Como dice el título, este librito es sobre Sarah Stilinski, mi personaje en las novelas que escribí de Teen Wolf que pueden ser encontradas en mi perfil.
Aquí encontrarás escenas previas a su historia, escenas apartes de realidades alternativas, in...
Este sexto extra podría considerarse como parte de la historia. Disfruten.
Extra #6: ¡¿Cómo que no eres virgen?!
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—No es muy difícil de entender, Sti.
—Pero... ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Fue con Matt esa vez que fuiste a su casa? Por favor dime que no fue con él.
Hice una mueca — ¡Claro que no fue con él! —bajé la voz al recordar que estábamos aún en el instituto—. Y ya sabes cómo ocurrió, no es necesario que te cuente cada detalle.
Stiles hizo una mueca de asco — No, no quiero saber eso. Uagh —dijo él—. Sólo... ¿Cuándo fue?
—¿Realmente quieres que te lo diga?
—¡Dijiste que siempre serías honesta conmigo! —fruncí el ceño recordando cuándo dije eso. Stiles me leyó la mente y agregó: — Cuando Matt dijo lo de que tú y Derek salían... Espera, ¿lo hiciste con él? —su tono sonaba amenazador, como si considerara saltearse la última hora e ir a patear a Derek de ser afirmativa mi respuesta (lo cual era).
—Si realmente quieres saber... Sí, fue con él. —mencioné sin mirarle. Stiles es mi hermano, y le adoro pero no creo poder nunca hablar de tener relaciones con otras personas teniéndole en frente. O me moriría de vergüenza o me largaría a reír por sus gestos.
Stiles se quedó callado. No dijo nada más, el timbre sonó y ambos debíamos partir para distintos lados. Lo vi alejarse con una mirada pensativa. Con suerte dejaría el tema como ya hablado y no me hablaría más de eso.
Cuán equivocada estaba.
•••
—Aún no puedo creer que hayas tenido relaciones. —me dijo a la tarde. Estando ya en casa, sentados en el sillón pasando los canales de la televisión.
—Cosas que pasan, Sti.
—Siempre pensé en perder mi virginidad pero nunca pensé en que tú perderías la tuya.
—Bueno, esto no es el siglo pasado en el cual debía mantenerme virgen hasta el matrimonio —tomé unos pochoclos del pote que había hecho y me los metí en la boca mientras seguía pasando los canales.
—No, ya sé, pero aún así me sorprende que no haya pensado en eso...
—Yo no pienso demasiado en tu virginidad. Si tú lo haces... Pues...
—Hablemos de otra cosa. —pidió él de repente.
—¡Tú empezaste a hablar de esto! —me quejé alzando mis manos al aire en signo de protesta. Él se quedó en silencio.
Dejé en un canal que pasaban la segunda de Star Wars y los dos comimos pochocolos mientras veíamos a Luke, Leia y Han luchar contra el Imperio.
