^Lo que siempre y nunca fue^

56 4 0
                                    

Sentada en el balcón del edificio más alto que encontré, pensando en esa tristeza que vino y nunca se fue, recordando los recuerdos que nunca viví, llorando por todo aquello que nunca sentí, extrañando a aquel amor que nunca llegó, me acabe el cigarrillo que nunca encendió. Quizá algún día me digan amor, quizá algún día me pidan perdón por aquella cosa que nunca pasó, esperando que floreciera la flor marchita, esperando un beso el amor se extinguió. Qué hago contigo amor que olvidé, oraré por ti y por amarte otra vez. Ese amor furtivo y secreto que mi corazón publicó, risueña una noche sin querer más lo amé; lástima me da lo que ocurrió después, cuando creí amarlo, pero el amanecer lo aniquiló. Recuerdo ese día como el de nacer, fue la mañana más fría que nunca vi, fue igual que el beso que nunca sentí, eras mi todo y de pronto mi nada, eras mi todo hasta la madrugada donde seguro paso lo que tanto anhelé, de repente tu amor se me fue, ya no tenía sufrimiento por el cual sufrir, ya no tenía pensamiento que se convirtiera en tormento, no tenía dolor para quejarme, ya no tenía lágrimas para llorarte por la mañana, esa mañana tan cruel y bendita en la que me sentí vacía y lejos de ti.
Aunque la verdad estaba más cerca de lo que alguna vez me acerqué, porque al fin comprendí cual era el frío de tu corazón, ese frío potente que acabó mi calor, fuiste el agua que apagó el fuego de mi amor. ¡Ya no te amo, qué horror! No sabría cómo vivir sin lamentarme por amarte, no te amo y espero odiarte, para pensarte tanto como al sereno que una mañana se llevó mis sueños. Ni besos usados ni palabras planeadas, no eras más que una dulce velada soñada en soledad en la que se buscan los cuerpos sin poderse encontrar, bendito seas Señor por haberme mostrado lo que es el amor, bendito seas amigo por nunca haber estado conmigo, bendito seas y más por ser el motivo de mis lágrimas, bendito serás como mi enemigo porque ya nunca estaré contigo. Que rico calor con el que inspirabas temor, qué dulce ese sueño prohibido que nunca permitiste soñar conmigo, que bellos los planes que nunca planeé, qué bello los lugares que no visité, siendo esclava de ti olvidé vivir odiando tu amor porque una madrugada se fue y no volvió, ahora solo me queda esperar a ver si regresa o no, no puedo ya hacer más nada, emocionada por nada, llegando al principio del fin, siendo nadie en mi realidad y todo eso antes de mi final.

-Niina

•|Confesiones|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora