05

74 6 1
                                    

Tres segundos más.

Eso me había dicho hace diez minutos.

Fruncí mi boca con disgusto al ver su sonrisa cuadrada dirigida hacia otra persona que no era yo, sus ojos brillantes y esa aura de tranquilidad al estar con quien sabe.

Taehyung tiene familia, amigos, tal vez un novio o novia; cualquiera se podía dar cuenta de eso cuando llevas un poco más de un año trabajando con él, era realmente encantador. Pero, ¿entonces por qué se siente raro verlo con otra persona? ¿Será que nuestra tensión sexual está haciendo efecto después de tanto reprimirlo? Yo estoy bien, esto es algo irrelevante a lo que no debería prestar atención.

El rubio es atractivo y negarlo sería... Bueno, negarlo sería... ¿Cómo iba a negar algo innegable?

Tiene una sonrisa bonita y sus ojos desaparecen cada vez que da una, su cabello está perfectamente acomodado y su piel es de un tono acanelado, es en realidad lindo.

Pero no para dejar que me supere.

–Mierda–. Susurré, dejando caer la cabeza hacia delante casi golpeándome con el volante.

Se supone que debo estar conduciendo a una exposición de arte que inicia en diez minutos, no observando a mi empleado desde mi auto con lunas polarizados, como un maldito acosador.

Di una última mirada a su dirección y me convencí de que mi cabello azabache es por mucho, más atractivo que un cabello rosa. Lo sé y Taehyung no puede negarlo, tampoco ese rosadito.

Respiré hondo cuando lo vi abrazar a Taehyung por los hombros para tomarse una foto.

Que pretexto para más barato.

Bajé de mi auto con el propósito de terminar con esto, porque se supone que Taehyung debe de almorzar y regresar al trabajo, no perder el tiempo con cualquier amiguito de la empresa, no, no. Sentí mis pasos pesados y traté de poner la mejor cara de jefe serio cuando estaba por llegar a su mesa.

Nada difícil.

Me quedé de pie al lado de Kim y esperé unos segundos para que se diera cuenta de mi presencia. Sus ojitos miraron hacia los míos y estuve a nada de olvidar mi plan de interrumpir su almuerzo. Pero, cierta personita también se encontraba mirándome, mejor dicho me escaneaba.

–¿No debes estar arreglando la reunión con el gerente Min?– mi voz salió más ronca de lo normal ¿Quién manda aquí? Yo mando aquí.

Taehyung asintió y miró a su acompañante con algo que no pude descifrar y se levantó para irse a trabajar. ¿Por qué me siento mal? Yo no hice nada. El rosadito siguió su almuerzo sin inmutarse y antes de irme me sonrió.

Yo no hice nada pero aún así me encuentro trotando para alcanzar a Taehyung y disculparme por algo que... mmm... ni siquiera sé por qué voy a disculparme, mis piernas se movían rápido y trataba de esquivar a las personas en mi camino, si es que no chocaba antes con ellas.

No es que me importe, sólo me aseguro de que esté bien, porque soy su jefe y... Eso hacen los jefes ¿no?





SÍ, jk sí, todos aquí sabemos que tu comportamiento fue malo, anda a disculparte.

Hace días mi mente estaba debatiéndose el color de cabello de Taehyung aquí, y después de tanto pensarlo no llegué a nada:D

Pero pueden apreciar lo lindo que le queda el negro. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rubí ☆kvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora