación incómoda – no te preocupes por eso por lo general muchos me han confundido con otras personas así que olvida lo sucedido- bien he aplicado una las frases más usadas por las protagonistas de mis novelas, espero y funcione pero… ¿¡por qué de repente está llorando?! – (snif) lo siento es que eres tan amable y tus palabras me conmovieron- no sé si esto es bueno o malo –Hideki tú te conmueves con cualquier cosa, el otro día llorabas por las serpientes- ¿serpientes? – (snif) ¡es porque no tienen extremidades! La pobrecitas tienen que arrastrarse todo el tiempo y eso me pone triste- juro por mis libros que no pude contener la risa, fue la primera vez que reí tanto en mi vida y la primera en mostrar mi lado cálido a otras personas, después de esa magnífica escena comencé a “estudiar” o eso era lo que pretendía pues debía terminar el manuscrito para mandarlo, mis planes se fueron al caño cuando la puerta fue abierta y ahí se encontraba mi pesadilla de cada día Kang Young soo – ¡señorita Kim he venido por el manuscrito, espero que lo tenga listo!- que momento más inoportuno, me pregunto si en algún momento Yamamoto y Yuichi dejaran de verme de esa manera; ¿Qué? ¿Por qué Yamamoto se paró de su asiento?  

 

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