CONTIGO (Roicky)

2-Dolor y placer.

Se levanta de su bien merecida siesta para prepararse e irse a la discoteca donde bailaba de jueves a sábado, Mimi ya estaba lista, tenía una energía que ya quisiera el mallorquín. Estaba agotado de los ensayos del musical, era uno de los secundarios de la obra Grease, junto con la granadina, aunque ella tenía un papel principal. Realmente era un sueño para ellos, por eso se vinieron a Madrid, lo suyo era el baile y el teatro y, aunque últimamente se le hacía cuesta arriba, bailar en la discoteca era más una diversión, no lo necesitaban pero les encantaba la fiesta.

-Ricky espabila hombre- exclama cuando lo ve arrastrando los pies hacia la cocina- últimamente estás que no estás.

-Es que ya no me gusta este trabajo, creo que voy a dejarlo- dice haciéndose un sándwich.

-Pero si te encantaba, lo pasamos bien y conoces un tío cada noche- comenta divertida- aunque hace más de un mes que no te traes a nadie...

-¿Tú que sabrás?

-Lo sé, si no los oigo llegar los escucho cuando se marchan Ricardo, creo que alguien ha dejado huella ¿no?

-Estupideces- come su bocata rodando los ojos- eso no va con nosotros...

-Habla por ti eh.

-Ana no cuenta, lo vuestro es solo sexo- era una compañera del musical, se había convertido en una gran amiga para los dos y con Mimi habían saltado chispas, pero no era nada serio.

-No hablo de Ana listo, he conocido a alguien y...con ella sí me planteo ciertas cosas- sonríe como una boba.

-No me lo creo... ¿te estás enamorando?

-No corras tanto hombre, la conocí hace solo unos días pero me interesa...y no solo para llevármela a la cama.

Ricky no salía de su asombro, desde que se conocían habían conectado porque tenían una forma de ser parecida, los dos eran libres e independientes y siempre habían huido de la seriedad de una relación, les gustaba jugar y divertirse sin complicaciones.

-Así que me abandonas ¿y ahora que hago yo sin mi compinche?

-Creo que me abandonaste tú antes...Ricky admite que desde que conociste a ese chico no...

-No nada Mimi, fue un polvo como todos, nada más, no sé qué empeño tienes...

-Vale, vale- le corta- como quieras, ¿pues sabes qué? Miri es gallega también.

-¿Miri? No jodas que os llamáis igual... ¿y qué hace? ¿Cómo la conociste?- pregunta muy interesado, y más para evadir el tema del que no tenía ganas de hablar.

-En el gimnasio, acaba de llegar a la ciudad, por lo visto viene a vivir con un amigo y a buscar trabajo, hace poco acabó la carrera...no te lo vas a creer, es doctora- levanta repetidamente las cejas.

-Tu fantasía, pues ya me la presentarás...

-Y a su amigo, por lo que me ha contado el chico está jodido, ha salido del armario con sus padres y le han dado la espalda, se ha quedado sin trabajo...ella está muy preocupada, quizás tú puedas levantarle el ánimo- se ríe picara.

-Mimi no tengo ganas de drama.

-Ya, ni dejas de pensar en cierto gallego- murmuró por lo bajo saliendo de la cocina.

Realmente era cierto, no había dejado de pensar en aquel chico, no sabía si era un simple instinto de protección pero pensaba en él constantemente, en como estaría, en si lograría desprenderse de todos sus miedos y reclamar su libertad. Roi era una de las personas más tiernas que había conocido, recordaba sus ojos brillantes, su increíble sonrisa y esas palabras, esta sonrisa es por ti, esa increíble sonrisa era por él, posiblemente la cosa más bonita que le habían dicho nunca.