Resiliencia.

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Me termine mudando al único buen lugar con el clima que me encantaba, San Francisco. Mi abuelo, el padre de mi mamá aun vivía ahí, en Nob Hill las personas en su mayoría eran ancianas tal como el abuelo quería, estaba en completa paz a las faldas de la montaña de West Hills y lejos de la cuidad, me había ofrecido vivir con el, pero esta vez me reúse, pero aun así no parecía contento, como era de esperar, no se quedo conforme con la idea de que llegara a la cuidad y no tuviese un auto, al día siguiente de que había llegado me obsequio la camioneta de la abuela, una jeep azul CJ-5 1980, pero la acepte porque lo quería mantener feliz, supongo que solo quería que tuviera algo de ella, y además me dijo que tenia servicio gratis en el mecánico por ser su nieta ya que hace unos años cuando se mudo compro un taller de mecánica a una familia que ya no podía sostenerlo, pero aun así les dejo trabajar para el, con el tiempo nadie quería asistir al taller tenia una mala fama de quedar mal con las reparaciones, pero el abuelo Nolan nunca se dio por vencido, era un viejo muy fuerte y audaz, el lugar se volvió un hogar para las personas que necesitaban redimirse, llagaban hombres que salían de la prisión, drogadictos y alcohólicos, y les ofreció un hogar, al final de todo todos podemos redimirnos y ahora es uno de los mejores en Nob Hill, me terminó por convencer de que me ayudaría a no mojarme en la lluvias que eran muy seguidas. La primera noche me quede con el y al otro día me quede de ver con el hombre de bienes raíces quien me entregó mis llaves del apartamento, me impresiono saber que ya estaba pagado y que tenia un buen espacio para meter todas mis cosas. Mi madre ya tenia todo resuelto 1 semana antes de que me fuera, le llamó al abuelo y juntos comenzaron con el trabajo de conseguir lo que necesitaba.

Después de que me diesen las llaves la mudanza llego con todas las cajas de mi antiguo departamento, no me imagine que tuviese tantas cosas hasta aquel día, sabía muy bien que tendría mucho trabajo por al menos una semana, pero estaba bien, el abuelo Nolan me ayudo en esa semana, no conocía mucho a mi abuelo, las fotografías de mamá fue lo único que yo tenia de el, en todas las fotografías tenia esa gran sonrisa con los dientes blancos y alineados, sus ojos verdes eran iguales a los de mi madre, e incluso decía que se parecía a "Randall Batinkoff", en esa semana ya tenia a mi primer amigo y era gracioso como es que me sentía cómoda con su compañía, siempre hablaba acerca de sus aventuras de joven y parecía que disfrutaba contar acerca de ellas y el brilló en sus ojos era como le de una adolescente en busca de un montón de aventuras, pero, esa semana termino tan pronto como comenzó y en cuanto a mi nuevo trabajo, termine en una librería donde vendían libros de segunda mano, era bastante buena, me pagaban bien y estaba un poco alejado del apartamento era bastante agradable estar rodeada del olor de los libros viejos, no entraban muchas personas, pero por lo regular siempre eran ancianos, regalaban esos buenos libros que ellos ya no podían alcanzar a leer y por supuesto sus hijos no los querían, entraba 8:15 y salía 5:30, no más o no menos, vivir sola era bueno durante mucho tiempo me encanto, pero al llegar a casa me di cuenta de que no conocía a muchas personas, solo a las chicas del café, los vecinos de mi piso, una de ellas era Darcy quien era una madre soltera tenia mi edad, era agradable, y después estaba Stan un chico que apenas si podía mantenerse, sus padres no querían que el estuviera en casa después de que terminara la universidad, era bastante inteligente, pero aun así no funciono como para que ellos lo dejaran, en ocasiones cuando lo visitaban solo se escuchaban gritos, Stan me agradaba, trabaja en la veterinaria, con los meses me hice una rutina, despertaba, preparaba el desayuno, iba al trabajo, salía del trabajo, llegaba a casa y 3 veces por semana realizaba mis compras en el supermercado, e incluso ya tenia un compañero, un gato que estaba en adopción en la veterinaria donde trabaja Stan y por suerte estaba cerca de la librería, pero aun así me seguida sintiendo sola y mi madre llamaba cada noche para saber si ya había comido, pero solo era rutina, y en los días libres me quedaba en casa con Netflix y mucha comida, incluso a veces invitaba a Stan a ver una película y los hijos de Darcy también venían de vez en cuando a pasar el rato y ella me pedía a veces que cuidara de ellos, me gustaba, pero de igual manera seguía extrañando un poco Georgia.

Meses después ya estaba acostumbrada y incluso visitaba seguido a mi abuelo, la relación con Darcy y Stan se volvió muy buena, que incluso se volvieron mis amigos, salíamos los domingos en la tarde a un pequeño bar en la esquina del edificio, Stan me acompañaba al trabajo y después de su turno llevaba café a la librería, con el tiempo me di cuenta que no era tan necesario tener que estar extrañando un lugar en donde lo único que hacían era ignorarme, así que mi decisión fue dejar de pensar en todos, mas bien, en el. Pero no todo siguió perfecto después de unos meses, la señora Morrison llego una tarde antes de cerrar la librería y cuando la vi entrar por la puerta imagine que no venia con buenas noticias.

-Señora Morrison, ¿Qué pasa?- pregunte una vez que se acerco al mostrador, había entrado con una mirada nerviosa y a la vez triste.

-Krista, tengo que decirte algo- hizo una pausa prolongada y agacho la mirada y después me observo con una mirada triste- Se que llevas un ya un tiempo ayudándome en la tienda, pero he vendido la librería a mi nieto y de verdad lamento decirte que no puedo seguir dándote un trabajo aquí...

Yo por mi parte no pude seguir escuchando mucho tiempo, y estaba consiente de que los trabajos no duran para siempre, pero esto era cubetazo de agua fría en la cara, me entrego mi último sobre con la paga de 4 meses y me regalo 7 libros, la librería era vieja, tenia ese olor de libro viejo y los estantes llenos de tantos libros con hojas amarillas y pastas tan gruesas que si te pegaban con uno dolía, al final fui con mi abuelo, le cancele a Stan y Darcy, baje de la camioneta y una vez que me vio parada en el pórtico no hizo ninguna pregunta y me dejo pasar, me senté en sillón y llego con una taza de café, le conté todo.

-¿Sabes que significa resiliencia?- preguntó sosteniendo la taza entre mis manos- es la capacidad que los seres humanos de adaptarnos a cualquier situación adversa y esta situación es una de las tantas que vas a tener en la vida cariño, pero sin importar cuantas se te puedan presentar, tu debes aguantar, debes seguir adelante aunque te cueste mucho, pero si al final llegas a la meta te darás cuenta de que la resiliencia es más que real y que valió la pena.

El abuelo Nolan era una persona que sabia exactamente lo que se sentía pasar por situaciones donde la resiliencia es lo ultimo que necesitas, hace 3 años la abuela falleció una noche mientras dormía, de un momento a otro su corazón se detuvo, pero nunca sufrió o estuvo en un hospital donde agonizaba mientras daba las ultimas palabras, era una mujer perfecta y tan buena conmigo cuando mis padres estaban totalmente despreocupados y al igual que otra abuela era tan buena, creo que una de las cosas que más tenia en común con ella era el verde de sus ojos y el pelirrojo cabello, después de unas horas me levante y me despedí de el agradeciendo que lo tenia conmigo.

Cuando llegue a casa tome una ducha y me fui a la cama, y en esa quietud y obscuridad, el llego a mi mente, tal y como antes, justo antes de dormir, durante meses me había encargado de no pensar en Asher, pero no funciono por mucho tiempo, nuestra historia se parecía a muchas, pero tenia lo suyo, el era la persona a quien en algún momento de mi vida yo le contaba todo, pero luego llego ese día en el que el sus ojos dejaron de verme a mi, Ahser Moon se enamoro, pero no exactamente de mi, cuando me volvió a hablar yo estaba tan emocionada, hablamos de todo, al menos yo si, nos dejamos de ver y entonces se alejo, fue cortante, fue duro y fue doloroso. Me aferre a la idea de que el volvernos a encontrar cambiaria las cosas y vaya que si lo hizo, pero no para bien, sus expectativas eran muchas, y yo no pude llenar todo. Asher Moon al igual que cualquier hijo menor de una familia millonaria tenia todo, muchas chicas con las que podía estar, mucho dinero y muchos "amigos", yo no era como el, le di tanto tiempo de mis días y el solo me dio unos minutos, alardeaba de ser un chico ocupado, que lo abrumaba, el cambio cuando la empresa de su padre creció. Tenia 13 años cuando nos conocimos y era un chico tan gracioso y nervioso, tenia sueños que cualquier adolescente de clase media tenia, pero luego creció y el tiempo que yo no estuve fue el tiempo en el cual pasaron tantas cosas.

La resiliencia no era lo mío, digamos que nunca me adapte a la idea de que el no me amara, no como yo le amaba a el, me aferre al tan poco y miserable tiempo que me daba, a sus palabras tan hostiles y a su actitud tan egoísta, pero lamentablemente me di cuenta muy tarde de que ya me estaba lastimando, así que me fui, me aleje de el, le di su distancia aunque eso implicara mudarme al otro lado del país, lo haría. No espere nada de el, ni siquiera una despedida, y la conclusión es que ahora estoy tan cansada de que siempre se yo quien termine mudándose para no seguir lastimándose, siempre tengo que ser quien tenga que buscar el rechazo en todos los chicos a los que le hablo, no pido algo perfecto, solo quiero que alguien que de todo lo que he dado, quiero que alguien me quiera como yo tanto he anhelado que me quieran.

¿Infortunio o fortunio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora